Policía
Seis policías imputados tras una supuesta persecución a «El Isma»
El juez les cita a declarar tras haber sido denunciados por causar lesiones a dos hombres en el marco de una actuación policial contra el conocido alunicero. Los agredidos aseguran que el delincuente no iba con ellos
El juez les cita a declarar tras haber sido denunciados por causar lesiones a dos hombres en el marco de una actuación policial contra el conocido alunicero. Los agredidos aseguran que el delincuente no iba con ellos.
El titular del Juzgado de Instrucción número 48 de Madrid ha citado en calidad de investigados a seis policías nacionales el próximo 6 de abril para que den cuentas de una supuesta persecución fallida a Ismael Arriero Valcarce, el famoso alunicero de 35 años conocido como «El Isma» o «El Troll» y que se saldó finalmente con dos hombres detenidos. Éstos denunciaron lesiones por parte de los agentes (uno de ellos tuvo que ser atendido por el Samur y trasladado al hospital Gómez Ulla), lo que ha motivado ahora la imputación de los policías. La providencia, dictada por el titular del juzgado, el magistrado Juan Ramón Reig, fue notificada el 19 de febrero. Los hechos, sin embargo, se remontan al pasado 31 de agosto. Eran las 20:45 horas de la tarde cuando los agentes se encontraban en un control policial en la calle La Vía, cerca de Plaza Elíptica. Se trataba de un «filtro selectivo en el marco de los distintos dispositivos de prevención de la delincuencia», según el atestado policial. Como suele ocurrir en este tipo de controles, algunos agentes de paisano se establecen varios metros antes del control ya que es habitual que, al percatarse del filtro policial, algunos individuos traten de deshacerse de sustancias estupefacientes por la ventanilla del coche. Fueron estos agentes quienes se dieron cuenta de que en un vehículo, un Lexus modelo CT200h con placa terminada en JDL, viajaban tres personas que, al percatarse de la presencia policial mostraron «elevados síntomas de nerviosismo», según la versión de los agentes. Entonces, a la altura de Plaza Elíptica, uno de los ocupantes se bajó del coche y, según la versión policial, huyó a la carrera por las calles Évora y Santa Lucrecia, ignorando los continuos gritos de «¡Alto! ¡Policía!» que le dieron. Los agentes sostienen que se trataba de «El Troll» sin «ningún género de dudas ni error posible». Aseguran también los funcionarios que el Lexus trató de recoger a su compañero sin éxito, ya que al supuesto «Isma» los agentes le pierden la pista tras acceder «saltando a la Junta Municipal de Carabanchel C. S. S. Plaza Elíptica», según el documento policial. A pesar de que iba a pie (corriendo) y se cuela supuestamente en un lugar público, los agentes aseguran en que le perdieron de vista en ese lugar.
De forma paralela, los funcionarios explican que los dos ocupantes del Lexus que antes le habían dejado bajar, trataban de «recoger a este individuo para facilitar su huida». Los agentes proceden entonces a perseguir al vehículo, que fue localizado en la calle Antonio Leyva y, al darse cuenta de que les seguía la Policía, continuaron a la carrera hacia la A-42, «saltándose un semáforo en rojo en Plaza Elíptica y dando bruscos bandazos poniendo en peligro la seguridad vial». Aunque desobedecieron de forma reiterada las señales acústicas y luminosas para que detuvieran el vehículo, finalmente lo lograron cruzando un coche radiopatrulla delante. Ya parado el coche, los ocupantes se negaron a colaborar con los agentes, según el testimonio de los últimos. Especialmente el conductor, E. R. P., de 49 años, que mostraba «elevado estado de ansiedad y nerviosismo». Ya fuera del vehículo, los agentes aseguran que «de forma súbita e inesperada» trató de «abandonar el lugar a la carrera», motivo por el que ellos se ven «en la obligación de reducirlo conduciéndolo hacia el suelo para evitar que resulte lesionado por parte de algún vehículo» (se encontraban en la A-42). Sin embargo, en este intento de reducirlo, sostienen que el individuo «se golpea contra el suelo en su caída». Acto seguido fue engrilletado. A pesar de las lesiones que presentaba, los agentes le llevaron a comisaría y fue allí donde acudió una unidad del Samur a atenderle. Los facultativos decidieron, no obstante, trasladarlo al hospital Gómez Ulla, quedando allí con custodia policial.
