Transporte
Los técnicos municipales prevén «meses de atascos» por los semáforos de la A-5
El Ayuntamiento cree que los cambios «serán duros», pero «la gente tiene que concienciarse».
El Ayuntamiento cree que los cambios «serán duros», pero «la gente tiene que concienciarse».
«El cambio será duro pero los objetivos son los que son», dicen los técnicos municipales sobre el proyecto que tiene previsto poner en marcha el Ayuntamiento de Carmena en la A-5, que convertirá, a partir de enero, en vía urbana una autovía de tres carriles por sentido por la que circulan 120.000 automovilistas.
El Consistorio ya calcula que los atascos aumentarán un 350% precisamente por la instalación de semáforos y, además, los técnicos calculan que «habrá atascos durante meses», entre otras cosas porque cambiar los hábitos de los usuarios no es algo que se pueda producir de la noche a la mañana. Las previsiones municipales no son precisamente que el tráfico de entrada a la capital por esta vía de conexión de los pueblos del sur con el corazón de Madrid discurra por otras vías alternativas, sino que su objetivo es que los madrileños recurran irremediablemente al transporte público para trasladarse. «La gente tiene que concienciarse y, si es necesario dimensionar el viaje e invertir 15 minutos más de tiempo de traslado, habrá que hacerlo en beneficio de la ciudad y del planeta porque el conductor no es el único usuario de las vías y Madrid llega ya muy tarde», explica una de los técnicas que ha participado en el diseño de la nueva A-5.
La primera fase comenzará en el mes de enero y en ella se ha previsto que esté listo un carril bus-vao reversible a la altura de Campamento, aunque la portavoz del Gobierno municipal, Rita Maestre, ayer dijo que propondría al Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid un bus-vao que llegase hasta Navalcarnero y que estuviese cofinanciado por las empresas de los autobuses interurbanos que circulan por esta autovía hasta la capital. El tráfico se pretende apaciguar mediante la instalación de semáforos en la nueva conexión desde la Avenida de los Poblados y otro semáforo a la altura del acceso de la carretera de Boadilla del Monte. Estos discos permitirán establecer, además, dos carriles de acceso directo de los vehículos a los carriles de circulación, sin tener que utilizar el carril bus como vía de aceleración. Después se instalará un radar de tramo entre los puntos kilométricos 4.000 y 5.750, que ya está licitado. El resultado es que el tramo comprendido entre los pk 3 y 8,5 se convertirá en una calle con aceras, árboles, carriles bus, vías bici, pasos peatonales en superficie y menos carriles de circulación de coches con baja ocupación.
Expertos de reconocido prestigio, sin embargo, ya han alertado de que una bajada de la velocidad a 50 km/h, como se pretende, con semáforos que impliquen frenada y arrancado del vehículo, supondrá un aumento de emisiones de material particulado a la altura de la Casa de Campo.
Mientras, a nivel político, PP, PSOE-M y Cs han formado un frente común contra la iniciativa de los semáforos en la A-5 y han presentado iniciativas en sus respectivos consistorios para exigir al Gobierno de Carmena que paralice esta iniciativa.
El grupo municipal socialista en el Ayuntamiento madrileño desafió ayer, en cambio, a su propio partido y exigió un «alto en el camino» y no la paralización inmediata que ha pedido el secretario general del PSOE-M José Manuel Franco. Pidió la creación de una mesa de trabajo para analizar su implantación. De hecho, la propuesta del PSOE madrileño fue tan ambigua que Ahora Madrid votó a favor de considerar que se forme esta mesa entre colectivos y administraciones afectadas «siempre que quieran alcanzarse consensos». El vicepresidente de la Comunidad, Pedro Rollán, advirtió ayer al Ayuntamiento de que «cualquier medida que tenga que ver con los autobuses interurbano, el interlocutor no es el Ayuntamiento, sino el Consorcio».
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