Nuevas pistas
La Policía rastrea las llamadas de la madrileña Sandra Bermejo y valora el testimonio de unos pescadores
El Juzgado de Gijón instructor del caso estima, más allá del suicidio, que no puede descartarse algún delito contra la libertad o integridad física de la mujer
Nuevas pistas -al menos hasta donde se ha hecho público-, sobre la desaparición de la joven psicóloga madrileña Sandra Bermejo en el Cabo Peñas de Asturias. La Policía ha mantenido como principal línea de investigación desde el inicio la “desaparición voluntaria”, es decir, que la joven se quitó la vida lanzándose al mar.
Sin embargo, desde el Juzgado de Instrucción número 3 de Gijón, que se encarga del caso, no se descarta ninguna línea de investigación. Algo en lo que está de acuerdo la familia. Se han acordado nuevas medidas de investigación ante la posibilidad de que la desaparición no sea voluntaria. Especial importancia cobra ahora el avistamiento de dos coches aparcados junto al de la psicóloga por lo que se ha dado mandamientos para obtener el duplicado de la tarjeta SIM del móvil de Sandra. Pero todas las hipótesis siguen abiertas.
Existen además nuevos indicios y nuevos acentos en este caso. Así, la familia ha presentado un escrito en el que solicita la declaración de un grupo de pescadores que vierondos coches aparcados junto al de la psicóloga, algo que les sorprendió, al ser totalmente “inusual” que hubiera gente por allí a esas horas.
Se asegura que los pescadores están identificados y mantienen contacto con la familia de Sandra. El abogado facilita este martes los datos de estos trabajadores al juzgado para facilitar la tarea y que se les pueda tomar declaración. Algo que por otro lado podría no ser relevante para la investigación, pues esos hombres no se quedaron con las matrículas o los modelos de los coches. Con todo, se atisba una nueva línea de investigación ante estas nuevas aportaciones al caso. Según los pescadores, en el aparcamiento donde se halló el coche de Sandra observaron tres vehículos que estuvieron estacionados durante toda una noche. Era el de la psicóloga y otros dos. Estaban “juntos”, cuando el “resto del aparcamiento estaba libre”.
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