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Los catalanes prefieren las drogas clásicas a las nuevas drogas de diseño

Crece el interés por el éxtasis y la producción local de anfetaminas, menos adulteradas

Aumenta la producción local de amfetaminas
Aumenta la producción local de amfetaminaslarazon

Crece el interés por el éxtasis y la producción local de anfetaminas, menos adulteradas

En los dos últimos años, se ha registrado en Cataluña un significativo descenso de las adulteraciones y del interés por las nuevas drogas y ello ha ido asociado a una caída de las alertas al detectar una menor presencia de sustancias tóxicas, sin embargo se ha producido un incremento de las dosis en las pastillas de éxtasis, lo que hace poner el foco en la dosificación de esta sustancia.

Éstas son las principales conclusiones que se derivan del informe del Servicio de Análisis de Sustancias de Cataluña del Energy Control, que recoge las 2428 muestras procesadas en 2018, las cuales proceden de los propios usuarios que las han remitido a la Asociación Bienestar y Desarrollo para conocer su composición, de manera que se centra principalmente en consumidores en un entorno de ocio.

«Las adulteraciones de las drogas básicas han decrecido, así como el interés por las nuevas drogas, y ello es consecuencia de una mayor disponibilidad de las drogas clásicas en el mercado», señalaba ayer durante la presentación del informe Mireia Ventura, coordinadora del Servicio de Análisi de Sustancias de Energy Control. De hecho, en los dos últimos años, el número de muestras adulteradas con nuevas drogas ha disminuido un 69%.

En este contexto, el éxtasis cristal tiene una pureza media del 83%, cuando en 2016 ésta era del 75%, mientras que en pastillas esta sustancia ha registrado la adulteración más baja de los últimos seis años, aunque, por contra, las dosis detectadas en los comprimidos de éxtasis han aumentado progresivamente desde 2010 (79 mg). En la actualidad, la dosis media es de 197 mg, cuando la dosis estándard debería estar entre los 75 y los 120 mg, por lo que «se aconseja dividir la pastilla en varios trozos antes de consumirla», advirtió Ventura, puesto que una sobredosis de éxtasis puede incluso causar la muerte.

En cuanto a la cocaína, se ha producido una importante disminución de la adulteración y el año pasado solo un 38% de las muestras contenían cocaína adulterada. En este sentido es muy gráfica la evolución de la presencia del levamisol en las muestras, uno de los adulterantes más tóxicos de la cocaína, que en 2016 era del 56% y en 2018 el porcentaje decreció hasta el 16%. «La clave es que hay más cocaína disponible en el mercado, por lo que ya no hay la necesidad de recurrir a sustancias adulteradas», comenta Ventura.

El speed es la sustancia que mayores niveles de adulteración presentó en 2018, con un 48% de las muestras analizadas adulteradas, sin embargo es cierto que, pese a todo, se ha registrado un importante decrecimiento en comparación a años anteriores (en 2017 un 56% y en 2016 un 66%). Y el principal adulterante es, en este caso, la cafeina, como también sucede en el caso de la Ketamina, de la que el 67% de las muestras analizadas en 2018 estaban puras, lo que supone un incremento de las muestras con adulterantes respecto al porcentaje de años anteriores.

Por último, en lo que se refiere al LSD, el 93% de las muestras analizadas no estaban adulteradas, pero sin embargo siguen detectándose nuevas anfetaminas alucinógenas sustituyendo el LSD.

Así pues, a tenor de estos resultados, la cocaína ha dejado de ser la sustancia más adulterada para ceder su lugar al speed, mientras que el LSD es la droga más adulterada con nuevas drogas. En este contexto, es especialmente relevante que, a diferencia de otros países, en Cataluña no se detectan adulterantes peligrosos como los opiáceos o cannabinoides sintéticos, sustancias que mantienen en alerta a las autoridades europeas y que han creado graves problemas de salud pública a otros países.

Una de las principales circunstancias que explicaría este aumento generalizado de la pureza de las sustancias y la falta de interés por las drogas modernas es «la alta disponibilidad de las sustancias clásicas en el mercado, ya que si el mercado ofrece las drogas que la gente quiere ya no hay necesidad de ir a buscar nuevas drogas ni de adulterar la ya existentes», explicaba Ventura. Sin embargo, como señalaba ayer durante la presentación del informe Joan Colom , subdirector General de Drogodependencias de la Generalitat, «lo ideal seria que la gente consumiera menos y no hubiera tanto mercado». «Pese a ello, si van a consumir, al menos que éstas sustancias causen el menor efecto posible»