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Pruebas decisivas contra el pederasta

Los datos irrefutables contra el depredador de Ciudad Lineal

Pruebas decisivas contra el pederasta
Pruebas decisivas contra el pederastalarazon

La Policía Científica remitirá a la jueza esta semana los resultados de la prueba de ADN y celebrará la polémica rueda de reconocimiento.

Esta semana puede ser decisiva para cerrar algunas de las investigaciones que quedan pendientes tras la detención y encarcelamiento del presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, según han señalado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto. Si las pruebas científicas marchan conforme a lo previsto, se podrá conocer si en el vómito que fue recogido el pasado martes por los agentes en el piso de Santa Virgilia, está, como se presume, el ADN de las niñas víctimas del raptor.

Asimismo, se podrían realizar en los próximos días, las ruedas de reconocimiento para que las víctimas cuyos padres lo autoricen, traten de reconocer a su secuestrador y confirmar que Antonio Ortiz es el culpable. Este asunto se lleva dentro del máximo secreto, por lo delicado que resulta que unas menores de edad hayan de participar en la realización de una prueba que, a la postre, supone que la víctima tenga que volver a ver a su «verdugo».

Sin embargo, las citadas fuentes insisten en la importancia del resultado de las pruebas de ADN que realizan agentes especializados de la Comisaría General de Policía Científica. Normalmente, se tarda entre ocho y diez días y, dado que las muestras se recogieron el pasado martes, los resultados podrían ser entregados a la jueza instructora a mediados o finales de esta semana. Además, se cuenta con otra muestra de ADN recogida en el vestido de una de las víctimas, tal y como publicó LA RAZÓN en exclusiva.

Esta prueba, la del vómito, está precedida de una serie de circunstancias que podrían acreditar que, al menos una de las víctimas estuvo en el piso de Santa Virgilia, propiedad de la familia de Antonio Ortiz y donde se supone consumó algunas de las violaciones.

Fue una de las niñas la que, pese a la situación por la que había atravesado en manos del secuestrador, tuvo la tranquilidad suficiente para relatar a los agentes que, mientras estaba raptada, había sentido ganas de vomitar (debido a la terrible situación por la que restaba atravesando) y que su captor le dijo que, si lo hacía, la golpearía. Por eso, aprovechó un descuido para devolver en un lugar semiescondido, al parecer detrás de un mueble.

En la obtención de la declaración de la niña fue determinante la actuación de los miembros de la Brigada Provincial de Policía Judicial, entre ellos una agente femenina, que supieron ganarse la confianza de las víctimas. Había que combinar el factor tiempo para resolver el caso con el trato exquisito a las menores y se consiguió en la mayoría de los casos, en una labor muy complicada que requiere de la máxima pericia policial.

Cuando los agentes, con el preceptivo mandato judicial, y en presencia del presunto pederasta y su abogado, comenzaron el registro del piso de Santa Virgilia, se dirigieron al lugar que había señalado la niña y donde, salvo que alguien lo hubiera limpiado, debían encontrar el vómito. Allí estaban los restos. En los vómitos quedan, además de la comida, rastros suficientes de saliva, que es uno de los elementos idóneos para obtener el ADN de una persona.

Pero es que además, subrayan los medios consultados, el testimonio de la niña se produjo de forma espontánea. Al quedar confirmadas sus afirmaciones durante el registro, esta prueba va a resultar fundamental para la posible implicación del presunto culpable.

En el piso, los agentes recogieron otras evidencias relacionadas con pisadas infantiles en el suelo, y en los cuartos de baño, cocina y allí donde hubiera conductos de agua, ya que el pederasta lavaba a sus víctimas antes de dejarlas en libertad, una vez consumado los delitos. En las cañerías, que fueron examinadas a conciencia, podrían haber quedado otros restos que se puedan comparar con el ADN de las niñas.

Por lo que respecta a las ruedas de reconocimiento, se han adoptado todas las medidas posibles para que se puedan realizar dentro del máximo secreto y con el menor trauma posible para las niñas. Este tipo de diligencias en que el presunto culpable aparece en un estrado junto a varias personas con el mismo aspecto físico (peso, altura, edad, pelo, etcétera). La víctima, desde un lugar en el que no pueda ser observada, indica si reconoce entre los que están en el estrado a la persona que la raptó y agredió.

Lo que está claro es que, se realice como se realice la prueba, se cuidará de que las niñas no sufran. Para ello también estarán presentes la Fiscalía y los psicólogos que el Ministerio Público designa para asistir este tipo decasos.

Hace tiempo que se decidió que la prueba se realizara en un órgano judicial y no policial. La semana pasada la Policía ya buscaba en gimnasios a individuos de similares caraterísticas físicas a las del todavía presunto pederasta de Ciudad Lineal. Días pasados, agentes especializados se trasladaron por segunda vez al inmueble de Santa Virgilia para realizar, en tres dimensiones, una infografía de lugar, con el fin, entre otras cosas, de poder mostrársela a las víctimas y evitar que tengan que volver a lo que para ellas era el «piso de los horrores».