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El restaurante chino más antiguo de Madrid celebra su Año Nuevo

Cinco jóvenes más españoles que chinos han transformado el mítico restaurante «El Buda Feliz»

Bingxin Hong y Alonso Zhang son dos de los socios a cargo de «El Buda Feliz»
Bingxin Hong y Alonso Zhang son dos de los socios a cargo de «El Buda Feliz»Alberto R. RoldánLa Razón

Ya han pasado casi cinco décadas desde que la familia Wang aterrizó en España desde Taiwan, concretamente en Logroño, movidos por su pasión por el vino. Tras exportar durante años este maridaje a la ciudad china decidieron trasladarse a Madrid. Fue durante una de las muchas reuniones que organizaba la familia con amigos en las que los enamoraban con la comida tradicional de su país cuando se plantearon algo que les cambiaría la vida para siempre: Si a todo el mundo le gusta, ¿por qué no abrir un restaurante de comida china? Así, nacía el restaurante «El Buda Feliz» en 1974, el primer restaurante chino de Madrid. Seguidores del sistema Feng Shui, -teoría que dicta que viento y el agua es beneficiosas para las personas- el matrimonio Wang, Román Wang y Mercedes Wu, escogieron este local en el número 5 de la calle Tudescos por su ubicación en pleno corazón de la ciudad, frente a la Plaza de Callao, lugar que según sus tradiciones simula la boca del dragón.

Según los cálculos del matrimonio, era el punto de encuentro de mucha gente, con energía positiva y de ahí su nombre «El Buda Feliz». Han sido muchos los premios gastronómicos que a lo largo de los años han ido recabando y que sus sucesores aún conservan. Obligados a traspasar el restaurante, pues sus hijos no querían dedicarse al mundo de la hostelería, su cultura budista les unió a un grupo de cinco jóvenes relacionados con la restauración. Desperdigados por la península y con proyectos gastronómicos diferentes, Álex Ye, Bingxin Hong, Alonso Zhang y Álex Zhu, vieron desde el primer momento la oportunidad que se les presentaba ante los ojos y pese a haber muchos chinos interesados en el local madrileño, fueron los escogidos por la señora Wang. Alonso Zhang y Bingxin Hong reciben a LA RAZÓN en uno de los reservados de «El Buda Feliz» y confiesan que no tuvieron dudas pues fue en este local dónde empezó para la capital la cocina china. «Entonces no hacían verdadera cocina tradicional china, tuvieron que adaptarse cuando llegaron a España. Sin embargo ahora, todo el mundo viaja a China y la conocen a la perfección y no tienen problemas para adaptarse a sus sabores», apunta Zhang.

Por ejemplo, la señora Wang tuvo que adaptar la salsa agridulce, «como a la gente española le gusta mucho la salsa de tomate, mezclo ambas para adaptarlas al gusto de los españoles y obtuvo mucha aceptación», apunta. La fusión de sabores de España con los de China fue fundamental en los comienzos, también por lo complicado de encontrar cientos productos chinos en Madrid pese a que la familia Wang tenía más facilidades por la exportación del vino.

Cinco socios

«Explicamos a la señora Wang nuestra idea: queremos que este punto ya de referencia en Madrid, ahora que sabemos que la gente lo conoce y le gusta, sea un renacer de la auténtica comida china. Para ello rediseñaremos la cocina, la comida, los platos, la decoración…», apunta Zhang. Los cinco socios concebían la gastronomía como una experiencia de cinco sentidos, por eso para ellos era muy importante transformarlo por completo. Para ello, apostaron por una cocina abierta en la que los clientes pudieran ver cómo se cocinaban sus platos en fuegos rápidos y potentes además de transportarlos hasta Shangri-La. «Pedimos a la decoradora que emulase esta zona multicultural de Asia, vecina de China y Vietnam, en la que todo el año es primavera y su paisaje es verde y lleno de flores», cuenta Zhang. Del antiguo «El Buda Feliz» únicamente conservan los pomos de las puertas principales, como símbolo para sus clientes más veteranos «para que al entrar recuerden hace años cuando venían con sus padres o abuelos, aunque todo sea distinto», rememora Hong.

Estos días, con motivo de la celebración del Año Nuevo Chino, se suma a la decoración las ornamentaciones en color rojo para atraer buena suerte así como platos tradicionales típicos de estas fechas que completan su extensa carta. Entre estos, destacan el insustituible pato laqueado, los dim sun de carne y verduras o entre los entrantes, unas gambas rebozadas con melón, la combinación perfecta de dulce y salado. Para culminar, una tarta de queso con té matcha. Para empezar el año con el estómago lleno.

Dónde Calle de Tudescos, 5
Precio medio 25 euros