Las imágenes de la mujer que nos sacan los colores

El Museo de Historia de Cataluña acoge una exposición que repasa la evolución de la representación femenina en los medios.

La publicidad no es espontánea, ni inocente. Su impacto está tan calculado, su mensaje tan medido, y su público objetivo tan estudiado que quién quiera saber cómo era la sociedad en cualquier momento, sólo ha que mirar sus anuncios. Está claro que en los años 40, 50 y 60, la sociedad era patriarcal, machista y denigrante, porque sus anuncios así lo eran. Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres, el Museo de Historia de Cataluña acoge la exposición «Mujeres: ficciones y realidades», que repasa la evolución de la representación femenina en los medios de comunicación desde el final de la guerra civil hasta el cambio de siglo. Y vaya si ha habido un cambio.

Hasta el próximo 28 de mayo, quien se acerque al museo podrá ver a través de anuncios, publicaciones y fragmentos de películas cómo ha ido cambiando la imagen de la mujer. Junto a esto, se añaden fotografías documentales del movimiento público en favor de la mujer, lo que ayuda a contextualizar los motivos de este cambio.

La exposición se articula a través de tres relatos. El primero, el trabajo de las mujeres, su invisibilidad y los estereotipos creados. El segundo, las movilizaciones y la emergencia del feminismo en Cataluña. Y el último, las narrativas audiovisuales sobre modelos y comportamientos femeninos. Comisariada por Anna Solà y Marta Selva, la muestra certifica cómo se han transformado los discursos alrededor del papel de la mujer en la sociedad, tanto por los discursos oficiales transmitidos por el franquismo, como a través de la publicidad, las películas o las series de televisión.

En opinión de Selva, «a pesar de los discursos hegemónicos que generaron una imagen concordante con un modelo de feminidad pasivo y dependiente, ha habido discusión y disidencia y se han puesto en cuestión estos preceptos, lo que queda reflejado aquí». Del «ángel del hogar» a la «superwoman», el tránsito ha sido grande, ¿pero suficiente?