Carmona se enfrenta a Sánchez tras su destitución: «No tengo precio»

Ni dejará de ser portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Madrid, ni acepta la promoción forzosa al Senado. El concejal del PSOE, Antonio Miguel Carmona, se negó ayer a acatar la orden de dejar la portavocía del consistorio madrileño que le dio la nueva secretaria general del PSOE-M, Sara Hernández. «Hay personas que tienen valor y otras que tienen precio y yo no tengo precio», explicó el edil, molesto por las formas en las que se ha enterado de su destitución. Según explicó, tuvo conocimiento a través de los medios de comunicación, «de forma estival y con alevosía», y, después de contactar con Hernández, ésta le ofreció un puesto de senador para impulsar desde allí a la capital.

«El motivo que me ha dado han sido los resultados electorales», añadió Carmona, que valoró que, en caso de ser así, deberían dimitir todos los candidatos socialistas a las grandes ciudades que han obtenido menos porcentaje de voto que el PSOE en Madrid. Según su opinión, se trata de una cuestión interna, consecuencia de una ruptura que se inició con la destitución de Tomás Gómez el pasado febrero –a quien volvió a apoyar públicamente– y del «miedo a que me presente como secretario general del PSOE-M».

Por ello, el concejal rechazó el puesto en el Senado y aseguró que no dejará la portavocía salvo que haya una resolución para ello por parte del Comité Regional del partido y que, aun así, seguirá en el Ayuntamiento de Madrid como concejal. Asimismo, Carmona recordó que Sara Hernández tan sólo cuenta con el respaldo del 55% de los militantes, que fueron los que votaron a favor de la nueva ejecutiva el pasado viernes en el congreso extraordinario de los socialistas madrileños. De momento, tanto la resolución de la Ejecutiva del PSOE-M –tomada por unanimidad– como la posterior votación del Grupo Socialista en el consistorio madrileño fueron en contra de los intereses del concejal, que deberá dejar su puesto de portavoz ya que seis de los nueve concejales del PSOE en Cibeles votaron a favor de su destitución, según explicaron fuentes del partido en Madrid.

Sin rendirse, Carmona confió en que su destitución «no tenga consecuencias electorales» de cara a las próximos comicios generales. Desde su punto de vista, su destitución no ha sido una cuestión que ataña únicamente a Sara Hernández, sino que «viene del Comité Federal», aseguró, aunque no ha querido señalar directamente al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Es más, criticó el poco apoyo que su campaña electoral tuvo por parte de la dirección del partido

En su defensa, el ex portavoz afirmó que había cumplido con todo lo requerido por el líder socialista tanto en su discreción tras la expulsión de Tomás Gómez, como en la elección de Ángel Gabilondo y en la directriz de Ferraz de sostener a Manuela Carmena como alcaldesa sin entrar en el Gobierno municipal. Sin embargo, tras esta maniobra criticó que era un intento de la dirección federal de tener el control del partido en Madrid. «No me voy a quedar callado», afirmó, y advirtió a Sara Hernández de que «nos veremos las caras en siete meses», que es cuando está previsto que se celebre el Congreso Regional ordinario y en el que podría presentar su candidatura para relevar a la alcaldesa de Getafe. «No se nos subirán encima si no doblamos la espalda», proclamó, entre los aplausos y las lágrimas de varios de sus compañeros en el grupo municipal y otros destacados militantes socialistas.

Horas después, el secretario de Organización del PSOE-M, Enrique Rico, explicó que la destitución de Carmona se había realizando «mirando» a los ciudadanos de Madrid y en la línea del proceso de «renovación» del partido. Será la número 2 del ex portavoz municipal, la edil Purificación Causapié, quien asuma el cargo del concejal rebelde. Causapié forma parte de la nueva Ejecutiva de Sara Hernández como secretaria de Coordinación Madrid Ciudad. Rico también aclaró que la postura del partido en el consistorio sigue siendo una «oposición constructiva» que supone seguir apoyando un «gobierno de izquierdas».