Ayuntamientos

Carmena prohibirá que las procesiones se crucen

Con el argumento de no bloquear la capital, Ahora Madrid se planea dejar en manos de Delegación del Gobierno la autorización a los pasos.

La procesión de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de Las Angustias, de la Hermandad y Cofradía de Los Gitanos, partió puntual al atardecer de Nuestra Señora del Carmen
La procesión de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de Las Angustias, de la Hermandad y Cofradía de Los Gitanos, partió puntual al atardecer de Nuestra Señora del Carmenlarazon

Con el argumento de no bloquear la capital, Ahora Madrid se planea dejar en manos de Delegación del Gobierno la autorización a los pasos.

En la reciente comida que la alcaldesa, Manuela Carmena, celebró con los ex alcaldes de la capital, les dijo que, pese a los recortes en el presupuesto, no iba a cargarse la Semana Santa madrileña, que no tenía nada contra esta tradición religiosa y cultural. Pero una cosa es no estrangularla de golpe y otra ir asfixiándola poco a poco, sin que apenas se note, en un intento de dejarla sin respiración. Yo no dudo de la en principio buena intención de la alcaldesa expresada a sus antecesores en el cargo, pero la influencia que sobre ella ejerce el ala más radical de su gobierno produce todo lo contrario.

Podemos ha hecho de esta Semana Santa una semana de pasión anticlerical allí donde gobiernan o tienen influencias en los gobiernos, y el Ayuntamiento de Madrid se ha unido a esa pasión por ir minando esta costumbre que va más allá de lo religioso y tiene mucho que ver con la tradición y la historia popular. Primero, Manuela Carmena decidió restringir sensiblemente el presupuesto municipal para este fin, equiparándolo al del Ramadán y del Año Nuevo Chino. El segundo paso ha sido prohibir la presencia de los maceros y ordenanzas municipales en las procesiones, acabando así con una tradición ancestral. Tercero, el área de Medio Ambiente no autorizó unaprocesión que se celebraba desde hace 20 años en el distrito del Retiro, por supuesto «impacto ambiental», cuando a lo largo del año se celebra en el primer parque de Madrid un importante número de acontecimientos con muchos más participantes que en ese acto religioso.

Parece que, de cara ya al año que viene, el Gobierno de Carmena se está plateando otra ofensiva contra la Semana Santa madrileña, un paso más, y sería no autorizar aquellas procesiones que en sus recorridos pudieran coincidir en el tiempo y en el espacio, con el argumento de no bloquear la ciudad. Restarían a los madrileños así momentos tan emotivos como el ocurrido el pasado Domingo de Ramos, cuando la novísima procesión de La Borriquita se cruzó por primera vez con el Cristo de Los Estudiantes, o el espectacular saludo que se cruzan Jesús el Pobre y el del Gran Poder algunos años.

Y quién sabe si Ahora Madrid, a medio plazo, no se plantea prohibir todos los desfiles procesionales que pasen por el centro de la capital, en cuyo caso, los organizadores podrían buscar otra alternativa: pedir autorización a la Delegación del Gobierno para que se permitieran como manifestaciones, en este caso religiosas, con los mismos derechos que las miles de manifestaciones que se celebran cada año en Madrid, siempre contando con que Podemos no haya puesto para entonces a uno de los suyos al frente de la Delegación del Gobierno, por obra y gracia, y acuerdo, de Pedro Sánchez con Iglesias.

Parece que ya están preparando la pancarta en el registro municipal de permiso para procesiones: «No pasarán».