Infraestructuras
El prohibido prohibir de Almeida
Pese a no lograr revertir Madrid Central, el Ayuntamiento estudia cómo deshacer otras restricciones que impuso Carmena: el veto a los remeros en el Manzanares o los animales en los circos, entre otras.
La anterior alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, dejó una impronta en su gestión a través de una serie de prohibiciones y restricciones que fueron polémicas, pero de las que no dio marcha atrás. El nuevo gobierno del Ayuntamiento de Madrid tiene iniciativas urgentes que llevar a cabo, algunas de las cuales parten de las promesas electorales, pero, sobre todo, del programa de gobierno pactado entre PP y Cs, con el apoyo de Vox. Además de dar cumplimiento a esos compromisos, estudia revocar algunos acuerdos que se tomaron por el anterior gobierno de Ahora Madrid; revertir situaciones con las que ya manifestó su desacuerdo cuando fueron tomadas. Todo apunta a que se va a «desprohibir» lo prohibido en su día por Carmena.
Circos sin animales
El pasado marzo, el Pleno del Ayuntamiento modificaba la ordenanza sobre Tenencia y Protección de Animales, con el objetivo de impedir que los circos que entraran a Madrid utilizaran cualquier tipo de animales salvajes en sus espectáculos. De esta manera, la capital se unía a los 64 municipios españoles que prohíben estos eventos. Se concedía una moratoria de un año para que las empresas circenses se adaptaran a la nueva normativa. Los argumentos iban desde que «las necesidades de estos animales no pueden satisfacerse en un circo itinerante, especialmente en lo que respecta al alojamiento y la posibilidad de expresar comportamientos naturales», hasta que «el uso de mamíferos salvajes está injustificado y tiene además un escaso o nulo valor educativo, conservacionista y económico, e incumple la declaración universal de los derechos de los animales de 1987», que recoge que «todo animal salvaje tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, razones que no eran compartidas por los amantes de este tipo de espectáculo, que consideran que la presencia de estos animales como la esencia del circo desde sus raíces.
La Asociación Circos Reunidos anunció que llevaría al Ayuntamiento a los tribunales por esa prohibición, después de reunirse con la alcaldesa y no conseguir que ésta rectificara, aunque la expusieron argumentos «irrefutables» acerca del cumplimiento de todas las leyes y normas de tenencia y bienestar animal vigentes por parte de los circos y «la falsedad de que los animales sean categorizados como especies salvajes, pues llevan generaciones criándose de manera doméstica». Los empresarios estimaron que era ilegal promover normativas contrarias a leyes de rango superior de la propia Comunidad Económica Europea.
No lo va a tener fácil el PP para revocar ese acuerdo, porque, aunque en su día fue el único partido que votó en contra del mismo, su actual «socio», Ciudadanos, junto al PSOE, votó a favor de la propuesta del gobierno de Ahora Madrid para modificar la ordenanza. Quizá el PP no pensara en abordar este espinoso asunto, pero empresarios del circo le van a pedir al alcalde, Martínez Almeida, que sea coherente con lo que votó en su día y restituya la presencia de animales en las sesiones circenses.
El regreso de los remeros al Manzanares
El que habría de convertirse en alcalde, Martínez Almeida, apoyó en su día las reivindicaciones en defensa de la Escuela Municipal de Madrid Río, frente a la decisión del gobierno de Carmena de trasladar este centro a otro, y ante los insultos y amenazas que, según los remeros, estaban recibiendo por parte de grupos ecologistas. Almeida pidió entonces a Ecologistas en Acción, promotor de la renaturalización del río, que no fuera «cómplice» de esas afrentas.
Carmena, había prohibido la presencia de los remeros y decidido el traslado de la Escuela Municipal de Remo para poder llevar a cabo la renaturalización del Manzanares, trabajos que afectaban a la Presa 9 del cauce. Más tarde, la alcaldesa aseguraba que, a pesar del acuerdo plenario por el que se acordó el cierre para prohibir la práctica del remo, por un motivo de «salubridad» y ante el «riesgo sanitario», se reuniría con los remeros, para buscar una alternativa. Y esa alternativa era que se trasladaran al embalse de Valmayor. La hoy vicealcaldesa, Begoña Villacís, recordaba entonces al gobierno municipal que ese embalse no era una solución porque se encontraba cerrado.
Aunque bien es cierto que durante la pasada campaña electoral este asunto no ocupó espacio ni en los programas ni en los mítines, los remeros no dejaron de recordar su situación y la necesidad de que se derogara esa prohibición del gobierno de Ahora Madrid y poder volver a surcar sus aguas.
