León

La zona de Castrocontrigo se rehace un año después del incendio que la devastó

Mañana se cumple el primer aniversario del inicio de un fuego, el mayor registrado en esta Comunidad, que arrasó casi 12.000 hectáreas y dejó a muchas familias sin su medio de vida

La zona de Castrocontrigo se rehace un año después del incendio que la devastó
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LEÓN– El reloj marcaba las 14,06 horas de un caluroso 19 de agosto. Casi todos comen o se disponen a hacerlo en el corazón de la provincia de León. Poco después se detecta la humareda y el dispositivo echa a andar ante lo que parece un incendio más en el verano castellano y leonés. Nada más lejos de la realidad.

Con el paso del tiempo, todo el mundo coincide en la gravedad del incendio, que impide a las cuadrillas y medios dispuestos acercarse a su frente principal a menos de dos kilómetros.

De hecho, el balance que aporta la Junta de Castilla y León apenas diez días después de que se dé por extinguido el fuego el 6 de septiembre, indica que más de un millar de personas pusieron coto a unas llamas que contaron, dos días después de asomarse a la naturaleza, un diámetro de 60 kilómetros y una altura de varios cientos de metros. Así las cosas, no es de extrañar que el incendio que asoló los municipios de Castrocontrigo, Luyego, Quintana y Congosto, Destriana y Castrillo de Valduerna, haya sido el más grave, por extensión y magnitud en la historia de la Comunidad.

Lo detallaba el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, Antonio Silván: «llegaron momentos en los que se calcinaban entre 500 y 800 hectáreas a la hora». Finalmente fueron 11.724 las destrozadas por la acción del fuego y de ellas 10.555 correspondían a superficie arbolada.

Hasta la zona, el Aula en la Naturaleza de Tabuyo del Monte, acudirá el propio Silván quien detallará las actuaciones puestas en marcha en el último año en la zona. Para esas tareas de restauración, se estableció un presupuesto de diez millones de euros, a aportar a partes iguales por las administraciones central y autonómica.

Unos recursos básicos para un territorio en el que muchas familias, que vivían del monte, se quedaron sin oficio ni beneficio, damnificadas por la acción de un pirómano.

Intencionalidad sin castigo

La intencionalidad del incendio, un año después de que se iniciara, no se duda por parte de nadie. De hecho, entre 2008 y 2012 se dieron 28 incendios intencionados en las proximidades del punto de inicio, en la carretera Le-126, que une Castreja y Torneros de la Valdería. De hecho, tres días antes del fuego en Castrocontrigo se detectaron brotes provocados.

Los indicios apuntan a que pudo ser una sola persona la que prendiera la destructora chispa, que llegó a amenazar viviendas y que sí arrasó montes de utilidad pública, cotos de caza, juntas vecinales y áreas protegidas, incluidas en la Red Natura 2000. El daño económico provocado también fue importante, como lo fue la movilización de medios humanos y materiales (entre ellos la Unidad Militar de Emergencias).

Un año después, el bosque demuestra su capacidad de regeneración con la presencia -aquí sí- de brotes verdes que anuncian pinos y robles, tras la retirada de toneladas de madera, muchas de ellas aprovechadas para biomasa.

El alcalde de Castrocontrigo, Aureliano Fernández, en declaraciones a la Agencia Ical, es optimista: «después de la tempestad, viene la calma. Lo que se ha hecho es la planificación que tenía la Consejería -de Fomento y Medio Ambiente- y se ha llevado a cabo con una celeridad encomiable. El monte es un desierto, pero no quedan árboles quemados». La respuesta, en su momento, también fue ágil. De hecho, los modelos de simulación con que trabajan los técnicos de la administración autonómica, apuntaban a que se registraría una quema de 50.000 hectáreas cuatro veces más que las que perecieron bajo las llamas.