Reportaje

«Creí que superar un cáncer me abriría puertas laborales»

Conocemos la experiencia de dos de las primeras beneficiarias del nuevo acuerdo de la Asociación Contra el Cáncer y la Agencia para el Empleo de Madrid

Entrevista a Neyza Villamediana, paciente de cáncer beneficiada por un acuerdo entre la Asociación Española Contra el Cáncer y la oficina de Empleo del Ayuntamiento de Madrid
Neyza Villamediana es una de las beneficiarias del acuerdo firmado entre la Asociación Contra el Cáncer de Madrid y la Agencia para el EmpleoDavid JarFotógrafos

Cada año se registran en España más de 264.500 nuevos casos de cáncer y 114.800 muertes, según estima la Organización Europea Contra el Cáncer. Una enfermedad cada vez más instaurada en la sociedad y que afecta en todos los aspectos de la vida de las personas que la padecen. Desde hace años, se trabaja en su investigación y prevención aunque las cifras son reflejo de lo mucho que queda por hacer. El máximo propósito de la Asociación Contra el Cáncer es aliviar y evitar, en la medida de lo posible, el sufrimiento que produce esta enfermedad. En muchos casos, y del que se habla poco, está el estigma y la etiqueta que los pacientes cargan a la hora de volver al trabajo o buscar empleo tras el diagnóstico.

A sus cincuenta y tres años Neyza Villamediana se vio en una situación económica bastante vulnerable al conocer, hace algo más de un año, que padecía un mieloma múltiple en la pierna. «Era autónoma y el pilar de mi casa. Mi hija, mis nietos y mis padres, ya mayores, dependían de mi sueldo para vivir. Estaba sola y desde la Asociación Contra el Cáncer de Madrid me prestaron apoyo a todos los niveles», cuenta a este periódico. Su cáncer no es curable pero sí tratable. Desde hace tres años trabajaba en mantenimiento de oficinas, un empleo bastante físico, por lo que las secuelas de la enfermedad le impiden seguir ejerciéndolo por las horas de pie que este requiere. Después de una baja temporal, de recibir ayudas económicas puntuales por parte de la Asociación, decidió solicitar la incapacidad permanente, pero se la denegaron y desde el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) le mandan volver a trabajar en su área. «Mi problema está en la pierna, perdí parte del fémur y tengo un clavo, es inviable que siga desempeñando esas labores». Al conocer su situación, la Asociación le derivó a su departamento legal y le citó con una trabajadora social. «Me están prestando la asesoría legal para presentar el recurso. Para mí ha sido muy importante su apoyo, son los únicos que me han ayudado a incorporarme a nivel laboral», apunta.

Villamediana cuenta con el 66% de discapacidad reconocida y está a la espera de presentar el recurso y poder buscar otro empleo adaptado a su nueva realidad. «Para mí todo esto es nuevo. Será la primera vez que trabaje por cuenta ajena. Pero quiero hacerlo, no aspiro a una prestación. Solo tengo 53 años y quiero mantenerme activa». Para ella, la actividad y salir es lo único que te ayuda a superar todo el proceso que tienen que pasar los pacientes de cáncer. «Yo sé que hay muchos vicios en el sistema, hay mucha gente que abusa de él, pero cuando tienes un diagnóstico de esta magnitud necesitas una respuesta a la altura, hay pruebas más que contundentes como para que exista duda de las secuelas que te deja este tipo de tratamiento», sentencia. A pesar de las grandes secuelas de los tratamientos oncológicos, son muchas las personas que no tienen más remedio que seguir adelante por sus circunstancias.

Entrevista a Neyza Villamediana, paciente de cáncer beneficiada por un acuerdo entre la Asociación Española Co
Entrevista a Neyza Villamediana, paciente de cáncer beneficiada por un acuerdo entre la Asociación Española CoDavid JarFotógrafos

A Honey Montilla le operaron de un cáncer de mama hace dos años. Desde 2021 trabajaba para una gran superficie como dependienta de diferentes áreas. «Después de varios contratos temporales, ya me correspondía uno indefinido. Si esto ocurría en enero, me diagnosticaron el cáncer en septiembre», cuenta a este periódico. Por ello, mantuvo el silencio y siguió con su trabajo hasta el momento de la operación, programada dos meses después. «Todo el mundo me decía que no dijese nada porque me iban a echar, así que me operaron en uno de mis días libres. Como no sabía lo que iba a pasar, después de 12 horas de operación, de quitarme un tumor de nueve centímetros, tuve que confesárselo a mi jefe. Me dieron la baja y en enero, cuando fui a entregar la baja, recibí el finiquito».