Recuerdan ahora cual fue la posición del PP en esta polémica y el apoyo que entonces recibieron por parte de este partido y también de Cs. Creen que ahora, con ambos partidos en el gobierno, es el momento en el que el alcalde, les permita volver a su sitio natural, aunque Ecologistas en Acción defienda que ningún partido llevaba en el programa volver a cerrar esa compuerta y «ningún político se atreverá a provocar el desastre ecológico que supondría dar marcha atrás en esa actuación». La pelota está en tejado del nuevo gobierno municipal.
Limitación de velocidad y cierre al tráfico los domingos del Paseo del Prado
En octubre de 2018 el Pleno aprobaba la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento, con una medida polémica por encima de todas: la reducción de la velocidad a 30 kilómetros por hora en calles con un carril por sentido, o de un solo carril, que suponen el 85% del total de la ciudad. Curiosamente en estas calles la velocidad máxima permitida para los vehículos de motor es inferior a la que circulan las bicicletas o los patinetes. PP y Cs votaron en contra calificando de «pufo» esta medida del gobierno de Ahora Madrid. Cuando aún no se ha cumplido un año de su entrada en vigor, el nuevo gobierno municipal parece dispuesto a revisar el aspecto más controvertido de la Ordenanza: la limitación de la velocidad a 30km/h. No se trataría de anular esta medida sino de hacer un estudio riguroso de en qué calles habría que mantener este límite, y en cuales no tiene sentido haber rebajado la velocidad en 20 km/h.
El 27 de septiembre de 2015, entraba en vigor una de las primeras ocurrencias de Carmena sobre modificaciones viarias en el centro de la ciudad: el Paseo del Prado se cerraba al tráfico todos los domingos, desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la tarde (que más tarde se prolongaría hasta las 4), entre la glorieta del Emperador de Carlos V (Atocha) y la plaza de Cibeles. El tráfico rodado y los vehículos de transporte público habrían de desviarse por las calles de Alfonso XII, Antonio Maura, plaza de la Lealtad y calzada lateral del Prado. Con motivo del cierre al tráfico del paseo del Prado, varias líneas de la EMT tuvieron que modificar sus itinerarios, en sentido norte: 10, 14, 27, 34, 37, 45 y la línea Exprés-Aeropuerto. Además, todos los domingos y en el mismo horario, se cerraba a la circulación la calle de Fuencarral, entre la glorieta de Bilbao y la de Quevedo. El argumento era, que se quería una ciudad más sostenible y con mayores espacios para el peatón. Precisamente el paseo del Prado era ya un espacio más que suficiente para el tráfico de peatones que lo frecuentaba en domingo.
Desde el área de Medio Ambiente, se hacía referencia a que este tipo de experiencias, ya se habían llevado a cabo en los años setenta en algunos países suramericanos, y una década después, en Norteamérica, una filosofía de calle abierta, para ciclistas, viandantes y actos lúdicos callejeros. Madrid era la primera ciudad europea en adoptar esta medida de forma permanente todos los domingos del año. La oposición municipal no estuvo de acuerdo, por entender que eran más los problemas que ocasionaba que las ventajas, ya que se trataba de un espacio abierto, de paseo, compatible con el uso de la bicicleta y el tráfico, dada su amplitud. El gobierno municipal debe replantearse ahora si revocar la prohibición impuesta en su día por el equipo de Ahora Madrid y que el paseo del Prado vuelva a ser los domingos lo que siempre fue.
Cae la participación en los presupuestos ciudadanos
La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís confirmó que el Gobierno municipal no va a dejar «de hacer los presupuestos participativos» y se auditarán los proyectos pendientes, un millar, en septiembre. Irán acompañados de un informe sobre su viabilidad técnica y Villacís se comprometió a que el Gobierno municipal «desatascará la bola» de «unos mil proyectos» aprobados de ediciones anteriores pero no ejecutados.
No obstante, la participación en los presupuestos ciudadanos (32.418 personas, según datos conocidos en las últimas horas) se ha desplomado a la mitad en comparación con la fase de apoyos (60.630 personas, todavía con Ahora Madrid en el Gobierno), informa Europa Press. Entre las propuestas que coinciden para toda la ciudad destacan las que orientadas al reciclaje, la instalación de paneles fotovoltaicos y cubiertas solares en centros educativos y puntos de recarga para vehículos eléctricos. También se piden más zonas verdes.
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