Patrimonio
Una quinta para los niños
Tras casi dos de años de retraso, el Palacete situado en esta finca de San Blas abrirá sus puertas en los primeros meses de este año con una programación infantil y juvenil. La transformación de la Casa Palacio ha permitido la creación de una ludoteca, un auditorio, una sala de exposiciones, varias aulas para talleres y una cafetería.
Tras casi dos de años de retraso, el Palacete situado en esta finca de San Blas abrirá sus puertas en los primeros meses de este año con una programación infantil y juvenil. La transformación de la Casa Palacio ha permitido la creación de una ludoteca, un auditorio, una sala de exposiciones, varias aulas para talleres y una cafetería.
Por fin durante este año que acaba de arrancar el Ayuntamiento de Madrid pondrá en marcha su proyecto para el Palacete de la Quinta de los Molinos: casi dos mil metros cuadrados dedicados íntegramente a actividades para niños y jóvenes. El Gobierno de Manuela Carmena se propuso nada más llegar a Cibeles revitalizar espacios como éste –considerado como «parque histórico» y ubicado en el distrito de San Blas-Canillejas– o como las fincas de Torre Arias y Vista Alegre. En lo que concierne a la Quinta de los Molinos, el consistorio está perfilando los últimos detalles de la Casa Palacio, el edificio situado en el extremo norte del parque. El trabajo para la adecuación de cada una de las tres plantas del inmueble está ya en su última fase y, tras esta etapa, todo estará listo para que pueda abrir sus puertas a lo largo de los primeros meses de este 2018.
Como prueba de que Carmena quiere pilotar de cerca esta iniciativa, su Gobierno ha aprobado adscribir el edificio a Madrid Destino –la empresa pública encargada de gestionar los equipamientos y las actividades culturales y, por tanto, bajo tutela de la propia alcaldesa como titular de esta área– mientras que el uso del espacio durante los próximos dos años será competencia del área de Equidad, dirigida por su mano derecha y primera teniente de alcalde, Marta Higueras.
El Palacete jugará un papel esencial dentro del conjunto de la quinta. La programación tratará de fomentar el interés de los niños y jóvenes por el teatro, la danza, el cine y la música. Para ello se desarrollarán conciertos, talleres de artes plásticas así como actividades relacionadas con la lectura, la arquitectura o diversas manufacturas. También habrá espacio para la cocina y la naturaleza con propuestas vinculadas con los huertos urbanos de sus jardines. El consistorio prevé programar campamentos urbanos en español e inglés, y en los que tendrá un lugar destacado y permanente la educación digital diseñada para los más pequeños. Para poder desarrollar todas estas actividades, Madrid Destino acaba de licitar el contrato para acondicionar los espacios del edificio y adquirir todo el mobiliario y los juegos infantiles necesarios.
Exposiciones y talleres
El proyecto municipal prevé que la planta baja del Palacete –con 861 metros cuadrados– albergue una ludoteca, una sala de exposiciones y otra para adolescentes, que se situarán en torno a un gran patio central con zonas estanciales. También aquí habrá espacio para la cocina y la cafetería. En la primera planta –646 metros cuadrados–, se instalará un auditorio con camerino para las actividades relacionadas con la música, el cine y el teatro. En el resto de esta planta el protagonismo será para las aulas en las que se impartirán talleres y clases de informática. Está prevista asimismo la instalación de varios despachos y dos salas de descanso. Finalmente, los 86 metros cuadrados de la segunda planta se repartirán entre la oficina de dirección y producción y la azotea anexa.
Pese a la importancia que tendrá en este proyecto el Palacete, el objetivo del Ayuntamiento es que todos los usos pensados para los niños y los jóvenes se vean complementados con actividades al aire libre, teniendo en cuenta de manera especial la singularidad de sus zonas verdes. En este terreno, la gran estrella de la finca son los almendros, convertidos al menos hasta ahora en el principal reclamo de los madrileños y turistas que acuden hasta este punto de San Blas –está abierto todos los días del año entre las 6:30 y las 22 horas– en los meses de febrero y marzo coincidiendo con el momento en el que florecen. Al margen de ello, el parque incluye también grandes extensiones de arbolado, en el que podemos encontrar gran cantidad de especies, fundamentalmente olivos, pinos y eucaliptos. También llama la atención la circunstancia de que en un mismo parque convivan dos zonas claramente diferenciadas: la zona norte con estilo romántico paisajista y la zona sur de carácter agrícola.
El proyecto para convertir la Quinta de los Molinos en un lugar dedicado a actividades infantiles acumula ya varios retrasos dentro de la agenda de Gobierno de Ahora Madrid. Ya en 2016, la alcaldesa anunció que en el mes de junio de ese año abriría sus puertas el Palacete con una programación permanente para niños como teatro, juegos, títeres y una sección de robótica. «Podrán celebrar allí sus cumpleaños los niños», señaló entonces Carmena, que también avanzó su intención de abrir una cafetería con terraza. Dos años después de aquel anuncio, ahora sí, la Casa Palacio de los Molinos abandonará para siempre su silencio.
«La quinta cocina», mucho más que una cafetería
El nuevo Palacete de Los Molinos contará con un espacio reservado a la gastronomía y a la integración social de los jóvenes. El Ayuntamiento ya ha licitado el contrato de gestión del programa de formación ocupacional bautizado como «La Quinta Cocina». Dedicado a jóvenes en riesgo de exclusión y diseñado por la Dirección de Familia e Infancia contará con un gasto plurianual del contrato cifrado en más de un millón de euros. Su cometido será doble: por un lado abrirá al público una cafetería que dará servicio a los usuarios del centro, visitantes del parque y público en general y, por otro, en este establecimiento se formará a jóvenes como camareras, camareros y ayudantes de cocina, para que obtengan una capacitación profesional que facilite su inserción laboral. Cada año se impartirán seis cursos de formación, con 20 plazas cada uno y una duración de seis meses. Los cuatro primeros meses recibirán formación teórica y práctica en las aulas, la cocina y cafetería del palacete. Los últimos dos meses los alumnos realizarán prácticas (120 horas) en restaurantes colaboradores externos. Se prevé además que los jóvenes reciban clases en inglés (también castellano para extranjeros) y ofimática, como complemento a su formación. El equipo técnico estará formado por un director, un psicólogo, un profesor jefe de cocina y otro de barra, más cuatro responsables de cocina y cuatro de barra.
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