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Rajoy y el PP remiten el futuro de Cifuentes a la investigación abierta

Los cuadros territoriales no creen las explicaciones de la presidenta y piden que esta crisis no marque el debate futuro

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (c), acompañado del líder del PP andaluz, Juanma Moreno (d), atiende a los medios de comunicación
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (c), acompañado del líder del PP andaluz, Juanma Moreno (d), atiende a los medios de comunicaciónlarazon

Los cuadros territoriales no creen las explicaciones de la presidenta y piden que esta crisis no marque el debate futuro.

La plana mayor del PP tuvo ayer que torear con la «patata caliente» de la presión mediática para que fijaran posiciones sobre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la crisis abierta por las irregularidades detectadas en el máster que le concedió la Universidad Rey Juan Carlos. La agenda organizada por Génova siguió su curso y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aumentó su presencia con respecto a otras citas de este tipo para intentar poner sordina a la tormenta del máster. Y así todo siguió su curso, las mesas de debate, la sucesión de discursos, la entrega de premios a los ayuntamientos, las intervenciones de Rajoy, pero como en una realidad paralela porque por mucho que la dirección popular subiese la voz a su discurso oficial, el foco mediático no dejó de estar mirando a los apoyos y no apoyos a la presidenta madrileña, a sus ausencias y presencias.

Esa doble realidad condicionó también las declaraciones de dirigentes nacionales y territoriales sobre la crisis abierta por el «caso del máster». La consigna oficial la impuso la secretaria general, María Dolores de Cospedal, con su llamada al cierre de filas. Y después de haber sido la que se pronunciase con más contundencia en favor de Cifuentes, hasta el punto de denunciar que detrás de las informaciones publicadas sólo había un intento de terminar con la carrera política de la líder del PP madrileño. En el desfile de voces hubo, sin embargo, sus matices, sin hacer saltar por los aires la consigna oficial, pero sí buscando cobijo en la investigación abierta para las serias dudas que hay sobre la versión de Cifuentes. De esa investigación, según el PP, depende su futuro, aunque den por válido lo que ha dicho en la Asamblea de Madrid y a los medios.

En ese sentido, el presidente del Gobierno señaló ayer que tiene el apoyo del PP, aunque reconoció que el problema está en manos de los tribunales. «Ella ha dado explicaciones y también ha iniciado actuaciones ante la Justicia, y será la Justicia la que tenga que decidir lo que estime oportuno y conveniente. La Universidad ha remitido a la Fiscalía todas las decisiones, actas, acuerdos y todo los temas que conocemos, y a partir de ahí yo no tengo mucho más que decir», sentenció.

Detrás de la escenificación del cierre de filas oficial se dejan sentir sobre todo las dudas entre cuadros intermedios, autonómicos y provinciales, sobre las explicaciones dadas por Cifuentes por sus contradicciones y las evidencias que están dejando las informaciones que están saliendo de la investigación. La universidad niega que haya acta, trabajo o tribunal, y estos son los indicios remitidos a la Fiscalía y el gran tema de los pasillos de la convención. Hasta era recurrente escuchar comentarios de los que preocupados por la situación avanzaban a otros compañeros de partido, preventivamente, que ellos sí tenían todas las pruebas de sus cursos y másters universitarios.

Un sentir sobre el que intentó imponerse el mensaje oficial. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, señaló: «Nuestro partido ha estado muy claro al respecto. La presidenta ha dado explicaciones y ha mostrado su disposición a seguir haciéndolo. Por lo tanto, habrá que estar a la espera». El ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, optó por la misma prudencia. «Hay que esperar a los resultados de la investigación en la Universidad y de la Fiscalía». Y muy significativa fue la reacción del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien devolvió el balón de la pregunta sobre su apoyo a Cifuentes: «Hay una pregunta que sólo se puede contestar con un ''sí'' o un ''no'', y es si la señora Cifuentes tiene un máster. Si la respuesta es que ''no'', la señora Cifuentes no ha dicho la verdad. Si es que ''sí'', que hay un título expedido por la universidad, la respuesta es que ha dicho la verdad. Estas aparentes contradicciones las tiene que explicar la universidad porque no podemos hacer responsable al alumno de un título que expide una universidad».

La cautela que impone la condición de alto cargo no condicionó tanto al presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, ya de salida. «Como persona y como compañera de partido la quiero mucho, pero el conjunto de la sociedad y el PP queremos que se aclare esta situación y que no sea la que monopolice el debate sobre el futuro. Que la Justicia hable y sepamos la verdad». Herrera puso voz de esta manera al malestar interno porque esta controversia esté condicionando la agenda de la Convención y, sobre todo, sea un lastre para un futuro que electoralmente ya se presenta difícil para el PP. Herrera añadió que está convencido de que los madrileños también necesitan saber cuanto antes la verdad de lo que ha ocurrido.

Aunque no se verbalice en público, en el «aparato» territorial del partido, los que se la juegan en las próximas elecciones autonómicas y municipales, hay serias dudas sobre el futuro de la presidenta del PP de Madrid. Creen que políticamente está «muerta» y que el choque de sus explicaciones con las informaciones que salen de la investigación sólo está dejando en evidencia la mala gestión de un asunto en el que «desde el primer momento se tenía que haber reconocido lo que hay». El problema con el que se marchará Cifuentes de esta Convención es que son los suyos los que no se creen del todo sus explicaciones y no ven acertada la estrategia de intentar salvarse llevándose por delante a la Universidad Rey Juan Carlos. «La pérdida de crédito nos puede afectar a todos». Ayer los dirigentes del PP tuvieron serias dificultades para llevar a éxito sus maniobras de «escapismo» para no tener que pronunciarse sobre esta cuestión, y la presidenta madrileña tuvo que renunciar a hacerse las fotos con sus compañeros. No obstante, también hubo «primeros espadas» que optaron por liderar la línea oficial de apoyo. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, aseguró que se cree las explicaciones de Cifuentes. «Tiene toda la confianza de la organización». El vicesecretario de Política Autonómica, Javier Arenas, calificó de «contundentes» sus explicaciones. Y el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo, defendió que es la universidad «la que tiene que dar muchas explicaciones».