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Banca

¿Por qué elegir bien tu tarjeta para viajar te puede ahorrar cientos de euros?

Utilizar su tarjeta habitual fuera de nuestras fronteras puede suponer un sobrecoste significativo

Los grandes bancos españoles suelen cobrar una comisión media del 4,5% por sacar dinero en el extranjero larazon

Con el verano a la vuelta de la esquina, millones de españoles empiezan a cerrar los últimos detalles de sus vacaciones. Pasajes, alojamiento, rutas turísticas... Pero hay un detalle que a menudo se pasa por alto y que puede marcar la diferencia en el presupuesto final del viaje: la tarjeta bancaria con la que se paga y se retira dinero en el extranjero.

Cada verano, más de siete millones y medio de viajes internacionales salen desde España, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Lo que muchos viajeros ignoran es que utilizar su tarjeta habitual fuera de nuestras fronteras puede suponer un sobrecoste significativo. “Las comisiones por cambio de divisa y por sacar efectivo en cajeros fuera de España pueden elevarse fácilmente por encima del 7% en total. Hablamos de hasta 75 euros por cada mil retirados en un país sin euro”, explican desde el comparador financiero HelpMyCash.com

Los grandes bancos españoles, como BBVA, Santander, CaixaBank o Sabadell, suelen cobrar una comisión media del 4,5% por sacar dinero en el extranjero, a la que hay que sumar un 3% por cambio de divisa. Y no hay escapatoria: incluso pagar directamente en un comercio en otra moneda lleva consigo ese peaje invisible.

La buena noticia es que existen alternativas. Algunas tarjetas, diseñadas específicamente para viajar, eliminan estas comisiones o las reducen drásticamente.

Entidades como Trade Republic, Imagin, N26 o Revolut ofrecen tarjetas sin coste por cambio de divisa ni por retirada de efectivo fuera de España. Además, muchas de estas tarjetas tampoco aplican comisiones de emisión o renovación.

Estas son las cuatro mejores cuentas según los expertos de HelpMyCash:

La tarjeta de Trade Republic permite realizar pagos en el extranjero sin comisiones por cambio de divisa, aplicar el tipo de cambio de Visa sin recargos y retirar efectivo gratis en cualquier parte del mundo a partir de 100 euros.

Por su parte, Imagin ofrece pagos sin comisiones en cualquier divisa y sin límites, retiros gratuitos en cajeros internacionales (aunque algunos propietarios de cajeros pueden cobrar su propia comisión) y no tiene gastos de emisión ni mantenimiento.

N26, por su lado, incluye diferentes niveles de servicio: el plan Estándar es gratuito, pero aplica un 1,7% de comisión en retiradas en moneda extranjera; en cambio, los planes You y Metal (de pago) permiten retiros gratuitos en cualquier divisa e incluyen un seguro de viaje.

Revoluttambién ofrece diversas modalidades: el plan Estándar permite cambiar divisas sin comisión hasta 1.000 euros al mes de lunes a viernes, pero aplica un 1% por encima de ese límite; los planes Premium y superiores eliminan ese tope. En cuanto a retiros, el plan básico permite hasta 200 euros mensuales o cinco extracciones sin coste; a partir de ahí, se cobra un 2%.

También conviene fijarse en los seguros incluidos. Algunas tarjetas para viajeros incorporan coberturas médicas internacionales, protección ante pérdida de equipaje o retrasos de vuelo, lo que permite prescindir de un seguro de viaje adicional, que puede costar decenas de euros por persona. Por ejemplo, la tarjeta Metal de Revolut cubre gastos médicos de hasta 10 millones de euros y permite retirar hasta 800 euros al mes sin comisiones en cualquier parte del mundo.

Eso sí, antes de lanzarse a usar estas tarjetas, es fundamental leer la letra pequeña: algunas ventajas están condicionadas a la contratación de ciertos planes o a la domiciliación de la nómina, y los seguros tienen limitaciones y exclusiones que conviene conocer.

En definitiva, elegir bien la tarjeta para viajar puede suponer un ahorro de cientos de euros al final del verano. Es un gesto sencillo, que no requiere esfuerzo y que, sin embargo, puede marcar la diferencia entre unas vacaciones ajustadas y unas sin sobresaltos financieros. Porque en la era de la banca digital, pagar de más por lo mismo ya no tiene justificación.

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