12 horas con la candidata
Ayuso, "ganas" de mayoría absoluta: "Ojalá pueda gobernar totalmente libre"
LA RAZÓN acompaña a la candidata del PP durante el rodaje de su vídeo electoral para conocer las sensaciones con las que afronta sus terceras elecciones en cuatro años
Es bastante probable que, a estas alturas, un alto porcentaje de madrileños pueda tararear la banda sonora con la que Isabel Díaz Ayuso va a poner a bailar a su legión de seguidores hasta el 28-M. «Ganas» se titula la canción. No hay duda para quien la haya escuchado, lo sabrá, porque el estribillo es de esos que te convierten en prisionero durante horas. Hace un año, «Ganas» ya fue el lema con el que se convirtió en presidenta del PP de Madrid, en el epílogo de la crisis que le enfrentó a Pablo Casado. Y ahora, recuperado el amuleto y dotado de ritmo y voces –incluida la de algunos de sus más estrechos colaboradores–, ha sido incorporado a su estrategia hacia la mayoría absoluta que se le resistió en 2021. Tanto es así que la canción también mece el vídeo electoral presentado esta semana. Un spot grabado en varios emplazamientos de la región y al que la líder autonómica dedicó por completo su agenda del pasado 20 de abril. LA RAZÓN acompañó a Ayuso durante esas 12 horas de rodaje para conocer sus sensaciones a las puertas de esta campaña. Otra más. La tercera para ella en cuatro años.
Fiel al eslogan, Ayuso nos confiesa afrontar estas dos semanas con ganas. ¿De qué? «De dos cosas fundamentalmente: de ganar con ganas y de seguir trabajando por un Madrid que es la España con ganas». Le preguntamos por qué insiste en calificar de «liberal» este concepto: «Porque no se pueden imponer, las ganas surgen y brotan en uno mismo, se tienen o no se tienen». Hace dos años, con motivo de los comicios anticipados del 4-M, el plan fue similar. Giró alrededor de otra palabra: libertad, convertida en lema oficial tras haber disuelto el Parlamento regional con su ya célebre «Socialismo o libertad». Ambos eslóganes, apunta, están conectados: «Una cosa es consecuencia de la otra. Cuando uno tiene ganas se siente libre para la aventura de vivir. Vivir es una aventura, con un riesgo y una incertidumbre que son lo que cambian las cosas, como cuando uno se arriesga a emprender o a abrir un negocio y pedir un crédito para crear empleo, a hipotecarse, a tener hijos...».
El rodaje arranca poco antes de las nueve de la mañana, con la protagonista enfundada en un chándal negro en el centro mismo de la Puerta del Sol. Queda un largo día por delante hasta que, al final de la tarde, grabe la última de sus secuencias con unos niños en el Paseo de la Castellana. Entre esos dos puntos, la candidata y todo el equipo deberán completar cinco paradas más para lanzar otros tantos mensajes a su electorado. El encuentro con una pareja de chulapos en la Plaza Mayor. El saludo a estudiantes Erasmus en Colón. Unas cañas en una taberna centenaria del centro de la capital. Algo de baloncesto junto a jóvenes en una cancha de Vallecas. Y una coreografía, a los pies del Puente de Segovia, flanqueada por seis bailarines.
«Cuidado con los cortes, estamos grabando... y ¡acción!». La ceremonia se repite en cada plano. No hay concesión al azar en el vídeo. La conexión entre el 4-M y la actual contienda queda clara desde el primer segundo: el último plano del montaje de 2021 constituye el arranque del vídeo estrenado este miércoles. Entonces, con mascarilla, las manos sobre las piernas, recuperando el resuello tras la carrera que le llevó de Madrid Río y el Hospital Zendal hasta Sol. Ahora, el kilómetro cero es el punto de partida, con la pandemia ya dejada atrás y cantando «ganas» a la cámara.
