Puig rechaza expulsar a Romeu del PSPV por cuestionar sus decisiones

Las palabras del vicesecretario y portavoz del PSPV, Francesc Romeu, calificando de «burla» la abstención del grupo socialista en Les Corts sobre la propuesta de EU para celebrar un referéndum para elegir Monarquía o República no le pasarán factura, al menos de momento. El secretario general, Ximo Puig, no expulsará ni sancionará a su número dos por cuestionar en público las decisiones de la dirección del partido, pese a que algunos sectores le han reclamado «mano dura». Más teniendo en cuenta que no es la primera vez que Romeu abandona e incluso critica la línea oficial.

Sin embargo, Puig no es partidario de aplicar medidas disciplinarias en cuestiones ideológicas, aunque, según fuentes cercanas al líder del principal partido de la oposición, la afirmación de Romeu le dolió, ya que no la hizo por los «cauces adecuados», es decir, en la Comisión Ejecutiva Nacional del PSPV del pasado lunes, a la que ni siquiera acudió.

El vicesecretario de relaciones institucionales, José Manuel Orengo, aseguró que lo que el partido necesita es «unidad y disciplina». En este sentido, instó a «dejarse de tonterías».

Puig sí estudia sancionar al diputado Juan Soto, que se saltó la disciplina de voto y apoyó la moción de EU. El propio síndic, Antonio Torres, acusó a su compañero de ser «desleal» y defendió que «por mayoría» optaron por la abstención. «Si no estaba de acuerdo, lo mínimo es comunicarlo». Apuntó que en algunas votaciones los diputados se ausentan para no contradecir las órdenes.

El portavoz reprobó también la crítica de Romeu al entender que la hizo para «sacar rédito electoral». Cabe recordar que el vicesecretario tiene la intención de presentarse a las primarias socialistas para disputarle a Puig la candidatura a la Presidencia de la Generalitat.

Éste no es el único frente abierto que tiene la dirección socialista, puesto que también le llueven críticas de algunos sectores por la celebración de un Comité Nacional el próximo 29 de junio sobre la propuesta federalista. No entienden que Puig centre el debate en una propuesta «alejada de los intereses de la ciudadanía».