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Prevención

Los golpes de calor en bebés: cómo evitarlos y qué señales detectar

Los más pequeños, sobre todo los de menos de un año, son los más sensibles. Si tienen las mejillas coloradas, les cuesta comer o están «apagados» es que tienen calor

Un bebé en una playa
Un bebé en una playaDREAMSTIMEDreamstime

Hay ganas de vacaciones. Muchas. Y más especialmente este segundo verano de pandemia. Mientras unos disfrutan de los primeros chapuzones del año, otros los aguardan deseosos. Pero para poder disfrutar de este temporada estival, es importante no bajar la guardia y adoptar algunas sencillas medidas de prevención para evitar que el calor extremo pase factura a nuestra salud, sobre todo a la de los más pequeños de la casa.

Los días de intenso calor obligan al organismo a realizar un esfuerzo de adaptación para tratar de mantener la temperatura corporal normal: se suda más (mecanismo por el cual el ser humano pierde calor), las venas de dilatan... Las personas mayores y los pequeños de menos cuatro años son, junto con las personas con comorbilidades y con sobrepeso u obesidad, los grupos de más riesgo.

Los pequeños, sobre todo los bebés de menos de un año de vida, son los más vulnerables, ya que al tener menor reserva de agua, su temperatura corporal sube más rápido que en los adultos, según informa la Asociación Española de Pediatría. Eso se debe a que «durante sus primeros meses de vida, su sistema de termorregulación y flujo sanguíneo aún no se han desarrollado completamente. Por ese motivo, los bebés se suelen calentar o enfriar de manera más rápida que un adulto», explica Reme Navarro, farmacéutica, nutricionista y directora de Estrategia de Negocio de Mifarma by Atida.

«Su temperatura –prosigue– es diferente a la nuestra, por eso, el contacto de piel con piel para comprobar su temperatura es muy importante. Normalmente para comprobar su temperatura lo mejor es tocarle el cuello y el tórax a tu bebé. Hay que tener en cuenta que su riego sanguíneo no está desarrollado, por eso suelen tener las manos y los pies fríos. Sin embargo, esto no tiene por qué significar que esté pasando frío».

La temperatura corporal perfecta para tu bebé debe estar entre los 35 y 37o, al igual que los adultos. Pero «una diferencia que existe entre tu hijo y tú, es que su actividad física es menor, por lo tanto también le hace más sensible corporalmente», precisa Navarro.

Pero, ¿cómo saber si tiene calor? Basta con observar si «le cuesta alimentarse; si sus mejillas están coloradas; si sus movimientos son apagados, lentos», detalla la especialista.

«Durante las estaciones más calurosas, pon a tu peque con poca ropa y mantenlo en una habitación fresca», recuerda Navarro, que hace hincapié en que «es también muy importante no abusar del aire acondicionado, ya que pueden hacer que su garganta y nariz se reseque».

Los bebés que van demasiado abrigados, tanto en invierno como en verano, pasan calor. Ahora bien, «si tu bebé está sudando, no significa que esté pasando calor, por eso es muy complicado saberlo. De ahí que sea muy importante fijarse en otras señales como las ya mencionadas».

Síntomas

El golpe de calor se produce cuando uno no está adecuadamente hidratado o protegido de las elevadas temperaturas. Por eso desde el Ministerio de Sanidad siempre se recomienda por estas fechas beber mucho agua o líquidos sin esperar a tener sed, permanecer en lugares frescos, a la sombra, bajar las persianas, no abrir las ventanas cuando la temperatura exterior es más alta y hacer comidas ligeras para reponer las sales perdidas por el sudor, sin olvidar la más importante: evitar las actividades en el exterior en las horas más calurosas.

Los colectivos más vulnerables suelen tener más riesgos de padecer golpes de calor cuando suben las temperaturas. Y hay que tener muchísima precaución en el caso de los bebés menores de un año. Este tipo de reacción se suele producir cuando el cuerpo recibe un aumento brusco de su temperatura debido al calor ambiental. Lugares que son muy calurosos o húmedos tienden a ser sitios donde más se producen los golpes de calor.

