Criminalidad

"El carnicero Leo"y su ex novia, sadomasoquismo extremo

Practicaban el sadomasoquismo y estaban en un grupo llamado «Crueles e inusuales torturas y sadistas extremos».

«Muerte y ocuridad» es el epígrafe de esta imagen que colgó Leandro en la que se le ve en un cementerio
«Muerte y ocuridad» es el epígrafe de esta imagen que colgó Leandro en la que se le ve en un cementeriolarazon

Practicaban el sadomasoquismo y estaban en un grupo llamado «Crueles e inusuales torturas y sadistas extremos».

No ha quedado acreditado que la víctima mantuviera algún tipo de relación sentimental con Leandro, el hombre que presuntamente le causó la muerte, según hizo constar ayer el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). Se abren así nuevas incógnitas sobre qué pudo llevar a este joven, de 27 años y que responde al apodo de «El carnicero Leo», a cometer presuntamente el brutal crimen, descuartizar el cadáver y, con posterioridad, deshacerse de los restos de la víctima, de 18 años, el pasado miércoles.

El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Valdemoro decretó la prisión provisional comunicada y sin fianza para el acusado. En sede judicial, Leandro V.J., de nacionalidad colombiana, se acogió a su derecho a no declarar y no quiso contestar a ninguna pregunta durante su declaración, según informó ayer el TSJM.

Tras comparecer ante la jueza fue trasladado por los cuerpos de seguridad del Estado a la prisión de Valdemoro. Allí llegó alrededor de las dos de la madrugada custodiado por un fuerte dispositivo policial. Como a otros presos, se le realizó un cacheo minucioso en busca de objetos peligrosos, se le aplicó el protocolo de prevención de suicidios y pasó al módulo de enfermería –donde estaba previsto que permaneciera hasta hoy cuando será entrevistado por los equipos psicosociales de la prisión–. Además está acompañado por un «preso sombra».

Asimismo la juez de instrucción procedió también a decretar prisión provisional comunicada y sin fianza para la ex compañera sentimental del presunto autor del asesinato, quien está investigada por un delito de encubrimiento. Al parecer, la joven habría sorprendido al acusado e incluso tomó imágenes y, con ellas, acudió a la Guardia Civil para denunciar a Leandro. No obstante, algo no ha debido cuadrarle a los investigadores para que la jueza haya tomado la decisión de su encarcelamiento. La mujer ha sido internada en el centro penitenciario de Alcalá Meco, como pedía la acusación popular.

La jornada de declaraciones se prolongó desde las diez de la mañana del pasado sábado hasta pasadas las nueve de la noche. La magistrada también interrogó a algunos testigos: los padres de la joven fallecida –ambos agentes de la Guardia Civil y separados–, la pareja sentimental de la madre, al hermano del principal acusado, así como a otra ex pareja sentimental del detenido.

Varios vecinos de Leandro, que tenía okupado un chalé en la calle Francia 124 de Valdemoro y donde además ejercía como tatuador, también acudieron a declarar ante la jueza. Juegan un papel determinante sobre cómo intentaba deshacerse presuntamente del cadáver Leandro, ya que una de ellas precisamente relataba que de la casa del presunto descuartizador «salía olor a quemado». «Estaba guisando y la vecina de al lado le comentó que si se estaba quemando algo, a lo que él contestó que sí, que era un guiso que estaba preparando», dijo uno de ellos.

El hecho de que no se haya podido acreditar una relación sentimental entre víctima y presunto asesino ha impedido que el caso pase a ser llevado por un juzgado de Violencia de Género por lo que la causa permanece bajo la jurisdicción del juzgado mixto número 4 de Valdemoro, que ha decretado el secreto de las actuaciones.

Por otra parte, ayer se conocían nuevos detalles de la personalidad del «carnicero tatuador». Según pudo comprobar LA RAZÓN, Leandro practicaba el sadomasoquismo, algo que además compartía con la que fuera su pareja. Ambos tienen perfiles registrados en una red social de esta índole y pertenecían a grupos de debate en la red bajo el título: «Crueles e inusuales torturas y sadistas extremos».