
La Semana
Ayuso y Feijóo ensayan movilizaciones contra Sánchez
Activan su ofensiva política en Madrid frente a un PSOE cercado por los escándalos en el ecuador de la legislatura madrileña

Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo se preparan para desatascar el fin de curso político. El presidente del PP acompañará mañana a la líder madrileña en un acto para celebrar el ecuador de la legislatura en Madrid. El evento servirá para exhibir logros y marcar perfil nacional en un momento en el que, en el otro extremo del mapa político, el Gobierno y el PSOE lidian con una semana plagada de escándalos a cuenta de la «fontanera» Leire Díez.
La cita en Madrid se plantea como algo más que una visita. Feijóo hará parada en la capital en su periplo por España para presentar la candidatura al XXI Congreso del PP. Será una escenificación de fuerza frente a lo que en el PP de Madrid llaman ya «el Estado profundo del sanchismo», convertido, según la presidenta regional, en una red de «fontanería política» al servicio de la supervivencia del Ejecutivo.
Los populares llegan al fin de semana con varios mensajes listos para tumbar a los socialistas. Ayuso ha utilizado estos días para cerrar filas tras el procesamiento de su pareja por fraude fiscal y las imputaciones a altos cargos de su Gobierno por los protocolos en las residencias de mayores durante la pandemia. Ambos hechos coinciden, no por casualidad según apuntan en Sol, con el estallido de nuevos escándalos que cercan a Pedro Sánchez y su partido. La presidenta madrileña insiste en que «se ha construido un caso para hacer daño» y denuncia que su reapertura ha sido impulsada por «una fiscalía provincial que depende del presidente del Gobierno».
Lejos de replegarse, ha pedido esta semana una investigación parlamentaria sobre todo lo ocurrido durante la pandemia, y ha retado al PSOE a «investigarlo todo, también en el Senado» ha lanzado después de calificar como «mafia» al Ejecutivo y criticar que pretenda convertir a Madrid en «el cajero automático de los independentistas». El movimiento busca recuperar la iniciativa política en un terreno que, hasta ahora, la izquierda había explotado para desgastar su gestión. La ofensiva institucional va acompañada de un mensaje que repetirá este domingo: frente a la red de «cloacas» que asfixia al país, Madrid sigue abierta, reformando, funcionando.
Casi el 96 por ciento de las medidas de su programa electoral están cumplidas, afirman en Sol. Y para demostrarlo, más allá de las cifras, le han dado un zasca (otro) al presidente del Gobierno cuando esta semana presentaba su medida de ayudas para gafas y lentillas. La Comunidad recordó que en Madrid ya se había aprobado —con un presupuesto de 7,5 millones de euros— para los cursos 2024 y 2025. Ayuso aprovechó el momento para recalcar que en Moncloa sólo aciertan cuando copian a Madrid, y para volver a marcar perfil frente a lo que considera un Ejecutivo ausente, débil y acosado por sus propios escándalos de corrupción.
La presidenta ha desplegado su plan para los próximos años de mandato: más Metro, más libertad educativa, bonificaciones fiscales para familias y autónomos, más plazas de FP, digitalización total de los trámites administrativos para 2026, subidas de sueldo a los sanitarios, apertura de bibliotecas escolares por las tardes y una red de viviendas en alquiler accesible. Y ha dejado una declaración que cierra el debate abierto desde 2019: no piensa dejar la presidencia tras ocho años como prometió en su primer mandato. «Los madrileños me piden que me quede, y no soy de las que se va cuando más se me necesita». La declaración servirá como pistoletazo político para el acto de mañana en el que se espera un baño de masas.
El mitin pondrá el broche final a una semana en la que el PP ha sacado la artillería contra el Gobierno por sus últimos escándalos. Entre las reuniones de Leire Díez, «fontanera del sanchismo», como la llaman en los pasillos de Génova; los mensajes de Koldo García, la imputación del hermano del presidente del Gobierno, el de su esposa y las derivadas de los whatsapp entre el presidente y su entonces mano derecha, José Luis Ábalos, el PP acusa al Gobierno de dirigir una operación para tener a los ciudadanos resignados a convivir con escándalos y pagando impuestos para que las cosas funcionen peor.
Ayuso ha ido un paso más allá: sitúa el proceso judicial contra su pareja como parte de esa estrategia. «Esto no va de justicia, va de poder», aseguran fuentes cercanas a la presidenta. La dirigente tratará de convertir mañana ese escenario en gasolina política: unidad, impulso, gestión y una alternativa frente al desgaste creciente de Sánchez. El líder nacional del PP propondrá renovar la política como servicio público sin improvisaciones y recuperar el valor de la palabra dada. El acto culmina una semana en la que el Ayuntamiento de Madrid ha anunciado la gran operación asfalto en la capital. En 256 calles a lo largo de más de 600.000 metros cuadrados, el Consistorio aplicará una fórmula que ya se ha convertido en seña de identidad de cada verano: el asfalto con aroma a mango. Frente a olores espesos, Madrid sigue apostando por la fruta.
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