Política

Elecciones autonómicas

El PP urge a designar a los candidatos para no dañar al partido

La Razón
La RazónLa Razón

Génova, molesta con el último órdago a Rajoy de la ex presidenta.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tuvo que afrontar ayer otra comparecencia pública marcada por el ruido y las presiones que están rodeando el proceso de decisión de las candidaturas del PP en Madrid, ayuntamiento y comunidad autónoma. El presidente ofreció una rueda de prensa en La Moncloa tras la cumbre que se celebró en la capital para impulsar la interconexión energética en Europa. En esta cumbre al más alto nivel participaron el presidente francés, François Hollande; el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, y el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. Y allí se habló mucho de Europa, de la recuperación económica y de la mejoría de España, y también de Grecia, pero no de las cuestiones domésticas.

No obstante, esta comparecencia de Rajoy vino precedida por la salida a escena de la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, para cerrar filas con el ahora cuestionado presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y apoyar su candidatura a las próximas elecciones autonómicas de mayo. Con toda la intencionalidad Aguirre buscó el pretexto, la presentación de un libro, para irrumpir en el complicado tablero en el que Rajoy tiene que tomar sus decisiones sobre los «cabeza de lista» y marcar así aún más su terreno. Ella quiere ser la candidata y el mensaje es que también quiere que lo sea Ignacio González, afectado por una campaña de dirigidas informaciones que han vuelto a colocar el foco en el «caso del ático», y que le han puesto en una delicada situación.

El mensaje de Aguirre no cayó bien en la dirección popular, aunque dijese lo previsible, es decir, que defendiese la honorabilidad de Ignacio González y su candidatura. Y no cayó bien precisamente por esto último, porque en el actual contexto sus palabras llevan implícita la lectura de que presiona para que Génova asuma sus demandas, que los dos sean los candidatos, y que no haya injerencias de la dirección nacional en su control de la organización regional.

Ni en Valencia ni en ninguna otra comunidad autónoma hay otro caso de dirigentes que se hayan postulado de manera tan insistente, y en Madrid esta estrategia liderada por Aguirre tiene una repercusión mayor porque ocurre en un contexto muy complicado desde el punto de vista político y electoral. El nuevo paso al frente que ayer dio Aguirre ni facilita la decisión a Rajoy ni tampoco la gestión de su calendario, aunque la secretaria general, María Dolores de Cospedal, desvinculase en Antena 3 la elección de los candidatos del ruido de estos días, y defendiese la gestión y la honorabilidad de Ignacio González.

Mientras en la arena pública continúa el tira y afloja, en el PP cunde la sensación de que si no se actúa ya y se cambia el guión, con el anuncio de los candidatos, la dirección corre el riesgo de perder por completo el control de la situación. «Se ha llegado a un estado en el que no conviene estirar más los plazos. El mensaje que está llegando a la ciudadanía es ruido de corrupción,sombras de extorsión policial y la sospecha de ajuste de cuentas entre políticos y policías. Hay que cortar esto de raíz y abrir otro discurso y otro tiempo», advertía un alto cargo de Génova tras escuchar a Aguirre.

Cospedal, de quien se dice que es cercana al presidente madrileño, indicó que las informaciones de los últimos días lleva viéndolas «años» y «siempre es lo mismo». De fechas no adelantó nada, aunque el PP inició la semana con la previsión de que Rajoy cerraría el debate antes del sábado.