Sin mensaje de la candidata
A los mandos está el director y productor José Alberto Sánchez. Con experiencia en cine, series y publicidad, ha sido un habitual dentro del equipo de José Luis Garci en muchas de las películas más conocidas del madrileño. «El Abuelo», «Ninette» o «Historia de un beso», entre otras. Repite en la arena electoral porque en 2021 ya dirigió el spot de Ayuso. Mostró entonces a la candidata del PP corriendo, sin dirigir a los electores ningún mensaje. Un esquema, inédito en el ámbito de la comunicación política de nuestro país, que los populares han reeditado para este 28-M. «Una imagen vale más que mil palabras. La presidenta habla a diario en mítines y entrevistas. Pero es difícil expresar con palabras en 30 segundos todo lo que es Madrid en estos momentos», subraya Alfonso Serrano, director de la campaña y número dos en el partido y en la candidatura.
Todos en el equipo de Ayuso saben que a «la jefa» no le gustan las comitivas que suelen acompañar a los líderes políticos españoles allá donde vayan. Este rodaje no es una excepción. Además de Serrano, solo tres personas de su máxima confianza están presentes: el jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, atento al detalle de cada encuadre; su jefe de Prensa, José Luis Carreras, y el director de Comunicación de Sol, Paco García Diego. Los cuatro tienen claro qué imagen proyectará el vídeo: «Muestra a una candidata que se identifica con un Madrid vibrante y que asombra al mundo, con unos madrileños que empujan, se levantan, dan lo mejor de ellos para prosperar», apunta Serrano.
En la Plaza Mayor esperan vestidos de chulapos Pilar y Luis, dos madrileños pata negra –él vino al mundo un 15 de mayo, día de San Isidro–, casados hace 45 años y vecinos de La Latina. Estos dos miembros de la agrupación Los Castizos reconocen sentir una «envidia cariñosa» hacia regiones como la Comunidad Valenciana en el seguimiento y la penetración de las tradiciones más allá de los niños y los más mayores. Su presencia en el vídeo, parpusa, mantón de Manila y barquillos incluidos, es un guiño a esa esencia costumbrista que entronca, en parte, con el «vivir a la madrileña» que Ayuso convirtió en tendencia tras lo peor de la pandemia.
La presidenta asegura no ser «regionalista», pero insiste: «Creo que, cada vez más, los madrileños, que somos ciudadanos de todos los rincones, nos sentimos más orgullosos del modo de vida que nos hemos dado y empezamos a preguntarnos cómo somos capaces de vivir de esta manera. Echamos la vista atrás y entendemos por qué fuimos capital, lo que hemos vivido en estos cinco siglos y, ahí, tanto en nuestra vestimenta como en nuestra forma de vida, que es lo que se plasma en el vídeo, está la respuesta. Que seamos una región abierta, plural y libre, no es algo solo de hoy. Yo creo que una parte de lo que hemos sabido hacer en mi proyecto es no cambiar Madrid, no transformarlo, sino darle luz y permitir que otras personas de fuera conocieran el Madrid auténtico. Lo que queremos es insuflar ganas, fuerza y bravura. Todo lo demás viene de antes».
Antes de llegar a la plaza, cambio de vestuario. Fuera el chándal. En su lugar, un traje de chaqueta azul-PP y unos tacones no muy compatibles con el empedrado. Ayuso saluda a Pili y a Luis, con el que ya se ha marcado algún que otro chotis en el pasado. En cada pausa del rodaje, se suceden las peticiones de selfis de grupos de turistas y estudiantes a los que la escena ha sorprendido en el corazón porticado de la ciudad. Es el fenómeno fan ya habitual en torno a Ayuso que tanto desubica a los rivales políticos por su transversalidad. Porque va del matrimonio que la saluda desde uno de los balcones de la plaza al vecino que, móvil en mano, quiere dejar constancia gráfica del momento, pero no con él, sino con su mascota en brazos de la presidenta, para enviársela a su madre. O en las frases ya cotidianas para quienes recorren cualquier punto del territorio madrileño o de España junto a ella: «Isabel, una foto», «¿es ‘‘la Ayuso’’?», «ya verás, vas a arrasar»...
