Barcelona

La Policía Nacional alerta del auge de la prostitución china ilegal en Barcelona

La Razón
La RazónLa Razón

La Policía Nacional ha detectado que la prostitución china ha experimentado en los últimos años un importante auge especialmente en pisos clandestinos de Barcelona, donde están siendo explotadas entre 150 y 250 mujeres de esta nacionalidad en un centenar de pisos controlados por chinos.

Sin embargo, dos tercios de los 300 pisos contabilizados por la policía en la capital catalana sigue estando bajo el control de españoles que explotan a mujeres de Europa del Este, pero el porcentaje de pisos chinos ha ido en aumento en los últimos años.

Así lo explicó en una entrevista concedida a Ep el inspector jefe de la sección primera de la Unidad Central contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (Ucrif) de este cuerpp, Alí Mohamed, que dirige un grupo de 50 policías dedicado a la lucha contra la explotación sexual en Cataluña.

De hecho, pese a que siempre han existido los pisos donde se ejerce la prostitución, actualmente la cifra de estos burdeles ha ido creciendo y ya alcanza el nivel de los clubes de alterne clásicos, que también son unos 300 actualmente en Barcelona, y las meretrices son principalmente de Europa del Este, Nigeria y China.

El inspector aseguró que, en general, «la actividad de las bandas dedicadas a la trata de mujeres ha ido en aumento en los últimos años», pero lo que ha cambiado son las nacionalidades, porque si antes eran mayoritariamente de Sudamérica, ahora dos tercios de las víctimas potenciales son de Rumanía, Bulgaria, Ucrania y Rusia, las de África se mantienen y en cambio las víctimas chinas han aumentado.

El aumento en los últimos años de la prostitución china, que era casi inexistente hace unos seis o siete años, se explica porque las organizaciones del país asiático «rompen el mercado con precios más asequibles, más baratos».

«El flujo migratorio de ciudadanos chinos antes era básicamente para explotarlos en talleres textiles, posteriormente se desplazó a las peluquerías con final feliz y ahora se centra en la explotación sexual en pisos», explicó el inspector.

Sospechan que quienes dirigen estos pisos son estructuras mafiosas afincadas en China y que tienen en Barcelona a lugartenientes y controladores que muchas veces ni se conocen entre ellos y que cada uno tiene un rol muy determinado, lo que dificulta las investigaciones porque se trata de estructuras «muy opacas». Además, es muy difícil que las mujeres denuncien y sigan adelante con un proceso judicial porque muchas veces no son conscientes de que están siendo sometidas por una estructura mafiosa, ya que en su país ya fueron obligadas a prostituirse desde que eran menores.