Vivienda
Los últimos realojos del poblado de Canillas, en 2017
La Comunidad reactiva las obras para reubicar a las 32 familias pendientes
Después de treinta años esperando sus viviendas, los últimos vecinos del poblado de absorción de Canillas podrán trasladarse a sus casas de realojo el próximo año.
Después de treinta años esperando sus viviendas, los últimos vecinos del poblado de absorción de Canillas podrán trasladarse a sus casas de realojo el próximo año. La Comunidad de Madrid reinició el pasado 25 de mayo las obras paralizadas en la cuarta fase de la promoción de realojo, de modo que a lo largo de 2017 se pondrán a disposición 63 nuevos hogares tanto para los 32 titulares de las antiguas viviendas elementales pendientes aún de realojo que residen todavía en sus antiguas viviendas como para 31 familias en especial necesidad.
El origen de este poblado de absorción está en la posguerra madrileña y en el éxodo del campo a la ciudad. Entonces se levantaron viviendas provisionales, casi barracones, para los trabajadores de las entonces en marcha obras de la M-30 y los barrios de expansión de la ciudad. No fue sin embargo hasta 1986 cuando Canillas fue incluido entre los barrios en remodelación por el mal estado de sus viviendas. La Agencia de Vivienda Social de la Comunidad de Madrid (antiguo IVIMA), levantó pisos de protección social junto a la UVA de Hortaleza para reemplazar las viviendas unifamiliares entre las calles Campaspero y Castromonte.
En 2006, se adjudicaron las nuevas obras de urbanización del barrio con el objetivo de construir 235 pisos de protección pública. Así, se construyeron nuevas calles, infraestructuras de saneamiento y alumbrado, así como 2.000 metros cuadrados de zonas verdes. Dos años después se aprobó el proyecto de 115 viviendas cuyas obras comenzaron en 2012, siendo paralizadas en marzo de 2014. Ahora, la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructuras ha reactivado mediante una inversión de cinco millones de euros la fase A de esta promoción, que son los 63 pisos cuya construcción se inició el pasado mayo con un tiempo de ejecución previsto de entre 12 y 14 meses. Una vez realojados los titulares de las viviendas elementales, se procederá a demoler estas casas antiguas y recuperar los terrenos para la urbanización del barrio y liberar terreno correspondiente a otras parcelas con 10.800 metros cuadrados de edificabilidad.
Las casas en construcción también serán viviendas unifamiliares agrupadas en seis hileras: cuatro paralelas en dirección norte sur y dos hileras en dirección este oeste. Cada vivienda queda organizada en dos plantas superpuestas. En el piso inferior estará la estancia principal, la cocina y el vestíbulo, con un aseo; mientras que en el piso de arriba se sitúan los tres dormitorios que tienen doble orientación para favorecer la ventilación con independencia de la orientación de la edificación. Todas ellas contarán con una salida desde la sala principal al patio-jardín de uso privado con el que contará cada una de las viviendas.
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