Arte, Cultura y Espectáculos
Verne: Imaginación infinita
Una gran exposición muestra hasta febrero en la Fundación Telefónica la influencia del genial autor en grandes personajes de la historia de todos los tiempos.
Con parte del Globo de Monfort, uno de los más antiguos que se conservan –fabricado por uno de los productores de globos terráqueos españoles en el siglo XIX–, y en el que se inspiraba Julio Verne para trazar las rutas geográficas de sus novelas, la Fundación Telefónica nos invita hasta el próximo 21 de febrero a adentrarnos en los sueños de uno de los autores más prolíficos y populares de la literatura universal.
En la exposición «Julio Verne. Los límites de la imaginación», sus visitantes tienen la oportunidad de realizar un recorrido por el universo veniano: el aire, la tierra, el hielo, el tiempo, el espacio... Pueden adentrarse en el legado que inspiró a muchos personajes que, a lo largo de la historia, y guiados por las hazanas relatadas por Verne, trataron de imitar las hazañas que éste imaginó en sus libros. Además, por primera vez en España, esta muestra incluye diez imágenes de la expedición fallida de Sir Ernest Schakleton, un capital Hatteras de carne y hueso que quiso pasar a la historia, sin éxito, como el primer hombre que cruzó la Antártida de punta a punta. Los negativos de esta expedición se encontraron congelados el año pasado en el Polo Sur y pueden verse en Madrid por primera vez en el mundo.
Tampoco faltan referencias a la considerada la mejor obra de Verne. La primera edición de «20.000 leguas de viaje submarino», que se imprimió en España en 1869, está presente en la exposición junto a maquetas y carteles de los primeros botes comerciales del siglo XIX o piezas de colección de Isaac Peral, el marino que se inspiró en esta novela para inventar el primer submarino eléctrico.
El visitante disfrutará también de 44 ilustraciones de personajes de las novelas de Verne o 30 fotografías de la colección del matrimonio Worswick, una de las más importantes en manos privadas, y que recopilaron el legado del fotógrafo norteamericano Walker Evans, que quiso inmortalizar todos los lugares que recorrió Phileas Fogg en su «Vuelta al mundo en ochenta días». La conquista del aire, que el autor nacido en Nantes relató en «De la Tierra a la Luna» y «Alrededor de la Luna», también está representada en maquetas, globos, grabados de aeróstatos y aeroplanos. La Luna, su pasión, está en la Fundación Telefónica en forma de instalación geodésica que muestra veinte formas de viajar al satélite de nuestro planeta.
Los comisarios han logrado todo este material gracias a la colaboración de catorce prestatarios de ámbito nacional y dos internacionales que les han cedido joyas procedentes de colecciones particulares. También han contado con objetos, en muchos casos inéditos, de la Biblioteca Nacional, el Ejército del Aire, el Museo Naval o el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, entre otros.
Además de un paseo que nos adentra en los sueños de Julio Verne, esta exposición va acompañada de un programa de actividades paralelas como recitales de voz y piano inspirados en obras del autor, coloquios sobre su influencia en el cine o el teatro o talleres creativos de escritura y animación para niños.
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