Historia
Este fue el primer teléfono (automático) que sonó en Madrid
Un salto a la modernidad, impulsado por una compañía estratégica para España, con el protagonismo de Alfonso XIII
Una historia que ha tenido muchos pasos. Y teclados. Todo desde aquella Compañía Peninsular de Teléfonos, o la conocida como Compañía Madrileña de Teléfonos. Fueron ellas las que abrieron la vía para el despegue del uso del teléfono en España. Un servicio que pasó a tener la consideración de estratégico en 1924 con la creación de la Compañía Telefónica Nacional de España, que absorbió a buena parte de ellas. Un cambio radical también en las formas de vida y los servicios. Comparable, aunque mantengamos cierta distancia, con el uso de los móviles hoy en día. Un mundo conectado.
En ese sentido, la Compañía Telefónica Nacional de España imprimió, sin duda, un avance extraordinario al sistema telefónico del país. A los cinco años de comenzar su andadura, el servicio automático, hasta entonces prácticamente inexistente en el país, ya estaba instalado en al menos 18 ciudades. Cabe apuntar que el servicio internacional en España estaba limitado a la comunicación con Francia y Suiza, aunque años más tarde, en 1928, se inauguraba el transatlántico con Estados Unidos, Canadá y Cuba, a los que seguirían en años sucesivos México, Argentina y también Uruguay.
En su origen, en 1926, se creó en Madrid Standard Eléctrica, responsable durante años de la fabricación de numerosos equipos para toda la nación española.
En este proceso, Telefónica aceleró la automatización, instalando los sistemas de alta frecuencia de la alemana Telefunken. Todo hasta que, en agosto de 1926, el Rey Alfonso XIII y el Príncipe de Asturias, inauguraron también la central automática de Pereda en Santander. En 1928 se realizó la primera comunicación entre España y América. La inauguración oficial del servicio telefónico entre España y Estados Unidos se produjo con una conversación entre el Rey Alfonso XIII y el presidente norteamericano Calvin Coolidge.
Ese mismo año se estableció la primera conversación telefónica con Buenos Aires, y posteriormente con Montevideo. La proeza estuvo acompañada de un proceso de mejora en las infraestructuras. Y es que, por ejemplo, el circuito Madrid-Buenos Aires-Montevideo tenía una longitud de 9.800 kilómetros y era la primera realización exclusiva y genuina hispanoamericana.
Todo ellos comenzó, a decir de muchos, en 1875, cuando llegaron a España los primeros aparatos de este tipo patentado por David Hughes veinte años antes y prestaron servicio hasta 1950 aproximadamente. La importancia de este sistema impresor radicaba en la capacidad de recibir mensajes de forma alfabética, sin codificación, algo impensable para el morse.
Atrás quedaban otros importantes «avances», como el receptor telegráfico portátil de código morse. Y tenía una razón: debido a la sencillez de su mecanismo, el telégrafo de código morse fue el más utilizado entre todos los modelos de telégrafo inventados.
Pero hablemos de los «más moderno»., el teléfono automático con conexión a batería central y sonería interior en 1925. Este teléfono fue utilizado, como decíamos, por Alfonso XIII para inaugurar el servicio automático en Madrid, en 1926, y la comunicación telefónica trasatlántica, en 1928. Primero se realizó la conexión entre Madrid y Washington, y un mes después se abría la línea Madrid-Cuba.
Y un dato curioso: en España, el primer teléfono público urbano que funcionaba con fichas, se instaló en 1928 en el Parque del Retiro de Madrid.
Todo centralizado en uno de los primeros rascacielos europeos, el de Telefónica de la Gran Vía. Levantado entre 1926 y 1929, ostentó el puesto del edificio más alto de Madrid hasta 1953, cuando el Edificio España de los hermanos Otamendi en la Plaza de España, le arrebató el puesto.
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