Ciutat Vella
El Consistorio cede, la solidaridad paga
El Ayuntamiento de Barcelona entregó, el pasado noviembre, la notificación de cesión por tres años de los doce solares municipales del Plan «BUITS» a otras tantas entidades ganadoras del concurso. La mayoría de éstas convertirán los espacios en huertos urbanos. Ahora, el trabajo es de las organizaciones adjudicatarias, que han de encontrar la financiación y apoyo necesarios para hacer viables sus proyectos.
El proyecto «BUITS» es una iniciativa que el Consistorio ha puesto en marcha con el objetivo de promover la implicación de la ciudadanía en la gestión de estos solares municipales vacíos, en los que ha corto plazo no está previsto construir y, al mismo tiempo, dar un uso provisional que ayude a recuperar estos espacios evitando así que concentren prácticas incívicas.
El dinero, un reto
En total se han adjudicado doce solares de los 19 que entraron en concurso, ya que la comisión de Evaluación declaró cinco de ellos desiertos por la falta de propuestas o porque las que se presentaron no se consideraron suficientes para dinamizar el espacio. Además, en última instancia, dos entidades han renunciado a hacerse cargo del solar que les fue adjudicado.
El principal obstáculo que ahora deben afrontar las organizaciones es el de encontrar financiación. Es el caso de la asociación Bioarquitectura Mediterránea (BAM), que en el solar de Montalegre situado en el distrito de Ciutat Vella, proyecta la autoconstrucción de una sala de 90 metros cuadrados con materiales naturales y compostables. Se prevé que la edificación dure un año. Luego, el espacio, bautizado como «Txema», estará destinado al uso colectivo para actividades de investigación. Pero un proyecto de tal envergadura, cuyos costes de construcción rondarían los 70.000 euros, requiere recursos, tanto económicos como humanos. Sobre este último aspecto, los promotores de la iniciativa esperan contar con voluntarios. Y, en cuanto los recursos económicos, BAM cuenta ya con 6.000 euros donados por el Colegio de Arquitectos, a los que espera sumar otros tantos procedentes de la campaña de microfinanciación que puso en marcha a través de la red social de financiación «Goteo» a principios de noviembre. Mediante esta plataforma, BAM presenta su proyecto y solicita la aportación desinteresada ya sea en términos de donación de trabajo o materiales de construcción o mediante un sistema de recompensas, que pueden ser individuales o colectivas. Así, por ejemplo, en el apartado de recompensas individuales, BAM ofrece una camiseta «Thinking Mu» diseñada para la ocasión para quienes aporten 40 euros. De momento, la asociación ha obtenido ya 6.935 euros mediante esta fórmula, a lo que hay que sumar la donación de materiales tales como cáñamo y tierra por parte de empresas.
Recurrir a la imaginación
La Asociación de Vecinos de Poble Nou vive una situación muy similar. Tras el concurso, se le adjudicó un solar en la calle Álaba y su proyecto es crear, en ese lugar, un huerto urbano de permacultura. Ahora sus promotores trabajan para encontrar recursos.
«Hemos de agudizar el ingenio», explica Manuela, portavoz de la Asociación. En esta línea, también ha puesto en marcha una campaña de microfinanciación y espera recaudar algo de dinero mediante el cobro de un canon simbólico a aquellas entidades que saquen beneficio a través de realizar talleres en el huerto. «Según lo que consigamos, haremos una cosa u otra», explica Manuela.
Por su parte, la Asociación de Vecinos Porta, adjudicataria del solar de la calle Piferrer, celebró el 27 de julio una fiesta multitudianria bajo el lema «Porta´m a l'Hort», con espectáculos, animaciones y un «Flea Market», un mercado de segunda mano, para recaudar fondos para el jardín mediterráneo autogestionado.
Ante este panorama, el Ayuntamiento decidió ya hace un par de meses costear los trabajos de adecuación de los solares adjudicados con una inversión de 400.000 euros.
✕
Accede a tu cuenta para comentar