Negocios centenarios
Marchando un granizado de limón para Martínez-Almeida en el último aguaducho
Acudió a saludar al kiosco de Miguel y José Manuel después de leer en LA RAZÓN la invitación de los dos hermanos
Si hay un mandamiento que cumplen los buenos alcaldes a rajatabla es estar en la calle y escuchar a los vecinos. El cargo implica mucha zapatilla y barro. Y también momentos verdaderamente gratificantes y encantadores como el que pasó ayer el regidor madrileño, José Luis Martínez Almeida, en el último Aguaducho de Madrid, un negocio con más de cien años de historia al frente del cual se encuentran dos hermanos: Miguel y José Manuel. Ambos, la cuarta generación de un negocio familiar, lanzaron al alcalde madrileño desde las páginas de LA RAZÓN una invitación formal para que les visitara en el reportaje que contaba la historia de una familia con larga tradición horchatera. Martínez-Almeida la leyó y ayer se plantó frente negocio centenario para tomarse un granizado de limón, por que él no es mucho de horchatas, según les dijo.
Quisieron invitarle. Pero no se dejó. Y eso que insistieron. «Que luego dicen que los políticos nos aprovechamos de los cargos», dijo entre risas. Así que sacó del bolsillo los cuatro euros que cuesta el vaso grande de uno de los granizados más ricos que se sirven en Madrid y abonó la cantidad para hacer negocio a un establecimiento que ha sobrevivido cuatro generaciones haciendo horchata y agua de cebada con una fórmula infalible: chufa valenciana y agua madrileña. Lo que a un colchonero como Martínez-Almeida no le pasó por alto es que en el kiosco de la calle Narváez, 8 hubiera un rincón dedicado al Real Madrid. En él cuelga un banderín, algunos imanes con el escudo del equipo de fútbol... «¿Y eso? No sé yo si pedirte horchata», dijo socarrón. «Pues yo soy del Madrid, pero no te preocupes que mi mujer es una acérrima del Atlético», le respondió José Manuel.
Los horchateros no podían ocultar ayer su satisfacción por la visita del alcalde madrileño que llenó su kiosko de curiosos deseosos de fotografiarse con el primer edil. «Es un hombre muy cordial, cercano y atento. Para nosotros ha sido un honor que venga a visitarnos», dice José Manuel. Allí, él y su hermano le estuvieron contando la historia de un negocio del Madrid de siempre que utiliza los mismos ingredientes de antaño para sus refrescos «para que sean bebidas de lo más natural. ¡Y mira que eso ahora es difícil!».
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