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Los tenderetes de la Plaza Mayor, bajo la lupa de la Fiscalía

Medio Ambiente pide información a Patrimonio por los posibles daños que causan en el entorno.

Los puestos, carteles y maniquíes podrían tener sus días contados en la Plaza Mayor. Foto: ANUSKA SANDRONI
Los puestos, carteles y maniquíes podrían tener sus días contados en la Plaza Mayor. Foto: ANUSKA SANDRONIlarazon

Medio Ambiente pide información a Patrimonio por los posibles daños que causan en el entorno.

La Plaza Mayor celebra aniversario: este 2019 cumple cuatro siglos desde que el arquitecto Juan Gómez de Mora concluyera las obras de este entorno, entonces mercado principal de la villa, encargado por Felipe II primero y rematado por su hijo Felipe III. Irónicamente, el cumpleaños dista de ser feliz precisamente por la misma razón que motivó su construcción por parte de los Austrias: el comercio. O, en este caso, la saturación de comercio. Bufandas del Real Madrid, el Atlético, el Barcelona y hasta del River Plate bonaerense. Vestidos de flamenca para las niñas y uniformes –falsos– de la Juventus de Turín para los niños. Una columna de más de 1,80 con gafas de sol de todos los colores. Carteles de «Tío Pepe», «La Pitusa» y otros muchos más que remiten a la década de los cincuenta del pasado siglo. Así lucían hace poco los soportales de la Plaza Mayor, invadidos por coloridos y acaparadores tenderetes colocados por los comercios, en unas imágenes compartidas en redes sociales por la asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio (MCyP). Los muros, arcos y columnas de hormigón de este espacio histórico y emblemático de la historia de la capital quedan reducidos a «perchas» dentro de una suerte de mercado persa.

Sin embargo, estos puestos podrían comenzar a estar en entredicho. Fuentes de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes confirmaron a LA RAZÓN que la Fiscalía de Medio Ambiente «ha solicitado esta misma semana información» a la Dirección General de Patrimonio Cultural sobre los «posibles daños» que estos tenderetes causan en el entorno de la Plaza Mayor. Del mismo modo, la Fiscalía ha pedido una «estimación económica» del daño que estos puestos estarían causando al patrimonio. Según confirmaron dichas fuentes, el organismo que dirige Paloma Sobrini ha mostrado su «total colaboración». Es más: independientemente de la investigación que está llevando a cabo Medio Ambiente, la Dirección General se plantearía abrir diligencias al respecto para intentar subsanar el problema. De hecho, es un asunto que ya se ha tratado en las Comisiones Locales de Patrimonio, donde también está representado el Ayuntamiento de Madrid. Así, el Gobierno regional ya había trasladado al Consistorio, que es quien cuenta con competencias urbanísticas, su preocupación por el tema.

Hay que recordar que, el pasado mes de agosto, Paloma Sobrini y el consejero de Cultura, Turismo y Deportes, Jaime de los Santos, definieron el ámbito de protección del entorno de la Plaza Mayor, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Y entre los requisitos que debe cumplir, según la legislación, es que cualquier intervención que se realice en ese entorno –lo que incluye sus fachadas– ha de contar con la supervisión de la Comisión Local de Patrimonio para estudiar si puede afectar a la contemplación del monumento. Del mismo modo, los responsables del área de Cultura señalaban que el uso de banderines, luz agresiva o chimeneas fluorescentes podían incidir en una correcta visualización de los elementos arquitectónicos.