Fuera de plano

Almeida avanza en los minutos de descuento de la campaña para llegar a la mayoría

La supervivencia de Ciudadanos está en juego, el avance de Vox en suspenso y el mantenimiento de los pobres resultados del PSOE, por confirmar

El candidato popular a la alcaldía de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, participa en un mitin de campaña, en Madrid.
El candidato popular a la alcaldía de Madrid, José Luis Martínez-AlmeidaDaniel GonzalezAgencia EFE

Como casi todos los líderes indisciplinados, José Luis Martínez Almeida ha repetido durante esta campaña que él es un candidato disciplinado. Se podría deducir que el alcalde de Madrid considera las recomendaciones de su equipo, pero no siempre es así. Almeida es el velociraptor de los datos, el opositor concienzudo, el que todo lo sabe, el que hace el saque aunque sea atropellado. Es autosuficiente y pese a que estos días intente darle protagonismo a su equipo, la estrategia está en su cabeza.

“Brillante opositor” o “trabajador tenaz” son las palabras que la presidenta del PP de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le ha dedicado en la recta final de la campaña, donde se juega revalidar su puesto al frente de Cibeles con un “gobierno estable y sin zancandillas”, advirtió Ayuso en un acto conjunto. La candidata a la Comunidad quiso apoyar a su “partner” en las últimas horas de la contienda después de que lo hicieran el presidente andaluz, Juanma Moreno Bonilla, los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy y el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo. Los populares se han volcado con el candidato, conscientes de la importancia de la plaza madrileña en la estrategia de acabar con el sanchismo. La ciudad, tradicionalmente conservadora, ha sido siempre el nicho de voto popular y de ahí que Ayuso haya tenido en cuenta las estrecheces que las encuestas le otorgan para gobernar la capital en solitario. A falta de unos pocos concejales para alcanzar la mayoría, según las previsiones demoscópicas, la candidata ha querido bendecir a Almeida criticando las políticas de la izquierda en el Gobierno donde “no conocen a la sociedad madrileña”.

La supervivencia de Ciudadanos está en juego, el avance de Vox en suspenso y el mantenimiento de los pobres resultados del PSOE, por confirmar. Los pactos de la izquierda se dan hechos en Cibeles si el PP no lograra la mayoría que le permitiese gestionar en solitario. Por eso, la presidenta ha decidido involucrase en la contienda municipal en las horas de descuento. Su discurso nacional moviliza a los conservadores madrileños, sobre todo, tras la campaña de hostigamiento personal de la izquierda que no ha hecho más que acrecentar su figura. El ticket Ayuso-Almeida es fundamental para el comienzo de un nuevo ciclo en la séptima planta de Génova. La escenificación de la victoria en el tradicional balcón del partido pasa por la mayoría en Madrid y las previsiones sitúan a Almeida al borde del éxito.

Tiene dos pasiones el regidor y ni sus más cercanos saben cuál es la primera: el Atlético de Madrid y el golf. La segunda la ha abandonado estas semanas y ha centrado su capacidad de concentración en el campo de la oratoria, donde ha aumentado su “hándicap” con respecto a los pasados comicios. Lo demostró en el debate en Telemadrid, para cuya preparación no necesitó de más asesores que los justos para facilitarle los datos que quería. La palabra es su mejor baza y lo evidenció zafándose de las críticas de la izquierda como quien se quita de en medio al hincha pesado, poque él es hincha, pero optimista. “Son el trío del apocalipsis” resumió el candidato, en referencia a sus adversarios en Más Madrid, Podemos y Psoe.

El alcalde lo ha dado todo en los días previos a la cita del domingo, involucrando a afiliados y simpatizantes a los que invitó a participar en sus propuestas, y entrando de lleno en el debate nacional. El “Momento Madrid” con el que empezó ha derivado en las mayores críticas al presidente del Gobierno. “Ganaremos al sanchismo y acercaremos a Alberto Núñez Feijoo a Moncloa”, ha avanzado. El balcón le espera.