Valencia

Los agricultores lamentan que la consellera se guíe por iluminados

Cristóbal Aguado cifra en 600 millones las pérdidas causadas por la sequía y la gota fría

El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Cristóbal Aguado
El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Cristóbal Aguadolarazon

Cristóbal Aguado cifra en 600 millones las pérdidas causadas por la sequía y la gota fría

«Ecologistas radicales» e «iluminados» han ocupado algunos departamentos de la Conselleria de Agricultura. No son todos, pero sí ejercen la suficiente presión en asuntos claves, tales como en la agricultura ecológica, para que el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultura (AVA), Cristóbal Aguado, subiera el tono de protesta más de lo habitual.

Durante el tradicional balance del año, criticó que la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, haya designado para el primer Plan Valenciano de Producción Ecológica 78,7 millones de euros para los próximos cuatro años. Aguado aseguró que no tiene nada en contra de este tipo de producciones, es más, admitió que tienen demanda en Europa, pero considera que este respaldo es poco equitativo y que discrimina al resto de agricultores que están atravesando una situación crítica.

Según los últimos datos oficiales, que datan de 2015, el 4,5 por ciento de las producciones valencianas tienen la certificación ecológica. A pesar del importante incremento registrado en los últimos 20 años el número de operadores ecológicos asciende a 2.251.

A su juicio, la Conselleria de Agricultura corre el peligro de emprender un camino «sin sentido de la equidad ni del interés de los agricultores», algo que atribuyó a la influencia de los «iluminados», cargos políticos que «no pisan la realidad».

En la misma línea, criticó el Plan de la Huerta. Admitió que refleja aspectos positivos, pero aseguró que no conseguirá hacer rentable la huerta valenciana a base de mercados de proximidad. Sobre todo si en lugar de recoger un programa de incentivos, lo único que prevé son sanciones económicas. «El agricultor no puede estar obligado a producir y las parcelas pequeñas únicamente tienen rentabilibidad para la instalación de invernaderos o la producción de flores».

Aguado aseguró que las condiciones meteorológicas convirtieron 2016 en un mal año. Los efectos de la gota fría de diciembre, las lluvias de noviembre y el pedrisco causaron pérdidas globales que podrían acercarse a los 355 millones. Esta cantidad, sumada a los perjuicios de 245 millones provocados por la sequía, cierra un balance de pérdidas causadas por el clima de más de 600 millones.

Aguado reclamó mayor apoyo de todas las Administraciones e incidió especialmente en la falta de inversiones recibidas por parte del Gobierno central y la escasez de subvenciones europeas.

Lamentó que no haya habido todavía ningún Ejecutivo que haya peleado en Bruselas por introducir la agricultura mediterránea en la PAC.

Problemas para trabajar el campo

Aguado aseguró que durante la última campaña los agricultores han tenido «problemas serios» para conseguir mano de obra. Muchos inmigrantes han vuelto a sus países y esto, sumado a que prácticamente no se produce relevo generacional agrava la situación. «Estamos al límite, el campo no se ha renovado porque no existe una buena política agraria».