Toni Bolaño
Apropiación indebida
Las fiestas mayores son un lugar de encuentro social y familiar, un proyecto cultural y, siempre, una desbordante muestra de alegría. Es el momento de aparcar los sinsabores cotidianos y de poner un paréntesis en los problemas. Barrios, pueblos y ciudades se lanzan a la calle para disfrutar de estas fiestas populares. Son tantas que se podría recorrer la geografía del país de charanga en charanga.
Algunos, sin embargo, quieren aprovechar el tirón popular para apropiarse de forma indebida del ocio de todos. Quieren hacerse con el control de la calle. Quieren convertir las fiestas populares en un altavoz de sus reivindicaciones. La Asamblea Nacional Catalana está empecinada en hacer suyas las fiestas populares para reivindicar la independencia de Catalunya. No les importa la fractura social. Al contrario, no tienen ningún tapujo en tomar el control de forma sectaria del acerbo popular.
Las fiestas mayores se convirtieron en Euskadi, durante años, en el altavoz de la izquierda atberzale. Este año han desempolvado su abandonada fórmula reivindicativa para recuperar el protagonismo perdido. Ahora, los independentistas catalanes copian ese modelo sin importarles que desune más que une, que separa más que acerca. Están tan preocupados en pasar con nota los 400 kilómetros de cadena humana que tienen preparada para el 11 de setembre que no reparan en estratagemas y se han apropiado de las fiestas mayores con toda su parafernalia de esteladas y cadenas humanas.
En este sectarismo hay que enmarcar la cadena humana que, en sí misma, se ha convertido en el símbolo de la apropiación de la Diada por parte de los independentistas. No será más la fiesta nacional de Catalunya. Será la fiesta de los separatistas. Aún hoy, algunos crédulos, se piensan que será la fiesta de todos. Que no se sorprendan si son insultados y pitados, o si reciben amenazas, o si tienen que aguantar algún empellón, por no comulgar con los postulados de los que se arrogan como "los nuevos propietarios"de la fiesta de todos. No en vano se vanaglorian de ser la voz de la mayoría de los catalanes. Las fiestas mayores son su ensayo general.
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