Después de nueve meses de tratamiento, 16 quimioterapias y 25 radios, no le quedó otra que volver a trabajar. «Lo que más sentí fue la desorientación, no saber qué hacer. Tenía una hija pequeña, estábamos solas en España, y mi pronóstico era muy malo… con ese cuadro no podía buscar ningún tipo de información. Necesitaba sobrevivir, buscar ayudas para comer y seguir adelante con mi tratamiento», explica. Un año después, comenzó la búsqueda de un nuevo empleo, pero lo hizo dentro de las empresas relacionadas con su primer trabajo, lo único que conocía en ese momento. «En cuanto se enteraban que tenía cáncer, rechazaban mi currículum. Creí que superar un cáncer, seguir adelante con mi vida, era algo positivo, pero me encontré con que me estaba cerrando puertas a mí misma».

Fue entonces cuando las técnicas de trabajo de la Asociación Contra el Cáncer de Madrid le ayudaron a cambiar de rumbo. Empezó a estudiar Derecho, en Venezuela ya ejerció como juez durante 14 años, le ayudaron con su nuevo currículum y le indicaron que no estaba obligada a hablar de su enfermedad en las entrevistas de trabajo. «Fue increíble, de quince entrevistas que hice, sólo en cuatro no dije que tenía cáncer y me llamaron de todas. En dos de ellas me hicieron un reconocimiento médico, y al ver las operaciones recientes, confesé que se trataba de una operación estética. En una de ellas es donde estoy trabajando ahora como mozo de almacén». Los controles de su cáncer están yendo bien. Este año se gradúa como abogada y espera con ilusión realizar las prácticas y el trabajo de fin de grado. «Ha sido muy duro y no solo para mí, también para mi hija. He sobrepasado mis límites físicos, emocionales y mentales, he tenido que dejar todo a un lado para seguir adelante». Hace solo un par de semanas recibió la nacionalidad española y se siente muy agradecida. «En este país volví a nacer gracias a la sanidad pública y aunque estoy curada, sigo con un ensayo clínico por tres años», sentencia.

Entrevista a Pepe Aniorte, gerente de la Agencia para el Empleo del Ayto. de Madrid. © Alberto R. Roldán / Di
Entrevista a Pepe Aniorte, gerente de la Agencia para el Empleo del Ayto. de Madrid. © Alberto R. Roldán / DiAlberto R. RoldánFotógrafos

Tanto Villamediana como Montilla son dos de la docena de personas que ya se han beneficiado del nuevo acuerdo firmado por la Asociación Contra el Cáncer y la Agencia para el Empleo de Madrid. «El mes de junio aprobamos la nueva estrategia con ochenta y siete medidas para afrontar los grandes retos del empleo en la ciudad», explica Pepe Aniorte, gerente de la Agencia para el Empleo. En concreto, la medida 32 habla de trabajar una de las cuestiones en las que más falta por abordar y que es apoyar a las personas tras una larga convalecencia en su reinvención laboral. «El 34% de las personas que han sufrido cáncer tienen más probabilidades de perder el empleo y hasta el 28% de las personas que lo sufren lo pierden». Son cifras que requerían de una actuación. «Para ello hemos establecido un cauce directo de derivación con la Asociación Contra el Cáncer de Madrid a través del cual implantaremos un programa específico y bastante innovador», apunta. Este se basará en la atención integral a las personas que abarcará desde la orientación o reorientación profesional, el apoyo a la formación que puedan necesitar y también intermediar con las empresas para que estas logren un nuevo contrato de trabajo.

Desde la Asociación llevaban años siendo conscientes del impacto que tiene el cáncer tanto en el paciente como a nivel familiar y laboral. «Éramos conocedores de la situación, pero también de que el proceso de orientación laboral y reinserción es muy largo y especializado, por eso era necesario buscar una entidad especialidad en este ámbito», señala Raquel Aperador, coordinadora de Trabajo Social de la Asociación Contra el Cáncer de Madrid.

En cuanto a la adaptación del empleo, por la Ley de Prevención de Riesgos, las empresas tienen que regularse y esa adaptación debería darse, pero es un texto muy ambiguo en España. «Hay mucha regulación que lo avala pero no hay una ley específica que regule eso más allá de los planes que tengan las empresas a nivel interno», añade. Por ahora, la sensación de ambas entidades de la respuesta de los beneficiarios es de «ganas de ser acogidos por una entidad que les acompañe en todo el proceso». Desde ahora, todo aquel paciente o familiar que llegue con esa demanda y que cumpla con todos los criterios que han establecido y sean derivables, contarán con el respaldo de ambas entidades.