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Génova

El PP echará con mociones de censura a los alcaldes que no dimitan

La Razón
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Tras expulsarles del partido, confían en que renuncien a sus actas y no se queden como «no adscritos». Miembros del Comité Ejecutivo de Aguirre han «intervenido» Valdemoro.

Los alcaldes detenidos en la «operación Púnica» no volverán a la alcaldía de sus municipios. El PP anunció el lunes que suspendía de militancia a todos los afiliados implicados en la «trama corrupta», según se iban conociendo los nombres de los detenidos. El vicesecretario de Estudios y Programas del Partido Popular, Esteban González Pons, explicó además que los arrestados tendrán que abandonar sus cargos cuando se concreten las acusaciones.

Pero, ¿qué pasará si se niegan a devolver sus actas? En el PP de Madrid tienen claro que llegarán a plantearles una moción de censura. En la actualidad, Génova mantiene expulsados del partido a los once detenidos de sus filas. De éstos, sólo Francisco Granados no tenía cargo público; el resto son los alcaldes de Villalba (Agustín Juárez), Valdemoro (José Carlos Boza), Torrejón de Velasco (Gonzalo Cubas) y Casarrubuelos (David Rodríguez), así como un concejal, el jefe de Gabinete y la responsable de Finanzas de Valdemoro; un consejero delegado de la Comunidad de Madrid y el edil adjunto de Medio Ambiente de Móstoles. A todos ellos el juez los implicó ayer en la trama, dejando a algunos de ellos en prisión eludible bajo fianza (el alcalde, el jefe de Gabinete y el asesor de Urbanismo de Parla y los regidores de Torrejón de Velasco y Villalba) y en libertad con cargos al de Casarrubuelos y al jefe del área informática de la Comunidad.

Al suspenderlos de militancia, los implicados pasarán a ser ediles «no adscritos» a ningún partido. El siguiente paso que harán desde el PP de Madrid será pedirles la dimisión. Si, como hicieron los diputados de «Gürtel» en la Asamblea, alguno se niega a devolver su acta –tiene carácter personal, no es propiedad del partido, sino del edil–, el paso siguiente, según explicaron a este periódico las fuentes consultadas en Génova, será presentar una moción de censura para poder arrebatarles la alcaldía y nombrar a un sustituto. En los cuatro municipios del PP en los que se ha detenido a los primeros ediles, el partido cuenta con una mayoría holgada para poder plantear mociones y terminar la legislatura sin el voto de un edil menos. Desde el partido aseguran que sólo reconsiderarán la posibilidad de que los detenidos continúen en sus actuales cargos si el juez Velasco dejara a alguno sin cargos; algo poco probable a juzgar por los detalles que ya han salido a la luz sobre la investigación de la trama por parte de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.

Desde que este lunes comenzaran los registros y las detenciones en el marcho de la «operación Púnica», el PP en Madrid mantiene prácticamente intervenidos los ayuntamientos cuyos alcaldes fueron arrestados tras los registros en las áreas de Urbanismo y Medio Ambiente. Al margen de Parla, que pertenece al PSOE, Valdemoro es la localidad en la que la «trama Púnica» ha hecho más daño.

Destacados miembros del Comité Ejecutivo de Esperanza Aguirre en el partido, como Bartolomé González y Jaime González Taboada, se desplazaron a la localidad para recuperar la calma en el grupo municipal, en el que hay dos detenidos, además de otros dos cargos de confianza del alcalde. Después de que el cuñado de Granados, Germán Alonso, al que le correspondía asumir la alcaldía, renunciara a ello el martes, ayer, el siguiente en la lista, Manuel Salguero, se hizo de forma provisional con el bastón de mando y emitió su primer comunicado. Salguero pidió «disculpas a los ciudadanos por las incomodidades que hayan podido sufrir el lunes en lo que respecta a la atención al ciudadano» y afirmó que «está asegurada la gobernabilidad de la institución y el normal funcionamiento de los servicios públicos».

Tras volver a asumir los mandos de los consistorios, el siguiente reto del PP en estos municipios será la búsqueda de un candidato para las elecciones del mes de mayo, ya que en los cuatro casos los detenidos tenían previsto ser cabezas de lista en los comicios de mayo. En Génova deberán optar por remodelar de forma íntegra el partido, que también dirigían los arrestados, u optar por que alguno de los actuales dé un paso al frente.