En la Cuesta de los Ciegos, frente al Puente de Segovia, llega, poco antes del mediodía, el principal reto del rodaje. Se ha reservado en la agenda una hora y media para esta secuencia. La candidata debe integrarse en una coreografía junto a seis bailarines, dirigidos por Sergi Orduña. «Miguel Ángel (Rodríguez) me dio las indicaciones de lo que querían, la idea base, y lo desarrollamos a partir del espacio y de lo que se podía hacer en las escaleras», señala el coreógrafo. Tanto Sergi como los seis bailarines forman parte del equipo de «Malinche», el musical de Nacho Cano que Ayuso ya ha presenciado en directo en varias ocasiones. Tanto lo recomienda que, durante un acto de precampaña en Boadilla, la candidata se vistió con una camiseta, verde militar, de este montaje alumbrado por el exintegrante de Mecano. La grabación de los planos se sucede: vaquero y chaleco de cuero para la presidenta, los chasquidos de dedos que exige la canción y un leve golpe con cada una de las manos en el brazo contrario. Rojos ya, después de varias repeticiones.
Esta imagen, la de un líder político bailando en un vídeo electoral, también es noticia, por infrecuente. Para Ayuso, «la música es parte de la vida, es fundamental para mí. Relaciono todo con música y rodearlo de música, coreografía, juventud y equipo, que sea algo preparado y cuidado, me representa». Serrano da otra clave a este respecto de cara al resultado que puedan arrojar las urnas en dos semanas: «El baile es juventud y los jóvenes están con Ayuso. Los otros candidatos son bastante aburridos, hablan de jóvenes también, pero no los entienden como ella».
«La Dama de Hierro española» para The Timeso «La mujer que liberó Castilla» en Le Figaro. Puede que los estudiantes Erasmus que esperan a la presidenta en la Plaza de Colón hayan leído en sus países algo sobre ella antes de venir a Madrid. Con una gramática española bajo el brazo, atienden las órdenes del director, pero cuesta encajar el «ganas» de los seis jóvenes a la vez, en el momento exacto que deben hacerlo, hasta que Ayuso –vestida aquí ya de rojo-Comunidad de Madrid– entra a coordinar al grupo y les da un «ya» al acercarse.
Acabada la secuencia en Colón, el equipo de la presidenta aprovecha para grabar un vídeo para la televisión vasca. Porque Ayuso no solo se presenta a las elecciones en su tierra. También en Bilbao, donde cierra la papeleta municipal encabezada por Esther Martínez.
Las terceras elecciones
Al preguntarle sobre lo que más estrés le genera dentro de una campaña electoral, Ayuso duda: «Quizá sea después de una jornada de más de doce horas, añadirle un mitin y estar tan expuesta. Es algo frecuente en mi vida, me pasa en el día a día, pero quizá en campaña se incrementa». Lo que más le gusta, lo tiene claro: «Irme a los pueblos más lejanos, el ambiente festivo, de alegría. Mezclarnos mucha gente en los eventos». El 28-M será la tercera vez que encabeza la papeleta popular al Parlamento regional. Sin embargo, se estrena en ello como presidenta del partido en Madrid. Asegura, no obstante, que las tres listas han llevado el sello «Ayuso»: «Ahora he hecho una mezcla mayor que en las anteriores. Gente de gran valía que venía conmigo ahora son cabeza de lista en los principales ayuntamientos de Madrid. Mis consejeros, que son los mejores, están dando pasos nuevos y, además, hay una nueva generación que ha empezado ahora en la política y está conmigo. Es la lista de la renovación, eso sí. Y además, tengo las ideas más claras que nunca».
También con jóvenes, estos madrileños, tiene una cita Ayuso en Vallecas. Todos ellos en el entorno de la veintena. Son seis afiliados al PP que calientan en la cancha de baloncesto Peñaranda de Bracamonte. Nada más convertirse en presidenta de los populares en la región, les puso deberes: «Que fueran callejeros y pandilleros, jóvenes del PP y no viejos de Nuevas Generaciones». Como Diego, estudiante de 19 años de Políticas y Gestión Pública y afiliado al PP de Fuencarral. Está convencido de que el proyecto liderado por Ayuso es el que mejor puede garantizar que cada persona pueda desarrollar su vida «sin que el Estado ejerza como tutor». O como Álvaro, que define a la candidata en dos palabras: «Responsabilidad y valentía». Este universitario de 20 años, vecino de Moratalaz, decidió incorporarse a Nuevas Generaciones tras recorrer la exposición «La vida posible», dedicada a Gregorio Ordóñez: «Vi que ha habido gente que ha muerto por ideales como la libertad».
