IU
Entre la falta de «lealtad» y la «soberbia» por no negociar antes
Zoido recrimina el «oportunismo» con el paro de Lipasam
El tema de los últimos días, inevitablemente, se coló en el Pleno, con Gobierno y oposición criticando su actuación durante el conflicto. Torrijos censuró la ausencia del alcalde durante cinco de los once días de la huelga. «Veinticuatro horas dijo que se dedicaría a Sevilla», recordó. «¿Son oligofrénicos los que se movilizan?», señaló. Ante las críticas del PP por la falta de lealtad, Espadas indicó que «el día que me vean en la puerta del Ayuntamiento con un megáfono, como Zoido, a lo mejor tienen un poquito de razón». El líder de IU dijo «saludar a los trabajadores de Lipasam y su huelga» por movilizarse en estos «tiempos de silencio». Torrijos recordó que «la huelga es un derecho» que Lipasam ha ejercido «contra la política de recortes». «Una huelga no es un chantaje», diferenció, mostrando su «apoyo a los trabajadores».
Torrijos calificó como «inaceptable» que la negociación arrancara «al octavo día». Según el portavoz de IU, por parte de la oposición se le ofreció al Gobierno local la convocatoria de una mesa con todos los portavoces, además del alcalde, y el comité de empresa de Lipasam. «Esa propuesta obligó a convocar una reunión» con los trabajadores, explicó. «En horas, había un preacuerdo», señaló, argumentando que el Gobierno local dejó pasar los días para «satanizar el derecho de huelga». Torrijos señaló como «origen» del conflicto «los ajustes de Zoido y su soberbia, por no dialogar».
Espadas mostró su «satisfacción» por el acuerdo con el comité de Lipasam y el fin de la huelga y, también, su «insatisfacción» por el tiempo perdido. El conflicto, recordó, se ha solucionado «con dos reuniones de dos o tres horas». «No era tan complejo el acuerdo», aseguró. «Pero hasta el octavo día» no hubo negociación, criticó, pese a que «todo el mundo pedía que se sentaran a hablar». «¿Por qué han dejado pasar ocho días?», cuestionó Espadas, que habló de una decisión «injustificada». «El comité se concentró a las puertas del Ayuntamiento pidiendo diálogo», expuso. La oposición se reunió con el comité. «Esa mañana el alcalde recibe el ofrecimiento de PSOE e IU para sentarnos. Zoido decidió que no. Así nos lo comunicó su jefe de gabinete. No quería que participáramos en la solución del conflicto», desveló, aludiendo a la «lealtad» para no hacerlo público antes. Motivado por la propuesta de la oposición, «esa tarde el Gobierno se reunió con el comité» y en unas horas había preacuerdo, consistente en «las propuestas del comité y los ajustes». «La asamblea de Lipasam» no estuvo bien organizada y «hubo que repetir la votación», desglosó. La oposición «guardó silencio». «¿Por qué nos llama 'irresponsables'?», lamentó Espadas, exponiendo que «nos pide la lealtad que él no tuvo». «El objetivo era convertir la protesta en una huelga entre los ciudadanos y los trabajadores», criticó Espadas.
Zoido reclamó a la oposición que decida «en qué sitio quieren estar», achacándoles su «oportunismo» durante la huelga. «Hablan de empleo, pero es palabrería, no compromiso», dijo. El alcalde, tras recriminarle Torrijos las numerosas protestas que se suceden en cada Pleno, recordó al líder de IU que «usted estaba aquí» cuando se repetían la manifestaciones en la Plaza Nueva en la época de Monteseirín, por lo que pidió «coherencia».
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