Desahucio

Un barracón, la solución de Carmena al desahucio de Halima

El Ayuntamiento ofrece a una familia de Vallecas una vivienda prefabricada en el distrito de Fuencarral, a 22 kilómetros de su casa.. Ganemos tilda de «miserable» la propuesta municipal

El barracón en el que el Ayuntamiento ofrece alojamiento a la familia de Halima está en Fuencarral y depende de la Concejalía de Asuntos Sociales
El barracón en el que el Ayuntamiento ofrece alojamiento a la familia de Halima está en Fuencarral y depende de la Concejalía de Asuntos Socialeslarazon

El Ayuntamiento ofrece a una familia de Vallecas una vivienda prefabricada en el distrito de Fuencarral, a 22 kilómetros de su casa.

«¿Una solución digna? Yo no podría aguantar ahí ni un dia y creo que nadie. Da claustrofobia. Que lo enseñen a todos, a ver qué le parece a la gente». Halima es una mujer marroquí de 34 años a quien una comisión judicial del Juzgado de Primera Instancia número 34 de Madrid fue a desahuciar ayer su casa de Vallecas. La mujer lleva año y medio viviendo de okupa en el numero 35 de la calle Enrique Velasco con su marido Hakim y sus gemelos de cuatro años, y el Ayuntamiento de Madrid le ha ofrecido una «vivienda» temporal en unos barracones de la carretera de Fuencarral, a 22 kilómetros de su casa.

Cuando les comunicaron este emplazamiento, Halima y Hakim se acercaron a ver el que iba a ser su nuevo hogar y salieron del lugar desolados. «No tendrá ni dos metros cuadrados. El espacio tenía dos camas pequeñas una encima de la otra (por lo que tendríamos que dormir Hakim con un niño y yo con otro), una estantería y ya. La cocina y el baño son compartidos y hay que limpiarlo tres veces por semana aunque no lo uses. Esas eran las normas, según nos dijeron», explica Halima, que asegura que no le dejaron tomar fotos del interior con su móvil. A la sensación de claustrofobia se une el problema de que tanto Halima como sus pequeños padecen asma.

La cuestionable dignidad de esta alternativa habitacional que les ofrece el gobierno de Manuela Carmena es «adecuada al perfil socioeconómico de esta familia», según una portavoz del Área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, que dirige Marta Higueras. Se trata de un proyecto para inmigrantes sin recursos que lleva muchos años funcionando y consiste en un «programa de integración, no solo de vivienda».

«Está perfectamente equipada y las condiciones son absolutamente dignas», explican desde del área. Desde el consistorio aseguran que los servicios sociales consideran que esta familia necesita una «intervención mas profunda» y que esto sería sólo una de las «medidas encaminadas a lograr una inserción plena en la sociedad». Una supuesta inserción que, a juicio de Halima, no necesitan: «Llevo desde 2006 en España. He trabajado y pagado alquiler durante muchos años a pesar de que he conseguido los papeles en 2014. Mis hijos van al colegio y estamos perfectamente integrados. Lo único que nos pasa es que no podemos pagar un alquiler normal». Ella está en el paro y a su marido Hakim apenas le pagan 300 euros limpiando en hostelería en el Paseo de la Castellana. «Yo hasta 2011 no sabía lo que era Caritas, hemos ido cada vez a peor».

El remate a esta mala racha comenzó el pasado mes de enero. La vivienda pertenece a un ciudadano rumano al que ni conocen. Al principio tenían una habitación alquilada y pagaban pero el propietario no debía hacerlo y llegó la orden de lanzamiento. El pasado 14 de enero un policía llego a entregarles una carta firmada por el concejal del distrito, Paco Pérez Ramos, en la que decía que estaba informado del desahucio que se iba a producir en su vivienda. «Desde este Ayuntamiento estamos especialmente preocupados por la situación que viven muchas familias del distrito. Por ello me dirijo a usted para ofrecerle nuestra colaboración». Cinco días después Halima acude a los servicios sociales del distrito y le comunican que, aparte de negociarles una semana extra en su vivienda de Enrique Velasco, le indicarán un albergue para dormir. Pero este mecanismo pondría en marcha a los Servicios de Menores y podría perder la custodia de los niños. Aún así en la Junta de Distrito le animan a aceptar la oferta siempre y cuando se comprometa a dejar la vivienda el día del desahucio. Halima acude entonces a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Vallecas, donde la ayudan a paralizar el desahucio del día 21 de enero. Ya este mes, tratan de hablar con la inmobiliaria Magalsa, propietaria del piso. Éstos le ofrecen un realojo por 300 euros en otro piso, pero la familia no puede permitírselo. El pasado día 12, el Ayuntamiento le ofrece el barracón de Fuencarral, una caseta prefabricada en la que Halima se niega a meter a sus hijos.

Al margen del plano humano, la situación de esta familia de Vallecas también tuvo ayer repercusión política. Ganemos, plataforma a la que pertenecen la mitad de los concejales del Gobierno de Manuela Carmena manifestó ayer a través de su perfil de Vallecas en la misma red social su disconformidad con la propuesta de Higueras: «Toda la PAH señala la gestión de la miseria que propone @MADRID, Marta Higueras y la @JMDpvallecas». escribieron. La Junta de Vallecas, por su parte, se comprometió a abonar dos meses de alquiler para la familia en su barrio mientras buscan otra alternativa.

Halima ayer consiguió un nuevo balón de oxígeno para pensar qué hacer. ¿Lo malo? Que no tiene muchas opciones. «En mi mano no está nada. Sólo espero una vivienda digna», manifiesta.