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Desigual

Primer intento de diálogo por Can Vies después de tres días de disturbios

El Centro Social de Sants-Asociación de Vecinos ha dado hoy el primer paso para intentar que el Ayuntamiento de Barcelona y la Plataforma de Can Vies retomen el diálogo proponiendo que se pare el derribo del centro okupa y se detenga también la violencia en las manifestaciones tras el desalojo.

El Centro Social de Sants-Asociación de Vecinos ha dado hoy el primer paso para intentar que el Ayuntamiento de Barcelona y la Plataforma de Can Vies retomen el diálogo proponiendo que se pare el derribo del centro okupa y se detenga también la violencia en las manifestaciones tras el desalojo.

La asociación de vecinos de Sants ha entregado una propuesta para que el consistorio detenga el derribo del centro okupado y haga "una propuesta política audaz"para reanudar el diálogo después de tres noches de disturbios.

En una reunión que se ha celebrado esta tarde en la sede de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), el Centro Social de Sants ha entregado su propuesta al concejal del distrito de Sants, Jordi Martí, quien no ha querido entrar a valorarla, pero la ha interpretado positivamente "porque se trata de una reapertura del diálogo".

"Hemos venido sólo a escuchar y a reabrir el diálogo", ha asegurado el concejal de Sants, que anoche volvió a ser escenario de nuevos enfrentamientos entre manifestantes y la policía tras el desalojo el 26 de mayo del centro de Can Vies, ocupado desde 1997.

A la reunión, convocada por la asociación vecinal, no han asistido representantes de Can Vies porque a la misma hora estaban reunidos en asamblea para analizar y debatir la propuesta del Centro Social de Sants de parar el derribo como "gesto potente"que contrarreste "la imagen de la excavadora que destruye un centro social autogestionado", según ha explicado el presidente de la FAVB, Lluis Rabell.

En la reunión de esta tarde los vecinos han trasladado a Jordi Martí que "el primer problema es desbloquear"el conflicto.

"La imagen de la excavadora ha sido el desencadenante de toda la reacción ciudadana porque ha sido interpretada por los sectores juveniles como un símbolo de que se está destruyendo un centro social autogestionado", ha explicado Rabell al salir de la reunión con el responsable municipal.

Por eso, han solicitado que a partir de mañana las brigadas "dejen de trabajar"en la demolición del inmueble, propiedad de TMB.

Al mismo tiempo, la propuesta incluye que sea la alcaldía de Barcelona la que "tenga audacia política"para presentar una propuesta negociadora, "aunque un primer gesto sería que mañana dejasen de trabajar las brigadas en el derribo", ha explicado Rabell, quien ha dicho que "el problema de Can Vies va más allá del distrito, es de alto nivel político, de la alcaldía".

Para él, éste sería un "gesto potente que tendría un simbolismo fuerte, como ha tenido la imagen de la excavadora".

Por otra parte, doce de los 30 manifestantes detenidos anoche por su presunta relación con los disturbios ocurridos en las protestas contra el desalojo de Can Vies quedarán hoy en libertad, mientras los otros 18 pasarán una segunda noche en comisaría y no serán puestos a disposición judicial hasta mañana.

Según han informado fuentes de los Mossos d'Esquadra, ya han quedado en libertad los primeros cuatro detenidos, entre los que figuran dos menores de edad y un joven que sufre una enfermedad neurológica.

Los Mossos d'Esquadra detuvieron ayer a 27 manifestantes por su presunta relación con los incidentes, y la Guardia Urbana a otros tres, bajo la acusación de desórdenes públicos, atentado a la autoridad y daños.

Abogados de los detenidos han denunciado hoy que sus clientes fueron golpeados durante los arrestos, que en opinión de los letrados fueron "arbitrarios e indiscriminados".

En los incidentes de anoche se quemaron un total de 62 contenedores y se volcaron más de 200, mientras que los cristales de las entidades bancarias y de un establecimiento volvieron a sufrir los ataques de los encapuchados.

Esta noche está convocada una nueva cacerolada en la plaza de Sants para volver a protestar por el desalojo y derribo del centro social okupa de Can Vies, un emblema del movimiento autogestionario, situado en el centro de un barrio obrero con un fuerte tejido asociativo.