Mientras, el otro ocupante del coche, C. D. G., de 29 años, también mostró oposición a su detención, según los agentes. Aseguran que éste «de forma voluntaria», este detenido les dijo que «El Isma» le había mandado un mensaje emplazándoles a él a y su amigo (el otro detenido) a encontrarse con él en el centro comercial Islazul y que él iría en un Audi gris. Los denunciantes aseguran, sin embargo, que uno de los policías cogió el móvil de uno de ellos. En su denuncia, no obstante, no precisa si lo utilizaron. Fuentes cercanas al caso creen que los funcionarios podrían haber mandado desde este terminal un mensaje a «El Isma» para hacerle una encerrona haciéndose pasar por uno de sus amigos y que el alunicero acudiera al un lugar cercano al centro comercial.
Nueva huida
En cualquier caso, los agentes insisten en que ante esa «manifestación espontánea» que situaba al alunicero en el Islazul, varios policías acudieron al lugar con «vehículos rotulados», según el atestado policial. Los funcionarios que aseguraron, de nuevo, «sin ningún género de dudas», allí estaba «El Troll» en su Audi pero el sujeto volvió a escaparse y le perdieron de vista por la salida A-5. En esos momentos, al famoso alunicero, sólo le constaba la retirada del permiso de conducir por orden del Juzgado de lo Penal número 12 de Madrid, por lo que, si bien en el momento del Audi se encontraría cometiendo un ilícito penal, cuando supuestamente se bajó del Lexus a pie en Plaza Elíptica, no habría motivo aparente para que fuera perseguido por la Policía, según fuentes de la investigación.
La versión de los denunciantes, lógicamente, es bien distinta. Cuando denunciaron las lesiones propinadas, supuestamente, por los agentes, explicaron que quien se bajó del coche en Plaza Elíptica fue un tal «Manu», un trabajador que tenían contratado de forma eventual en una discoteca que regentan en Toledo. Dicen que pasaron el control policial y que los agentes les dejaron ir sin más. Después, cuando tomaron la A-42 se dieron cuenta de que les seguían varias patrullas policiales. Aseguran que eran «unos cinco vehículos» los que les pararon. Les dijeron «las manos al volante», les «bajaron por al ventanilla» y «le dieron una paliza».
El conductor del vehículo, que más tarde tuvo que ser trasladado al hospital, asegura que «perdió el conocimiento» y que no recuerda el trayecto a comisaría. Allí, prosigue en su denuncia, un agente le metió en «un cuarto» y le «empezó a pegar» preguntándole por Ismael Arriero. Asegura que le «dejaron sin conocimiento y le llevaron al hospital». De hecho, según el atestado policial, fue el Samur a dependencias policiales y, desde allí, el hombre fue trasladado al hospital Gómez Ulla. El conductor del vehículo, de 49 años, describe quien le provocó las lesiones, a otra agente que lo presenció y que algún agente, al ver su estado, le preguntó si «se encontraba bien». El que iba de copiloto, de 29 años, asegura que les bajaron «a punta de pistola», que les tiraron al suelo y que vio cómo a su compañero le «estaban pegando y estaba sangrando». A él, sostiene, le dieron golpes en las piernas hasta que le tiraron al suelo pero que con su amigo «se cebaron» y, ya en comisaría, le vio «salir destrozado de un cuarto». Además, denuncia que les quitaron los teléfonos y les amenazaron con meterles droga en el coche. En su denuncia, explica que no sabe si llegaron a usar su teléfono móvil pero que se quedó sin batería.
A la mañana del día siguiente les dejaron en libertad y decidieron denunciar los hechos. Ahora, el caso se encuentra en fase de instrucción y, además de tomar declaración como imputados a los policías, el juez ya ha practicado otra serie de diligencias. En un oficio fechado a 5 de diciembre de 2017, solicita las imágenes de unas cámaras de tráfico al Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid por si pudieran haber captado la persecución y la presunta agresión. Sin embargo, el jefe del Departamento de Tecnologías del Tráfico contestó el pasado 17 de enero al juzgado que las cámaras no graban, sólo emiten en tiempo real, por lo que no se ha podido atender al requerimiento judicial.
Un histórico alunicero apartado de los robos
El alunicero Ismael Arriero tiene 35 años, se crió en las Torres de Villaverde, considerada cuna de esta modalidad delictiva y su golpe más sonado fue el del mayor robo de relojes de la Historia: 23 millones de euros en 2012. El pasado diciembre le detuvieron en una empresa de mensajería pero aseguran que ahora se dedica más a otros asuntos
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