«¿Va a venir Vinicius?»
La parada en Vallecas se convierte en una suerte de recreo. «Isabel, tírate un triple», grita un ciclista desde el exterior de la cancha. El barullo generado por las cámaras también atrae a los niños que juegan al fútbol en la pista contigua. Y lanzan preguntas a Ayuso sin esperar casi a la respuesta. «¿Vamos a salir en la tele?», «¿llega ahora más gente famosa?», «¿va a venir Vinicius?»...
A doce kilómetros, en pleno centro de la capital, aguarda el escenario de la penúltima secuencia. La Bodega de la Ardosa es uno de esos reductos con aroma al Madrid de siempre. Inmune al empuje de las tiendas de «souvenirs» y a la restauración de vanguardia, ahí sigue en pie este templo centenario del vermut en la calle Colón, con la que dicen algunos que es la mejor tortilla de la ciudad y el homenaje a Goya en las paredes. La secuencia aquí tiene que ver con el espíritu tabernario del que Ayuso ha hecho bandera. Antes, una parada para comer y reponer fuerzas. En una mesa alta junto a la cristalera exterior de la bodega, vuelve a apuntarnos «al Madrid alegre y popular» al que quiere interpelar en los días que restan hasta las elecciones: «Quiero transmitir las ganas por este Madrid de todos, por seguir adelante y pelear. Quiero que quien vea este anuncio que estamos grabando tenga ganas de más, los niños de ir a clase, los jóvenes de bailar, de cantar y sacar su talento».
Las perspectivas son buenas para los populares madrileños, pero Serrano advierte de la necesidad de darlo todo en estas dos semanas. Porque, ¿una campaña sigue sirviendo para cambiar el sentido del voto de la gente en una sociedad expuesta a una sobreinformación política permanente? «Sin duda. No conviene confiarse. Las campañas sirven, ésta especialmente. Si en Madrid caemos en el exceso de confianza o la autocomplacencia, podemos llevarnos un susto. Y se trata de que el próximo 28 de mayo ganemos los madrileños y el susto o disgusto se lo lleve Pedro Sánchez», añade.
La cifra mágica del 68
Dentro de ese horizonte, el que tiene ver con los datos y las encuestas, hay una cifra que resuena en la cabeza de todo su equipo: 68. El número de diputados que marca la frontera de la mayoría absoluta. Ayuso reconoce no tener miedo a quedarse por debajo de esa cifra. Pero deja escapar un «ojalá» propio del que ya toca con los dedos el objetivo: «No hay que vivir con miedo, vivo con la ilusión de que lo puedo conseguir. En 2019, ni siquiera sabía si tendría la fuerza suficiente para conformar un gobierno entre tres partidos. Y me movió en todo momento la ilusión, disfrutar cada cosa que hacía y poner lo mejor de mí misma. Sigo haciendo lo mismo y quizá consiga ese sueño que es gobernar totalmente libre. Ojalá lo consiga».
«Disfrutar cada cosa que hago». Una máxima que la líder popular mantiene inalterable a pesar del huracán constante en el que vive desde que, en enero de 2019, fue designada candidata. Ya nos lo confesó hace dos años: «Me gusta vivir todo con intensidad para no sentir nostalgia cuando las cosas pasen». Pasado este tiempo, y a pesar del escrutinio permanente, ¿ha sido capaz de cumplirlo? «He estado envuelta por acción u omisión en los episodios... –se piensa el adjetivo durante seis larguísimos segundos–, en los episodios más llamativos y sorprendentes que se han vivido en política, de muchos tipos. Un adelanto electoral, la tensión y lo vivido dentro del seno de mi partido, el milagro de Madrid visto desde fuera. Pero lo he hecho. Absolutamente».
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