El urbanismo tensa la cuerda entre Cibeles y Sol

Cifuentes da el visto bueno medioambiental a tres proyectos municipales como prueba de «colaboración entre administraciones». Los de Carmena le responden que «era lo normal».

La presentación de la operación Chamartín la semana pasada fue el detonante del último desencuentro entre la Comunidad y el Ayuntamiento después de que la presidenta regional afeara a Carmena no haber contado con ella para el histórico acuerdo cuando es la Comunidad quien da el «ok» al PGOU del norte de la ciudad. Ayer, la presidenta regional volvió a sacar el tema tras anunciar que ha dado luz verde a tres proyectos promovidos por el Ayuntamiento de la capital -el plan Mahou-Calderón, el Edificio España y el Frontón Beti Jai, un trámite medio ambiental que si bien no es el último sí que es indispensable para que estos tres proyectos municipales puedan salir adelante. Cifuentes subrayó que con esta admisión «queda claramente acreditada la colaboración que se está produciendo en estas materias» entre el Gobierno regional y el Ayuntamiento.

Cifuentes no perdió ocasión de volver a lamentar –como ya lo hizo el pasado jueves tras la presentación del proyecto Madrid, Nuevo Norte– «haber perdido dos años» y para pedir una reunión «lo antes posible» con el Ayuntamiento de Madrid. «No estamos en contra de un proyecto, ni podemos estar en contra de un proyecto que no conocemos. Estamos esperando conocer los detalles», afirmó subrayando su queja porque el consistorio no le presentara antes los detalles del desarrollo urbanístico del norte de la ciudad al que la Comunidad deberá dar el visto bueno.

Las palabras de Cifuentes encontraron respuesta en el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo: «Cifuentes anuncia el desbloqueo de proyectos que son del Ayuntamiento. La Comunidad se ha limitado a emitir los informes medioambientales correspondientes».

Lejos de agradecer el visto bueno al trámite, Calvo afirma que «lo normal es que esos informes sean positivos teniendo en cuenta que se trata de proyectos más sostenibles que sus antecesores, que también fueron informados favorablemente por la Comunidad de Madrid. En el caso Mahou-Calderon ya no se soterra sino que se cubre la autopista, lo que reduce significativamente las afecciones al medio ambiente, y en el caso del Edificio España, proponemos el mantenimiento y consolidación del edificio frente a la modificación puntual del plan general, tramitada por el gobierno de Ana Botella, que abría la posibilidad de derribo parcial del edificio y que tuvo el visto bueno de la Comunidad».