Los niños protagonizan la festividad del Corpus en un día marcado por la gratitud

Los niños protagonizaron la festividad del Corpus Christi en un día marcado por la gratitud. Así lo expresó el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez en su homilía, donde recalcó que esta festividad «viene a multiplicar nuestra gratitud por la presencia sacramental de Jesús entre nosotros».

Blázquez, que se dirigió en todo momento a las decenas de pequeños que tomaron su Primera Comunión y a sus familias, a quienes puso en valor por «acompañar a sus hijos en el camino de la fe, un sendero en el que no van a estar solos, pues siempre vamos a ir de su mano».

También quiso ayudar a los pequeños a alimentar su amistad con Jesús, por lo que, haciendo un símil con las relaciones entre amigos, les dijo que debe componerse de «conversación, cercanía y comunicación».

En una Catedral vallisoletana que se quedó pequeña para acoger a los cientos de familias que se congregaron, el cardenal señaló que «entramos en la Iglesia para adorar y salimos para servir a los más necesitados como cristianos, y más en la festividad del Corpus, que es el día de la caridad, donde debemos salir al encuentro del débil».

Tras la misa, en la que también estuvo presente el obispo auxiliar, Luis Argüello, los miles de fieles que esperaban a la salida de la seo disfrutaron de un cortejo procesional que recorrió las calles Arribas, Catedral, Regalado, Cánovas del Castillo o Fuente Dorada, entre otras, y en el que los niños fueron el verdadero centro de una festividad «donde ellos ponen el tono alegre», afirmó Ricardo Blázquez.

La banda de cornetas y tambores de la Cofradía de la Sagrada Cena, y la Banda Municipal de La Cistérniga desfilaron tras la custodia. Además, un total de 22 cofradías penitenciales y de gloria instalaron sus altares a lo largo del recorrido.