Opinión

Quiero ser artista

Quiero llorar fuertecito por la sanidad pública sin acordarme, ni yo ni ninguno de mis concienciados y activistas (pero creativos) amigos, de que tuve una sicav en un paraíso fiscal.

Yo de mayor quiero ser artista y progre. Llorar fuertecito por la sanidad pública sin acordarme, ni yo ni ninguno de mis concienciados y activistas (pero creativos) amigos, de que tuve una sicav en un paraíso fiscal. «La sanidad pública es un pilar de nuestra sociedad de bienestar y con eso poca broma», diré mientras sorbo mocos y se me saltan las lágrimas. Vale que yo preferiré tributar menos (mucho menos y fuera) y que me atiendan en la privada, sin listas ni salas de espera, pero eso no significará que no quiera lo mejor para los pobres.

Me habré calzado para recoger mi premio a mejor corto resiliente y transversal con perspectiva de género unos Jimmy Chou de dos mil eurazos, que ya les he echado el ojo, y un Prada vintage de encaje de unos diez mil que hace tipazo. A tope con subir el salario mínimo (no hay derecho a que con lo que me habré gastado yo en mi outfit sin mirar el precio tengan que sobrevivir catorce familias un mes entero) y contra la reforma laboral del PP (la que me habrá permitido hacer un ere en mis restaurantes). Pediré un aplauso que llegue hasta Sol, a ver si toda esa gente que se dedica a cosas vulgares, vota mal y paga sus impuestos aquí (qué caro es ser pobre) se entera de una vez y sale a la calle ya a defender sus derechos. No puede ser que tenga que hacerlo yo cada vez que me dan un premio, o el hermano del marido de mi amiga. Yo saldría con la chusma, pero estaré preparando el guion de mi siguiente película. A ver si se creen que es fácil meter a todas las minorías identitarias y todas las causas justas del momento en una hora y media. Buenas noches y gracias por este premio que tanto me merezco.