Emergencias

Una colilla, posible causa del fuego de Méntrida que desató la alarma en Madrid

Las llamas se originaron en una cuneta, según los bomberos. La situación en Méntrida está ya estabilizada

El fuego desatado ayer en Méntrida (Toledo) y que saltó a la Comunidad de Madrid se originó en una cuneta y se baraja la posibilidad de que una colilla fuera el desencadenante del incendio que hasta ahora ha quemado más de 3.200 hectáreas de de pasto y superficie agroforestal, según aseguraron a LA RAZÓN fuentes de los bomberos de la Comunidad de Madrid. Arrojar colillas encendidas desde los vehículos que circulan por la carretera es una de las causas más habituales que provocan incendios junto a las cunetas. De hecho, un caso parecido ocurrió en Tres Cantos en agosto del año pasado, en que ésta fue la causa que también se barajó en el incendio que quemó más de 500 hectáreas. No obstante, en el caso del sucedido en Méntrida también se investiga si en lugar de una colilla la acumulación de vegetación seca por falta de desbroce, altamente inflamable por las altas temperaturas, o incluso botellas de vidrio que actúan como lupa bajo el sol intenso.

Se dio la circunstancia de que el fuerte aire sirvió de acelerante de las llamas, lo que provocó que se propagaran de manera rápida hasta adentrarse en Madrid, a pesar de que los bomberos aseguran que no era un terreno complicado a efectos de extinción (agrícola con olivares y viñedos).

El incendio se encuentra ya perimetrado, en fase de control, gracias al uso de bulldozer, para que las zonas calientes se circunscribieran al interior, pero hay preocupación por la previsión del viento y que esta circunstancia pueda complicar los trabajos para sofocar las llamas. A primera hora de la mañana, el foco de atención se centraba en el flanco izquierdo que ha dado más problemas por el tipo de terreno escarpado y de difícil acceso para los medios terrestres, según informaron los servicios de emergencias, pero a esta hora, el incendio forestal de Méntrida se encuentra ya estabilizado y se mantienen 15 recursos de bomberos, agentes forestales y 11 brigadas terrestres y cuatro aéreas de la Comunidad de Madrid, además de la UME y medios del Gobierno de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Esta misma mañana se incorporaron de nuevo los medios aéreos para logar enfriar el foco principal.

El control de las llamas ha permitido que medio centenar de vecinos en la parte correspondiente a Navalcarnero de la urbanización Calypo Fado y otras tantas personas procedentes de aproximadamente 150 viviendas del mismo distrito pero en Casarrubios del Monte (Toledo) pudieran regresar a sus viviendas y recuperar los suministros de luz y agua, aunque se dejó un punto de agua potable en el centro social de la urbanización.

El fuego comenzó a las 15:00 horas de este jueves en el municipio toledano de Méntrida, tras ser detectado por un vigilante. Emergencias de la Comunidad de Madrid confirmaba cuatro horas después que el incendio forestal había sobrepasado los límites territoriales de la región madrileña, y que la zona afectada era el entorno de la urbanización Calypo y de los municipios de Navalcarnero y Villamanta, desde donde se está coordinando el trabajo de los servicios de Emergencias.

La Comunidad de Madrid se encuentra en una de las épocas de máxima alerta porque se esperan unos días de temperaturas altas y vientos fuertes lo que ligado a la baja humedad, eleva el riesgo de fuegos y su peligrosidad.

Los bomberos forestales frenaron el avance de las llamas, pese a que están en huelga,por "el abandono institucional y la precariedad laboral". Se quejan de que llevan 16 años sin convenio, de la imposibilidad de vivir con "salarios indignos" y de que no se les dé una solución desde la empresa pública Tagsa.

El año pasado, los trabajos previos y la rápida actuación lograron reducir en 2024 la media de incendios respecto a los últimos cinco años en seis puntos. Se produjeron 265 siniestros, de los que 204 (un 76,98%) quedaron conatos, con menos de una hectárea calcinada. Los meses con mayores incidentes fueron junio, julio y agosto, concentrando el 77% de sucesos, y los tres más extensos afectaron casi en su totalidad a pasto y matorral, en los municipios de Loeches (727 hectáreas), Tres Cantos (528) y El Molar y Pedrezuela (206), según los datos con los que cuenta la Comunidad de Madrid.