Salamanca

El Ibsal da pasos prometedores para la prevención de la leucemia infantil

Actualmente el centro biomédico salmantino investiga los procesos que pueden desencadenar la enfermedad

La investigadora del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (Ibsal), Carolina Vicente / La Razón
La investigadora del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (Ibsal), Carolina Vicente / La Razónlarazon

Son horas y horas de trabajo, que se convierten en días, en meses e incluso en años. Todo por la búsqueda de una solución con la que ofrecer respuestas a las personas que sufren enfermedades.

Una labor ardua y callada, que a veces da sus frutos, aunque sea un paso ínfimo, pero que se acerca más a la solución final. Y es, precisamente, en esa tesitura en la que se encuentran trabajando en el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (Ibsal), donde dos de sus investigadores, Isidro Sánchez y Carolina Vicente, atienden a LA RAZÓN.

«La leucemia infantil es un tumor muy infrecuente, pero un cinco por ciento de los que niños que nacen tienen la predisposición de desarrollarla», señala Isidro Sánchez. En la actualidad se desconocen las causas por las que se originan, y ése es el gran desafío: «Esclarecer los mecanismos moleculares que hacen que se desarrollen los tumores». «El tratamiento es importante pero queremos ir al origen. Si tu para prevenir, tienes que cortar el tejido como sucede en los casos de cáncer de mama, no se le puede llamar prevención», asegura.

Actualmente están centrados en el estudio de la génesis de la leucemia linfoblástica aguda infantil, y ya han dado pasos relevantes al detectar uno de los desencadenantes que la producen. Desde el Ibsal se ha conseguido mimetizar de una manera rigurosa las alteraciones genéticas que se encuentran en los humanos en modelos animales. En la actualidad se desconoce el mecanismo que provoca la evolución de las células preleucémicas a leucémicas, y en ello se está trabajando, como indica Carolina Vicente, con un modelo de ratón en un estado preleucémico que se asemeja a la enfermedad en humanos.

Estas células preleucémicas pueden persistir durante años en los niños, siendo la exposición a agentes ambientales los que pueden producir que aparezca la enfermedad. Uno de ellos es la exposición a la radiación ionizante aunque existen otros factores de riesgo inciertos. «El objetivo es conseguir modificar la exposición a la infección para así poder prevenir su desarrollo», indica.

Un esfuerzo descomunal, ya que los resultados llegan con cuentagotas, aunque los trabajos ya se abordan con la colaboración de otros laboratorios europeos y eso ayuda. «La gente cree que los hemátologos y los oncólogos tienen la solución, pero no es así, ellos sólo aplican el tratamiento. Y las farmas elaboran medicamentos de conocimientos adquiridos hace diez o quince años, por que ése es el tiempo que se tarda en desarrollarlo. Toda la responsabilidad recae en la investigación», apunta Isidro Sánchez.

En la actualidad, el cáncer es la segunda causa de mortalidad infantil después de los accidentes de tráfico. El más frecuente es el de la leucemia y tiene una tasa de supervivencia de cinco años del 80 por ciento, aunque las secuelas y los efectos secundarios son muy acusados.