Billetes de medio millón de euros para viajar en el nuevo Titanic

Hagamos una pequeña encuesta, por más que sea imaginaria. Al estilo del mítico Un, dos, tres, aunque sin premio en metálico de por medio, preguntemos por embarcaciones que se nos vengan a la memoria. Por ejemplo, el arca de Noé. “El arca de Noé, el barco de Chanquete, el acorazado Potemkim, la Pinta... Bueno y La Niña y la Santa María. ¿Alguno más? Espera, espera, un momento, uno de los más importantes, aquel Titanic que se hundió hace más de 109 años y en cuyo trágico accidente perdieron la vida casi 1.500 personas. Un horror en toda regla.

Mucho se ha escrito sobre aquella impresionante nave, aunque las generaciones más jóvenes pensarán automáticamente en Kate Winslet y Leonardo DiCaprio surcando los mares al ritmo de la pastelera cancioncilla de Celine Dion. Han pasado los años y la mística del Titanic permanece. También en China, por muy lejos que parezca que está aquello.

Entre los muchísimos millonarios chinos que un día de estos dominarán el mundo, está el empresario Su Shaojun, que lleva invirtiendo desde hace 6 años millones y millones en construir un parque temático relacionado con el Titanic en la provincia de Sichuan, el más arquetípicamente chino de todos los territorios de gigante asiático.

Y, claro, la joya del parque no puede ser otro que la recreación de una de las embarcaciones más célebres de toda la historia de la humanidad. Los primeros datos conocidos, así de pronto, marean: 120 millones de euros de inversión, 230 toneladas de acero y unas dimensiones de 269 metros de largo por 28 metros de ancho. Los segundos, directamente aconsejan comprar un bote de biodramina para evitar males mayores. Allá van: el nuevo Titanic tendrá 840 camarotes, todos ellos sin posibilidad de conectarse a una red wifi, por cierto, y la capacidad total se acercará a los 2.500 pasajeros.

En la construcción del parque temático han intervenido más de 100 personas y los trabajos no han podido escapar a las críticas realizadas desde diversos colectivos por aquello de ganar dinero a partir de una inmensa tragedia como fue la del mítico Titanic. Pero claro, eso se lo tendrían que haber preguntado en su día a James Cameron, el director de la película que rompió la taquilla de medio mundo.

Eso sí, dormir en el Titanic chino del siglo XXI será igual de prohibitivo que surcar los helados mares del Norte a comienzos del XX. De momento ya hay algunos interesados en estrenar aventura a un precio para pocos bolsillos: medio millón de euros para empezar a hablar.