El efecto Boston multiplica por 13 las inscripciones al Maratón

Quizá sea porque, desgraciadamente, sabemos qué es sufrir un atentado o porque, como ya se ha demostrado en otras ocasiones, somos muy solidarios: la respuesta a la masacre de Boston de cara al Maratón Popular de Madrid (Mapoma) el próximo día 28 ha sido arrolladora.

Quizá sea porque, desgraciadamente, sabemos qué es sufrir un atentado o porque, como ya se ha demostrado en otras ocasiones, somos muy solidarios: la respuesta a la masacre de Boston de cara al Maratón Popular de Madrid (Mapoma) el próximo día 28 ha sido arrolladora. Lejos de amedrentar a los deportistas españoles, el terror que han querido imponer al otro lado del océano en Madrid ha tenido un efecto rebote: ya hay cerca de 24.500 corredores inscritos y, a las 24 horas de conocerse la noticia del atentado estadounidense, las inscripciones crecieron casi en un 1.300 por ciento, según datos del Mapoma. Si la media de inscripciones en el mes de abril era de 60 diarias, el martes hubo 778. Es decir, trece veces más que los días anteriores. La demoledora cifra aplaca así los primeros temores que apuntaban a un posible efecto negativo o de «pánico generalizado» por la proximidad del evento madrileño. Pero nada más lejos de la realidad. El número de personas que han decidido sumarse a esta fiesta del atletismo y del deporte en general ha subido en todas las categorías del maratón.

El recorrido para profesionales, de 42 kilómetros, tuvo en los últimos días una media de 25 «nuevos adeptos» diarios, mientras que el martes se inscribieron 153 corredores. Con la media maratón, de 21 kilómetros, ocurrió lo mismo. La media en abril era de 70 corredores diarios, pero el día posterior a la tragedia estadounidense se apuntaron 292 personas. El dato más llamativo es el de la carrera más asequible. Al recorrido de 10 kilómetros, al alcance de los deportistas o aficionados al «running» menos experimentados, se habían inscrito 85 personas diarias, pero el día después a las bombas de Boston hubo 333 corredores más dispuestos a intentar hacer el recorrido (o parte de él). Estas cifras son la mejor respuesta al terrorismo: nadie se quedará en casa por miedo. Y es que esta carrera es un referente mundial, ya que más de la mitad de los participantes vienen de otras partes de España y del mundo.

Con este abrumador apoyo popular, la trigesimosexta edición de la Mapoma fue presentada ayer por la alcaldesa de la capital, Ana Botella, y el presidente de la misma, Guillermo Jiménez, entre otros, como el vicepresidente del Gobierno regional –y experto corredor–, Salvador Victoria.

En el acto de presentación se rindió tributo a la memoria de las víctimas y Botella hizo hincapié en que Madrid es una ciudad segura. «La gente puede estar tranquila. Vamos a estudiar las medidas necesarias para que la carrera se pueda desarrollar con normalidad», aseguró. Y es que 450 policías municipales y el doble de agentes de la Policía Nacional, además de Protección Civil, la seguridad privada de la organización y los voluntarios, trabajarán para que todo esté bajo control el próximo día 28. La alcaldesa aprovechó para manifestar su solidaridad con las familias de las víctimas estadounidenses. «Quiero trasladar mis condolencias y todo mi cariño a las familias de los fallecidos y para el resto de los heridos. Además, quiero expresar mi solidaridad con el pueblo de Estados Unidos, porque cuando se ataca a una sociedad libre, se nos ataca a todos los que queremos vivir en libertad», afirmó. Botella, que fue nombrada «Maratoniana Mayor», como los anteriores alcaldes, resaltó el arraigo de esta carrera en la capital y destacó los efectos positivos que tiene sobre la candidatura olímpica de Madrid 2020. «En medio de esta ilusión, celebrar eventos como el que presentamos hoy contribuye de manera decisiva a proyectar el prestigio deportivo de Madrid, nuestra capacidad para acoger grandes y complejas pruebas deportivas», dijo Botella.

Por su parte, el presidente de la Mapoma, Guillermo Jiménez, se refirió al día de ayer como un día «especial». «Por un lado está el dolor y la solidaridad con las víctimas de los atentados, y por otro la ilusión y el trabajo de todo el año. Queremos combinar estos dos aspectos y hacer de esta presentación un homenaje a las víctimas ». «Un grupo de desalmados no va a cambiar nuestros planes», afirmó el presentador del acto, Alberto Hernández.