Selección Española
Héroes contemporáneos
Los griegos tenían a Ulises, los vikingos, a Ragnar Lodbrok, pero en un mundo que repudia la violencia, los héroes contemporáneos ya no blanden espadas, corren tras un balón en busca del gol. ¡Ay cuando marcan, qué felicidad! Pero si no, son insultados y si marcan en el minuto 87, como pasó ayer con el debut de «La Roja» ante la República Checa, pueden llegar a hacer perder la paciencia o a aburrir a otros, como se vio en la Casa de Cuenca de Barcelona, donde el PP se reunió para seguir el partido. El ministro del Interior, Jorge Fernández, que admite que con el tiempo ha perdido la fiebre por el fútbol, charlaba sobre el debate entre Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera de la noche con la señora de La Mancha, María Dolores de Cospedal, y Alicia Sánchez-Camacho, cuya camiseta fue la única roja que brilló en la Casa de Cuenca hasta el minuto 87. Fue entonces cuando el ministro se despistó y destapó que tiene ojos en el cogote. Superhéroes como Superman o Spiderman también bajaron la guardia y fueron pillados.
Fernández fue el primero en cantar gol, pese a estar de espaldas hablando. Pero su grito «gooool», el salto que pegó y los dos besos que estampó Cospedal, aprovechando el momento de confusión, distrajeron la atención de los presentes. Nadie se dio cuenta de sus superpoderes. De un hombre que no cree en alienígenas, que cree en Dios, en la Providencia y en la Vida Eterna, y que cuando Busquets lanzó la pelota a luna, en el minuto 34, como hizo Ramos contra el Bayern de Munich, exclama que «la ha enviado a Lourdes», nadie imagina que tenga super poderes.
Tener ojos en el cogote, además de permitir ver lo que dicen a tus espaldas, te deja seguir dos conciertos en el Primavera Sound. El día en que DJ Coco pinche a Händel y en otro escenario hagan una zarzuela irá. De momento, va su hijo, igual que las dos tribunas del Barça que tiene pese a ser perico. «El Barça, me cuesta un riñón al año», admite.
El partido reconcilió a tres pericos como los Fernández y García Albiol con el culé más controvertido Gerard Piqué, que defiende el referéndum. Cuanto más la toca Iniesta peor para los checos. Y eso ocurrió, pase de Iniesta y gol de cabeza de Piqué. «Una combinación perfecta de Castilla La Mancha y Cataluña», dijo el ministro mirando a Cospedal. «¡Sacad la bandera española, que aquí no está Pisarello!», exclamaba Alberto Fernández a quien el primer teniente le hizo retirar la rogigualda del balcón del Ayuntamiento. Nadie habló de cómo celebró el gol Piqué.
Al salir de la Casa de Cuenca, se acabó el hechizo de las victorias, que logran que uno olvide las encuestas y sea feliz. Fuera una veintena de activistas de la PAH, coreaban lemas de Podemos y chillaron a Cospedal y Fernández «cobardes». No saben que el ministro tiene ojos en el cogote, aunque los superpoderes son para otras batallas.
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