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La sangre en la picadora: prueba de cargo

La Razón
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Pese a que no se han hallado restos relevantes que apunten a que el presunto descuartizador de Majadahonda haya enterrado un cuerpo –o varios– en la finca de Toledo, lo cierto es que el descubrimiento de sangre en una trituradora en la vivienda en la que presuntamente se cometió el asesinato de Adriana es prueba más que suficiente para incriminar a Bruno Hernández. Tras la determinación, por parte del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil, de que la sangre corresponde a la argentina, la acusación de homicido contra el hombre de 32 años se afianza.