En el polígono Cobo Calleja, en Madrid, hay menor flujo de clientes y preocupa también un posible desabastecimiento

Cada paquete que viene de China es un tesoro porque la importación se ha frenado en las últimas semanas. Así que los negocios abiertos esperan cruzando los dedos. Desde que se aprendieron la palabra "coronavirus” las tiendas están desiertas y muchos negocios cerrados, porque sus dueños están atrincherados en casa. Li amasa sus empanadillas después de dos semanas con la persiana cerrada. Claudio es uno de sus primeros clientes. Unos confiados y otros más prudentes, pero los chinos son tajantes con las medidas de seguridad.