Hay varios síntomas que pueden ser señales de que se está sufriendo un golpe de calor: vómitos, confusión, sueño, sensación de mareo o debilidad, entre otros. «Si no prestas atención a los síntomas y no reaccionas rápido, esto puede ocasionar problemas más graves en los órganos del cuerpo. En el caso de un bebé hay que prestar más atención, ya que muchos no expresan su malestar. La clave esté en observar su comportamiento, y si se sospecha, deberás llevarle a un lugar fresco y ventilado. Además, hay que tener controlada su fiebre y detectar las causas de la misma. Es importante saber diferenciar entre ambos términos», destaca la farmacéutica de Mifarma by Atida.

Pero lo más importante es prevenir, y «un truco que siempre funciona es que no abrigues a tu bebé más de lo que te abrigas tú. Los bebés sienten la temperatura al igual que un adulto. Así que si tú estás acalorado, lo más seguro es que tu bebé también lo esté. No se aconseja abrigarle por el «por si acaso». El exceso de calor puede provocar sudamina, que es una reacción en la piel o un golpe de calor», explica Navarro.

«Si tu bebé moja la ropa –continúa la experta–, significa que hay que cambiarle para que esté más fresquito. Por la noche, se recomienda que duerma al menos con una sábana».

Además, también es importante tener en cuenta otros aspectos: «Tu bebé se sentirá a gusto en una habitación con una temperatura de entre 20 a 22 grados. Puedes utilizar el aire acondicionado para conseguir esta temperatura, pero con cuidado. No pongas a tu peque debajo del chorro del aire ni dejes el aire acondicionado encendido durante la noche. Para evitar sequedad que pueda producir el aire, enciende un humidificador si fuese necesario». «Los paseos mejor a primera hora de la mañana o por la tarde. Siempre hay que cubrir con una sombrilla y su cabeza con una gorrita, y siempre que lo veas necesario, ofrécele agua. Y en el caso de dudas siempre deberás consultarlo con un pediatra o profesional», concluye la farmacéutica de Mifarma by Atida.

El escaparate de Mifarma by Atida

Thermobox para mantener la temperatura de la comida

Los golpes de calor en bebés: cómo evitarlos y qué señales detectar
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El recipiente isotérmico Thermobox Tucán Badabulle es ideal para llevar la comida de los más pequeños de viaje o en escapadas al mar o a la montaña. Mantiene la comida a la temperatura deseada: el calor durante siete horas y el frío durante cinco. Además, tiene una capacidad de 350 mililitros. Y resulta idóneo para transportar, ya que su tapón de rosca estanco evita los derrames. Además, este recipiente no pesa. Lavable a mano.

Un fotoprotector SPF50 para las pieles más delicadas

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El Mustela Solar SPF50 Bebés y Niños es un fotoprotector con una alta protección SPF 50, indicado para la piel delicada de los bebés y niños. Deja una piel muy hidratada después de la exposición gracias a su formulación con Perseose de Aguacate. Resistente al agua y a la arena, tiene, además, tiene una textura ligera, idónea para los más pequeños a los que no les suele gustar que les pongan crema. Este producto, testado dermatológicamente, está indicado también para personas con intolerancia al sol y pieles atópicas.

Una bolsita de leche y fruta

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La bolsita de leche con fruta de manzana y fresa de Nestlé Yogolino es un producto perfecto para llevar a cualquier parte, ya que no necesita frío. Se trata de un alimento nutritivo a base de leche fermentada y fruta, sin gluten y sin aceite de palma. Además, no contiene conservantes ni colorantes y está libre de azúcares añadidos, ya que solo contiene los azúcares naturalmente presentes en la fruta. Está indicado a partir de los ocho meses de edad. Basta con abrir la bolsilta y ya estaría listo para tomar.

Un termo-papillero ligero y resistente

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Olmitos Termo Papillero es un producto indispensable tanto en verano como en invierno, ya que permite mantener la temperatura de la comida del bebé, tanto la de los alimentos fríos como la de los calientes. Con un diseño práctico, ligero y resistente, y con un interior en acero inoxidable, este termo-papillero tiene una capacidad para 460 mililitros. Además, dispone de una boca ancha para facilitar el llenado. Es idóneo para llevar la comida del pequeño para ir al parque, a la playa, a la piscina o de excursión, ya que mantendrá la temperatura de la comida de su bebé durante varias horas.

Lugar de compra recomendado: www.mifarma.es

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