Valencia
Investigan obras quemadas en el incendio de la Catedral de Valencia de 1936
El estudio se ha iniciado con la tabla titulada “Santa María Magdalena y Santa Marta”, totalmente calcinada
El Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i) ha iniciado un proyecto de investigación sobre las obras quemadas en la Catedral de Valencia en el incendio de 1936 sobre las cuales no existe mucha documentación, según la Generalitat.
El estudio se ha iniciado con la tabla titulada “Santa María Magdalena y Santa Marta”, que debió formar parte de la parte inferior del ‘Retablo de San Narciso’, de la seo valenciana, pintado por Franci Joan (1481-1515) en 1503 por encargo de la Cofradía de San Narciso.
El incendio sufrido en la Catedral el 21 de julio de 1936, en los primeros momentos de la Guerra Civil española, afectó a esta pintura, que sufrió un alto grado de deterioro por la carbonización de su superficie y que hace prácticamente imposible apreciar cómo era la pintura por el grado de deterioro de los materiales.
La única información disponible sobre ella es una fotografía en blanco y negro que se conserva en el Archivo Adolf Mas (1860-1936).
Por otro lado, el delicado estado de conservación de la superficie pictórica limita el tipo de análisis que se pueden realizar, ya que la obra debe permanecer inalterada durante su estudio.
Los escasos estudios analíticos sobre pinturas dañadas por las altas temperaturas y el fuego han dado pie a que se inicie una investigación donde se emplearán técnicas de análisis no invasivas, que tienen como objeto de estudio la mayor cantidad de información posible sobre esta obra de arte, según la Generalitat.
La investigación se inició con un estudio radiográfico, realizado en colaboración con la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València, con el fin de valorar el estado de conservación de la capa pictórica.
La imagen de rayos X mostraba las formas de las dos santas, así como algunos detalles de sus vestidos, los dibujos subyacentes incisos y el paisaje existente detrás de ellas.
La distribución de elementos clave como el plomo, hierro, cobre y mercurio, principalmente, ha permitido conocer que se empleó bermellón, blanco de plomo y pigmentos tierra para las carnaciones, posiblemente azurita en las vestiduras y verde de cobre en los paisajes del fondo.
El resultado de esta investigación permitirá conocer el estado de conservación de esta pintura quemada, y supondrá un buen ejemplo de cómo el avance de las técnicas de análisis permite abordar problemas que no eran asumibles algunos años atrás.
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