Recetas que dan en el blanco

«Es un vino de Rueda, cien por cien de verdejo, con un punto amargo y frescor, que acompaña muy bien a los platos con personalidad. Limpia la grasa que permanece en el paladar tras degustarlos y apetece seguir bebiéndolo. Los chefs han organizado un matrimonio muy bien avenido entre los platos y el vino. Cada receta es la expresión de cada uno al catarlo», afirmó Rodolfo Bastida, director general de las bodegas Ramón Bilbao, durante la presentación del vino Monte Blanco 2012 (la añada de 2010 se alzó con el premio Nariz de Oro como mejor vino blanco del año).

El matrimonio entre vino y gastronomía es eterno y no hay buena comida sin una excelente etiqueta. De ahí que, durante la cita, celebrada en el restaurante Edulis de Madrid (C/ Velázquez, 11. Tel. 912 207 519), no faltara la recién aterrizada en el mercado, pero también ricas delicias elaboradas por tres artífices de culinarias bien diferentes. Platos que, por cierto, permanecen durante este mes y el siguiente en las cartas de sus respectivos establecimientos. Así, el anfitrión de la ceremonia, Alfonso Figueroa, ha convocado los jueves de Monte Blanco, día en el que ofrece una ensalada de cigalas envuelta en boletus y ceviche de ostra y uva, uno de nuestros manjares preferidos, para degustar con el vino, que también es buen compañero de clásicos de la casa, como la flor de calabacín, el steak tartare, la merluza con bisquet de marisco y cebolla y de postre, la tarta fina de manzana, por supuesto. Si reserva en La Paloma (C/ Jorge Juan, 39. Tel. 91 576 86 92), los tres primeros platos del menú de Segundo Alonso se hacen inseparables de Monte Blanco, mientras que los pescados estarán cocinados con éste, aunque también merece la pena probar sus raviolis rellenos de perdiz con boniato y el cochinillo con crujiente de queso brie y puré de manzana. Tanto como las oreo de tinta de calamar, rellenas de crema de chipirón y acompañadas por leche de almendra, que sirve Carlos Moreno en EvBoca (C/ Pradillo, 4. Tel. 91 519 55 64). Y para los amantes del buen vino, propone devorar hasta el corcho de la botella, que en este caso está relleno de ceviche de pulpo braseado con jugo de naranja.