Consejos prácticos para recuperar la flora intestinal

Hace tiempo que la microbiota intestinal dejó de ser una palabra desconocida para la mayoría de la población, pero para saber mantenerla en orden, es importante entender qué es: «Llamamos flora intestinal al gran número de microorganismos que colonizan el intestino, especialmente la zona del colon, y que son responsables en buena parte de nuestra salud», explica Reme Navarro, farmacéutica, nutricionista y directora de estrategia de negocio de Atida I Mifarma.

De hecho, en los últimos años se ha convertido en un factor clave a la hora de presumir de un buen estado de salud, ya que se ha logrado demostrar con estudios científicos que está íntimamente ligada con la aparición de numerosas enfermedades y con el agravamiento de algunas patologías, entre ellas la actual Covid-19, algunos tipos de cáncer o incluso determinados trastornos relacionados con la salud mental.

Una de las principales funciones de la microbiota está relacionada con mantener el sistema inmunológico en perfectas condiciones, convirtiéndose así en una importante cerradura que protege al organismo. Y no solo eso, ya que también mejora la digestión, ayuda a luchar contra el estreñimiento y evita los gases. «Este conjunto de microorganismos bacterianos nos ayudan a hacer la digestión de manera adecuada y también a sintetizar los nutrientes que tomamos para metabolizarlos. Igualmente, crean una barrera protectora en el intestino que evita el desarrollo de otros tipos de virus y bacterias que pueden resultar negativos para la salud», añade Navarro.

La flora intestinal ayuda a que las defensas del organismo funcionen de manera adecuada. Además, favorece la asimilación y síntesis del calcio y algunas vitaminas. Así, contar con una flora intestinal equilibrada resulta esencial para que el sistema digestivo funcione de manera adecuada y, por lo tanto, para alcanzar un correcto bienestar general, pues también permite tolerar la lactosa. «Todos estos son motivos más que suficientes para cuidarla», insiste Navarro.

Factores que influyen

Ante esa gran cantidad de microorganismos, mantener el control no siempre resulta sencillo, pues numerosos factores entran en juego. «Diversas circunstancias pueden causar un desequilibrio importante de estas especies bacterianas, por lo que es importante que conozcamos algunos consejos sobre cómo recuperar la flora intestinal para sentirnos mejor», explica Navarro. Y es que, lo que comemos, el estrés, algunos medicamentos… Todo ello puede alterar la microbiota y hacer que nuestra salud no sea la misma. «La lista de causas que pueden afectar el equilibrio de la flora intestinal incluye el estrés, las dietas pobres en fibra y con exceso de proteínas y grasas, el alcohol, el tabaco y el propio envejecimiento natural del cuerpo, sin olvidar también la ingesta de ciertos medicamentos, las intolerancias alimentarias y enfermedades como la gastroenteritis común», detalla la directora de estrategia de negocio de Atida I Mifarma.

Las alteraciones de la flora intestinal son mucho más habituales de lo que puede parecer a priori. «Recuperarla de manera natural es un proceso sencillo si se recurre a probióticos y prebióticos», aconseja Navarro. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los probióticos como «microorganismos vivos que, cuando se suministran en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo que los recibe». Y precisamente uno de estos beneficios es ayudar al equilibrio de la flora intestinal.

Regeneración natural

Encontraremos probióticos en los yogures y las leches fermentadas, como el kéfir. Esto ayuda también a que las podamos digerir mejor, incluso las personas que no toleran adecuadamente la lactosa. Dentro de este tipo de sustancias destacan las bifidobacterias, que normalmente se encuentran en el intestino. El yogur y el queso las contienen, y resultan claves para que nuestra flora intestinal se regenere y reequilibre. También existen en el mercado productos especialmente formulados con estas sustancias para proporcionarnos un mayor índice de probióticos si necesitamos mejorar el estado de nuestro sistema digestivo. De hecho, «los probióticos también pueden ingerirse en forma de medicamento o como complemento alimenticio».

Los probióticos más conocidos son las bacterias Lactobacillus y Bidobacterium. Su objetivo es ayudar a la macrobiótica intestinal a regenerarse de manera natural y suelen emplearse para tratar la diarrea provocada por antibióticos, entre otros trastornos gastrointestinales. Por su parte, los prebióticos son sustancias no digeribles que trabajan estimulando selectivamente el desarrollo de las bacterias intestinales más beneficiosas. Habitualmente, se encuentran en alimentos como los productos lácteos o cereales, a los que se añaden de manera artificial. Algunos prebióticos se usan como medicamentos para el estreñimiento y otros son hidratos de carbono presentes en hortalizas y frutas.

«Entre otras funciones de estas sustancias destaca el crecimiento de la flora benéfica, el estímulo de la función inmunológica, la síntesis de vitaminas en el cuerpo, la mejora del estreñimiento y el control de los trastornos digestivos habituales como los gases», explica Navarro.

Pero los probióticos y los prebióticos no son las únicas herramientas que tenemos a nuestro alcance para recuperar la flora intestinal, ya que también es posible aprovechar los beneficios de otros productos denominados simbióticos, es decir, aquellos que unen probióticos y prebióticos para beneficiarse de los efectos positivos de ambos. «El alimento simbiótico por excelencia es la leche materna. Por esta razón, las leches infantiles que se comercializan contienen simbióticos en sus fórmulas. Asimismo, existen en el mercado numerosos complementos alimenticios de este tipo, que pueden tomarse fácilmente incluso diluidos en algún líquido», explica la farmacéutica, nutricionista y directora de estrategia de negocio de Atida I Mifarma. Por todo ello, seguir una dieta equilibrada y recurrir a probióticos, prebióticos y simbióticos «nos ayudará a recuperar la flora intestinal y mejorar nuestro estado de salud digestiva. Y no debemos olvidarnos de los multivitamínicos», aconseja la farmacéutica.

El escaparate de Atida I Mifarma

Aboca Neo Bianacid 45 Tabletas. Estos comprimidos masticables están indicados como coadyudantes en casos de acidez y reflujo. Protegen la gastroesofágica, para contrarrestar el ardor de estómago. Formulado a base de complejos moleculares vegetales y minerales, es un producto 100 % natural, biológico. Está indicado para ayudar en episodios de acidez, ardor, dolor, reflujo gastroesofágico y gastritis, así como para las digestiones pesadas y los gases. Es apto para embarazadas, mujeres con lactancia y niños a partir de los 6 años.

Balasense Probiotics-7 & Prebiotic 90 cápsulas es un complemento alimenticio a base de siete cultivos bacterianos diferentes, con acción probiótica e inulina, acción prebiótica. Cada cápsula aporta 775 millones de bacterias vivas. Balasense utiliza en su sistema la cubierta entérica de la cápsula y la matriz de polisacárido para proteger las bacterias vivas de ser degradadas por el ácido a su paso por el estómago, asegurando así que lleguen intactas al intestino.

ProFaes4 Digest Plus 10 sobres. Este simbiótico con Lab4 ayuda a mejorar el desequilibrio de la flora intestinal ocasionada por situaciones de estrés. Está formulado a base de inulina, L-Glutamina, aloe vera y vitaminas A, C y D. Gracias a su consumo es posible mejorar el malestar intestinal y las sensaciones de distensión. Además, es apto para diabéticos, vegetarianos e intolerantes a la lactosa. Los farmacéuticos aconsejan no superar la dosis diaria expresamente recomendada ni ser un sustituto de la dieta variada y equilibrada.