Perfil

Ayuso, la periodista de Chamberí que decidió en el País Vasco «pasarse» a la política

La líder regional afrontó anoche su primera reválida tras hacerse con los mandos del PP de Madrid hace un año

Reportaje fotográfico del making of del vídeo de campaña electoral de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso
Reportaje fotográfico del making of del vídeo de campaña electoral de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz AyusoAlberto R. RoldánLa Razón

El principio de esta historia hay que buscarlo hace dos veranos. El 31 de agosto de 2021. Azotea del Círculo de Bellas Artes de Madrid. En un encuentro con un grupo de periodistas, Isabel Díaz Ayuso confesó su deseo, meditado en esas vacaciones, de aspirar a la Presidencia del Partido Popular de Madrid: «Quiero llevar la ilusión del 4-M a mi partido». Ese propósito terminaría desatando una de las mayores crisis internas en la historia de la formación de centro derecha. Finalmente, una vez superada la guerra Génova-Sol y concretada la salida de Pablo Casado y de su equipo de la dirección nacional, Ayuso llegó a la meta. Se convirtió en la líder de los populares madrileños. «Ganas» fue su lema de campaña en aquel Congreso, como lo ha sido en las elecciones autonómicas de ayer. Con el timón del PP de Madrid en sus manos se comprometió, con apenas un año por delante, a poner en forma al partido de cara a este 28-M. Y a juzgar por el resultado de anoche, el objetivo está más que cumplido.

Muy de Chamberí y algo de Malasaña, esta periodista de 44 años, bautizada como la «dama de hierro española» por la prensa británica, reconoce que sintió la llamada de la política en el País Vasco. Durante una campaña que cubrió como colaboradora de dos medios de comunicación, descubrió que en Euskadi los jóvenes de su edad no disfrutaban de la libertad de Madrid. Y se embarcó en la nave liderada por Aznar, primero, y por Rajoy, más tarde. Recorriendo municipios, haciendo entrar al partido en el siglo de las redes sociales y de la comunicación política, acumulando experiencia en la Asamblea de Vallecas y en la administración regional. Hasta que, en enero de 2019, le llegó la oportunidad de su vida: ser candidata a la Presidencia de Madrid. En ese momento, algunas encuestas situaban a los populares ante la posibilidad de acabar como cuarta fuerza en la región. Se imaginó, confiesa recurrentemente, echando el cierre de la sede de la calle Génova. No se rindió, se pateó la comunidad cuando los periodistas apenas acudían a sus convocatorias. Resistió y también entonces llegó a la meta: Sol. Sus triunfos no son de autor, sino de equipo. Como ella misma quiso recordar el pasado viernes en el mitin de cierre de campaña en Ifema. Con Miguel Ángel Rodríguez y José Luis Carreras como lugartenientes y hombres de máxima confianza, y Alfonso Serrano, número dos y «gurú» electoral. Y un gabinete unido en torno a «la jefa».

De Julio Iglesias y de Depeche Mode, madridista y tabernaria, odiada por la izquierda y referente para la derecha, Ayuso afronta desde hoy una nueva etapa en su trayectoria, ya sin pandemia ni la hipoteca que le han supuesto sus socios, naranjas o verdes. Lo hará con la máxima que la ha traído hasta aquí: «Me gusta vivir todo con intensidad para no sentir nostalgia cuando las cosas pasen».