Ahora Madrid
Iglesias busca depurar Ahora Madrid y controlar la sucesión de Carmena
El concejal-presidente de los distritos de Moratalaz y Salamanca, Pablo Carmona, acusó a Podemos de actuar por motivaciones políticas y no por una cuestión vinculada con su código ético
Los ediles del Gobierno municipal expedientados por Podemos ven esta maniobra como un intento de la formación morada por manejar la lista electoral en 2019 y enterrar el modelo de candidatura ciudadana.
«No hay ninguna brecha en el Gobierno de Ahora Madrid». La delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de la capital, Inés Sabanés, desmintió ayer de esta forma que la apertura de un expediente por parte de Podemos a siete ediles del Gobierno de Carmena amenace su estabilidad o suponga un nuevo motivo de enfrentamiento entre sus miembros. Por tanto, no hay, según el diagnóstico de Sabanés, crisis alguna tras la decisión de la formación morada de señalar a estos concejales por no haber realizado las donaciones que contempla el código ético del partido de Pablo Iglesias.
La postura oficial dada desde Cibeles resistió apenas el paso de unas horas. Uno de los ediles expedientados, el concejal-presidente de los distritos de Moratalaz y Salamanca, Pablo Carmona, publicó un artículo en el que acusó a Podemos de actuar por motivaciones políticas y no por una cuestión vinculada con su código ético: «No tiene nada que ver con las donaciones y los dineros que unos y otros pagan en sus organizaciones. El debate tiene que ver con un hecho cada vez más irrefutable: Podemos padece, cada vez más, de los tics de las estructuras de partido tradicionales».
Carmona forma parte junto a Rommy Arce y Montserrat Galcerán –también expedientadas– del ala más radical del Ejecutivo de Carmena, vinculados los tres al movimiento municipalista Ganemos y críticos con algunas de las decisiones puestas en marcha por su propio grupo municipal. En este artículo colgado en la web de «Público», Carmona asegura que «con el gesto de la donaciones, Podemos desvela su pulsión por controlar los entornos a los que no llega, y lo hace con un zarpazo, reclamando dinero a quienes no son de Podemos y a quienes nutren buena parte del ciclo municipalista madrileño».
Que esta polémica haya estallado justo en el momento en el que Podemos comienza a trabajar en los procesos internos que desembocarán en las elecciones municipales y autonómicas de 2019 no es casual. Quedan dos años hasta entonces y esta cita con las urnas servirá como test para evaluar a los ayuntamientos del cambio –en los que Podemos gobierna como parte de candidaturas ciudadanas– además de como la prueba de fuego para saber si Podemos logra liderar algún gobierno autonómico. En el caso concreto de la capital de España, buena parte del debate gira en torno a una pregunta: ¿volverá a concurrir Podemos diluido en el conglomerado de Ahora Madrid o apostará por acudir a los comicios con su propia lista? La formación morada y, más en concreto el sector encabezado por su líder, Pablo Iglesias, defiende que la consolidación del partido pasa ineludiblemente por competir con PP, PSOE y Ciudadanos en 2019 con sus siglas en las grandes ciudades. Y Madrid no puede ser una excepción en esta estrategia. No en vano, Iglesias y otros portavoces de Podemos han exhibido el Gobierno de Carmena como una muestra de la «gestión eficaz» que su partido es capaz de poner en práctica. Ya en las municipales de 2015, Podemos dejó entrever sus dudas sobre la conveniencia de concurrir junto a Ganemos, Equo y otros movimientos bajo el paraguas de Ahora Madrid. Aquellas dudas se han convertido ahora en certezas y la apuesta de Podemos por presentarse en 2019 con una lista propia que sepa aglutinar y heredar el apoyo popular cosechado por Carmena hace dos años parece clara.
Esta hoja de ruta choca frontalmente con el planteamiento de una parte significativa de quienes integran Ahora Madrid, tanto en el Gobierno como en sus bases. Incluso Carmena se ha manifestado públicamente en contra de que en 2019 pierda protagonismo la lista de unidad popular que ella encabezó en mayo de 2015: «Sería importante presentar una candidatura ciudadana más amplia que Ahora Madrid», aseguró la alcaldesa este mismo año en una entrevista.
Estas dos visiones respecto al papel de Podemos y de Ahora Madrid en las próximas elecciones municipales conviven desde hace meses en el Gobierno municipal de manera más o menos soterrada. En este contexto la apertura de los expedientes por parte de Podemos no ha hecho sino señalar a varios de los concejales que han defendido de forma más vehemente la necesidad de dar mayor protagonismo a las candidaturas de unidad popular y a los movimientos municipalistas. Buen ejemplo de ello lo constituyen Carmona, Galcerán y Arce, los tres ediles más fácilmente identificables con Ganemos y el sector anticapitalista. «De nuevo se equivocan optando por reducir todo al denominador “todo es Podemos”. Es un error, de todo punto, tratar de subordinar a lógicas de partido a los movimientos municipalistas», señalaba ayer Carmona en el artículo.
Otros tres de los señalados por Podemos por no haber donado dinero al partido, también han dado pasos en los últimos meses en la dirección contraria a la que defiende Iglesias. En septiembre de 2016, Celia Mayer, Guillermo Zapata y Javier Barbero hicieron pública su desvinculación de Ganemos para crear un nuevo movimiento bajo el nombre de «Madrid 129». Se definió entonces a este nuevo grupúsculo como un «espacio de trabajo» que defendía la necesidad de ir más allá de los límites que impone una formación política al uso: «La propia construcción de la candidatura debe su potencia precisamente a todo lo que en ella se aleja de la forma tradicional de partido político», señaló entonces Zapata.
En el entorno de los concejales expedientados, el movimiento de Podemos ha sido percibido como un primer paso para cribar, con las miras puestas en 2019, no sólo a los ediles de Ahora Madrid sino también al resto de personal eventual y vocales vecinos que actualmente trabajan en el consistorio: «Hubo una época en la que nos animaban a inscribirnos en Podemos y participar, sin tener que jurar exclusividad. Ahora toca elegir», aseguraba ayer una de estas militantes.
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